La pandemia y la crisis generada por la guerra de Ucrania han puesto en evidencia la necesidad de reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles y contar con fuentes de energía más limpias y seguras que nos permitan impulsar una economía baja en carbono en línea con los objetivos de la Unión Europea.
En la búsqueda continua de soluciones energéticas sostenibles y respetuosas con el entorno, el biogás surge como una alternativa prometedora que no solo tiene la capacidad de abordar las necesidades energéticas de la población de forma considerable, sino que ofrece beneficios significativos para el medio ambiente.
La principal aportación del biogás es la capacidad de convertir los residuos orgánicos de la agricultura, la ganadería y la industria alimentaria, fundamentalmente, en un gas verde de características análogas al gas natural. A través de un proceso natural de digestión anaeróbica, la materia orgánica se descompone en una mezcla de gases ricos en energía, que pueden ser utilizados para generar electricidad, calor o incluso combustible para vehículos, ofreciendo una amplia gama de aplicaciones energéticas.
Enorme potencial
“España tiene un enorme potencial para la producción de biogás a nivel europeo. Con las fuentes disponibles actualmente se podría llegar a obtener entre 20-34 TWh/año, lo que supone entre un 5% y un 9% de la demanda anual de gas en nuestro país”, comentaba recientemente Fidel López Soria, CEO de Redexis, en unas jornadas organizadas por El Español.
La compañía tiene un plan ambicioso para el desarrollo de gas renovable en los próximos años con proyectos en distinto grado de maduración por valor de 0,5 TWh/año. “El biogás es una tecnología madura que no requiere de ayudas públicas ni de subvenciones para ser rentable”, señala Fidel López Soria. “El propósito de Redexis es asegurar la gestión óptima de todos los proyectos que tenemos actualmente en marcha, pero también duplicar nuestra producción de aquí a 2030”.
Aluvión de proyectos
Redexis es una de las compañías españolas que está apostando decididamente por la generación de biogás, en un sector que no deja de crecer. Se calcula que actualmente hay más de 200 proyectos en diferente estado de desarrollo, gestionados por un número cada vez mayor de empresas, entre las que se encuentran FCC Aqualia, Técnicas Reunidas, Reganosa, Repsol o Naturgy, por citar algunas de las más significativas. De las plantas operativas, 46 están asociadas a vertederos, 34 a estaciones de depuración de aguas residuales, 13 al sector agropecuario, siete al sector del papel y el resto al sector químico, el alimentario y otros.
La puesta en marcha de todas estas instalaciones revela el potencial del biogás en España para cumplir los objetivos en materia de descarbonización, facilitar una mayor independencia energética del exterior y ayudar a reducir los problemas derivados de una escasa gestión de residuos, además de atraer inversión en ciertos sectores primarios y ayudar a fijar empleo en las zonas rurales.
Lucha contra el cambio climático
Los defensores de esta fuente de energía renovable destacan, por encima de cualquier otra cuestión, que la producción de biogás reduce el uso de combustibles fósiles almacenados en la tierra desde hace cientos de millones de años. De esta forma, se disminuye la dependencia a recursos naturales no renovables, limitando la extracción y quema de gas natural que emite una cantidad de dióxido de carbono muy superior. Esta transición energética hacia una economía baja en carbono ayuda a proteger la calidad del aire y el agua, preservando los ecosistemas naturales y promoviendo la biodiversidad.
Circularidad en la gestión de residuos
Además de reducir la contaminación y mitigar el cambio climático, el biogás se presenta como una gran oportunidad para gestionar de forma eficiente los residuos orgánicos e integrar la economía circular en la generación de renovables. Al transformar estos desechos en energía, se evita que de otra manera estos materiales puedan acabar en el vertedero, liberando emisiones perjudiciales para la salud humana y el medio ambiente.
Básicamente, allí donde hay materia orgánica biodegradable (que se descompone) es posible obtener este biocombustible avanzado proveniente de residuos agrícolas, estiércol animal y desechos alimentarios, pero también de lodos de depuradora, residuos forestales, residuos sólidos urbanos, restos orgánicos, escombros y papel y cartón.
Otro aspecto clave del biogás es su capacidad para cerrar el ciclo de nutrientes y promover la agricultura sostenible. Después de la producción de biogás, el subproducto resultante, conocido como digestato, es un fertilizante orgánico rico en nutrientes que puede ser utilizado para mejorar la calidad del suelo y aumentar la productividad agrícola. Al reutilizar los nutrientes contenidos en los residuos orgánicos, se reduce la dependencia de fertilizantes químicos sintéticos, que pueden tener efectos adversos en el medio ambiente y la salud humana.
Transición justa
El biogás también ofrece ventajas económicas y sociales significativas. La producción descentralizada de biogás crea oportunidades de empleo en las comunidades locales, desde la recolección de materias primas hasta la operación y mantenimiento de plantas de biogás. Esta actividad económica contribuye al desarrollo local y fortalece la resiliencia en el mundo rural al tiempo que fomenta la seguridad energética y la autosuficiencia. “Creemos que el biogás es una apuesta muy importante, no solo porque aúna seguridad de suministro y descarbonización, sino porque también aboga por una transición justa. Está muy implicado en la economía local y rural, permite la circularidad de la gestión de residuos y a la vez el desarrollo del sector primario”, concluye el director de Redexis.