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10 maneras originales y artísticas de acercarnos la naturaleza  

‘Horizonte y Límite. Visiones del Paisaje’. En Caixa Forum Madrid. Una amplia selección de artistas contemporáneos reflexionan sobre la idea y representación del paisaje, de tal modo que ha conformado en buena parte nuestra aproximación a la naturaleza, nuestro concepto de belleza natural.

Una exposición muy recomendable. ‘Horizonte y Límite. Visiones del Paisaje’. En Caixa Forum Madrid. Una amplia selección de artistas contemporáneos reflexionan sobre la idea y representación del paisaje, de tal modo que ha conformado en buena parte nuestra aproximación a la naturaleza, nuestro concepto de belleza natural. Hasta el 31 de marzo. Es nuestra entrega de marzo de ‘artistas en verde’, de una buena remesa de artistas en verde. Acompañadnos a visitarla. Entre la gran variedad de propuestas, hemos elegido 10 paradas con gran inventiva para acercarnos, de otra manera, a la naturaleza.  

Esto podemos leer en una gran cartela nada más entrar en la exposición: “El concepto de paisaje es una invención del arte. Este género, que no cuenta con más de cinco siglos de existencia, ha modelado nuestra percepción de la naturaleza y nuestra capacidad de emoción ante los fenómenos naturales. En la cultura europea, el paisaje surgió como un género pictórico que empezó a valorarse a partir del siglo XVII y alcanzó su máxima expresión en el XIX, desde el Romanticismo al Impresionismo”.

Entre los románticos, tenemos que subrayar el papel del alemán Caspar David Friedrich y su idea de la naturaleza sublime, el bucólico impresionista francés Camille Corot y los ingleses Turner, famosísimo por sus marinas de atormentados cielos, y el melancólico Constable.

Seguimos con la explicación de Caixa Forum: “Durante la primera parte del siglo XX, la representación de la naturaleza retrocedió a un segundo plano ante la preponderancia de las escenas urbanas. Hoy el paisaje natural ha vuelto a la palestra de la mano del arte más actual gracias a las posibilidades de fabulación que permite la tecnología digital. Si en un principio el paisaje permitió soñar con la idea de paraíso y dio forma a lugares desconocidos o remotos, en la actualidad cobra relevancia en el arte con la hibridación de imágenes, con los aspectos imaginados y con otras visiones de lo sublime”.

Frente a los paisajistas clásicos, los artistas contemporáneos reunidos en esta exposición son una explosión de imaginación, de creatividad en torno a cómo les impacta la naturaleza de muy diversas formas, o cómo la naturaleza es impactada por el ser humano.

  • Anne Imhof (Alemania, 1978) pinta al óleo nubes que invaden prácticamente toda la superficie pictórica en una densa paleta de rojos y turquesas. Son obras de enorme formato; su monumentalidad “nos recuerda la representación de lo sublime en la pintura romántica en la que, empequeñecidos, asistimos a la contemplación de la majestuosidad de la naturaleza que, en este caso, pendula entre la belleza extrema y una inquietante presencia”.
  • Decía el filósofo Flusser que las personas que nunca han escalado una montaña no han vivido realmente. Partiendo de esa máxima, el artista y aventurero alemán Michael Najjar (1966) nos trae un ejemplo de las imágenes que tomó en su expedición de 2009 a la cumbre del Aconcagua, una montaña de 6.962 metros, la segunda más alta después del Himalaya. En ese viaje, Najjar realizó un conjunto de fotografías que luego manipuló digitalmente para hacer coincidir el contorno de las montañas con el gráfico de los principales índices bursátiles del mundo. Una crítica a la capitalización de todo.

  • También encontramos en las manifestaciones artísticas del siglo XX el deseo de convertir en práctica artística la propia acción de caminar. Así llegamos a Hamish Fulton (Londres, 1946) y sus caminatas. “A diferencia de lo que sucede con el land art, Fulton no deja rastro de su caminar ni interviene en el paisaje. Su práctica antepone la acción física al objeto y se guía por un gran respeto hacia la naturaleza”. Para esta exposición han seleccionado una serie de piezas que materializan distintas caminatas por los Picos de Europa, Pirineos y el Mulhacén. Son textos, formas geométricas, números, dibujos y algunas fotos en blanco y negro que remiten a los nombres de los lugares, los perfiles de las montañas, el tiempo invertido y las fechas de sus recorridos.
  • El catalán Oriol Vilanova (1980) ha montado una curiosa y efectista instalación con cientos de postales de romanticones atardeceres. Ha convertido la tarjeta postal –un testimonio de un mundo analógico que se ha quedado obsoleto por la tecnología digital– en material de su práctica artística. Un mosaico que cubre totalmente una de las paredes de la sala de exposiciones. “El tema de esa instalación es la puesta de sol, probablemente una de las imágenes más populares y que más se ha enviado y compartido. Las casi mil vistas del sol tiñendo de rojo paisajes idílicos revelan cómo nuestra cultura codifica las sensaciones y los sentimientos que despierta la visión de los fenómenos de la naturaleza”. Vilanova representa así “la necesidad de ir más allá en la representación clásica de la naturaleza para pensarnos como protagonistas de la experiencia”.
  • Cristina Lucas (Jaén, 1973). En su vídeo El pueblo que falta, grabó el archipiélago Svalbard, en el Círculo Polar Ártico, el lugar habitado más al norte del planeta, un lugar donde el cambio climático resulta muy evidente, un bioindicador preciso que nos alerta sobre la catástrofe que, si no actuamos, se cierne sobre todo el planeta.
  • Julius von Bismarck (1983) (hay mucho artista de ese país en esta colección, que se nutre básicamente de los fondos de la colección de La Caixa), ha fotografiado una cantera de Lanzarote para hacernos reflexionar sobre la economía extractivista. “Las líneas oscuras que recorren la superficie generan un engaño visual que podría hacer pensar que nos encontramos ante un grabado y no una fotografía. Lo que ha hecho Von Bismarck es no limitarse a una imagen del paisaje, sino que ha intervenido directamente en él; ha intervenido la cantera con pintura pulverizada en blanco y negro, siguiendo trazos y trazas que simulan un grabado”. Ha jugado a darle la vuelta a la idea de trampantojo. “En lugar de generar una ilusión de realidad a través de una imagen, nos hace creer que una intervención real es una representación visual y, por lo tanto, una ficción”.
  • Sophie Ristelhueber (París, 1949). La fotógrafa francesa documenta las ruinas, huellas y fracturas dejadas por el ser humano en el territorio, como si fueran cicatrices de la tierra. Las expuestas en Caixa Forum pertenecen a la serie de fotografías tomadas en Kuwait tras la Guerra del Golfo. La artista captó desde un avión las huellas que dejó especialmente la cruenta batalla de tanques conocida como Tormenta del Desierto. A primera vista, parecen dibujos abstractos sobre la arena; de cerca se descubre que son el terrible impacto de las huellas del armamento y el enfrentamiento militar.
  • Bleda y Rosa. Seguimos con el impacto de la violencia humana. La pareja de fotógrafos Bleda & Rosa (Castellón, 1968 /Albacete, 1970) han plasmado en su extensa y conocida serie Campos de batalla (1994-2016), de manera fría y aséptica, los territorios donde se libraron cruentas batallas. Confrontan así el silencio y calma actuales con los ecos del ruido y la violencia que evocan sus referencias históricas.
  • Andreas Gursky (Leipzig, Alemania, 1955) “es un observador meticuloso de nuestro tiempo; desde la década de los 80 registra con sus fotografías los efectos del consumismo y la globalización en la vida cotidiana”. Las verdes lomas de un paisaje cubiertas por innumerables filas de paneles solares (una enorme planta solar fotovoltaica del sur de Francia) muestran, sin duda, “una imagen impactante que causa perplejidad y cierta sensación de impotencia”.
  • Miquel Barceló (Felanitx, 1957). Para finalizar este recorrido, resulta también muy interesante la manera tan matérica en que el famoso artista mallorquín Barceló ha captado los resecos paisajes de África, de Mali. Una experiencia este contacto con una naturaleza árida que le influyó notoriamente en su exitosa depuración artística hacia lo orgánico.

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