La última Semana Santa ha demostrado que hay elementos a los que no estamos dispuestos a renunciar. Una de ellas es la de pasar unos días de desconexión durante los días festivos o las vacaciones. El problema es que una buena parte de los turistas eligen los mismos destinos lo que convierte determinados lugares en destinos hipermasificados: sólo hay que buscar imágenes de Madrid durante el último puente de la Constitución, de las playas levantinas en el mes de Agosto o de la entrada masiva de hordas de turistas en ciudades como París, Barcelona, Venecia o Nueva York.
La turística es, asimismo, una de las principales industrias de la economía global. Así supone un 9% del total del PIB mundial, porcentaje que se eleva hasta el 13% en España e Italia o hasta el 18% de Grecia. Con esos datos, no es de extrañar, que el turismo sea una de las actividades que más impactan en el medioambiente.
El turismo engloba diferentes elementos que afectan a la sostenibilidad. El primero de ello, es el de la movilidad. Si no hay posibilidad de trasladarse, la industria turística desaparecería, como bien pudo comprobar en los inicios de la pandemia. En este sentido, dos son los medios que están más en el punto de mira: los aviones y los grandes cruceros. En cuanto a los primeros, algunos Gobiernos como el español o el francés están promoviendo el uso de transportes alternativos como el ferrocarril, mucho menos contaminante, para determinados trayectos. Además la industria aeronáutica está llevando inversiones desde hace años para el desarrollo de modelos menos contaminantes. Un ejemplo lo tenemos en el avión híbrido-eléctrico, desarrollado por la startup holandesa Maeve Aerospace, que permite transportar 80 pasajeros y que tiene un alcance de casi 1.500 kilómetros o lo que es lo mismo, puede cubrir la distancia entre Madrid y Amsterdam.
Los grandes cruceros, sin embargo, siguen estando en el punto de mira, no sólo por el impacto medioambiental de los combustibles que emplean para moverse, sino por la huella que dejan en consumo de agua en cada puerto en el que atracan ya que cargan 600.000 litros de agua en cada amarre así como el turismo masificado y de bajo coste que recala en cada ciudad en la que se detiene el crucero. Estos puntos negativos ha llevado a ciudades como Dubrovnik, Venecia o Amsterdam a prohibir el atraque de estos megabarcos. En este caso, las inversiones de esta industria se centran en apostar por el uso de biocombustibles.
No sólo movilidad
Pero el turismo no sólo engloba la parte del transporte, sino muchos elementos más y es aquí donde la tecnología está ayudando a reducir la huella ambiental. La principal de ellas tiene que ver con el uso de la analítica de los datos. Con ella, se pretende minimizar el impacto negativo que en el medio ambiente, las culturas locales y las comunidades tiene la afluencia masiva del turismo. Con el uso de los datos se pretende desarrollar un turismo sostenible que garantice la preservación de los recursos naturales y culturales de un destino para las generaciones futuras. Con este enfoque basado en datos se pueden gestionar los recursos naturales y culturales de una forma más efectiva, asegurando que las actividades turísticas no excedan la capacidad de carga de un destino y sean ecológicas por naturaleza.
Son los ayuntamientos los que más están haciendo uso de la analítica de datos ya que les permiten monitorear y controlar la afluencia de visitantes, optimizando así la distribución de recursos y reduciendo la congestión en áreas sensibles. Por ejemplo, los sensores de turismo pueden proporcionar datos en tiempo real sobre la densidad de visitantes en lugares turísticos populares, lo que permite que los organismos públicos puedan implementar medidas proactivas para reducir el impacto ambiental. Un ejemplo de ello es Barcelona que ha implementado un sistema de gestión inteligente de destinos turísticos que utiliza la analítica de datos para monitorear la afluencia de visitantes en lugares como la Sagrada Familia, el Parque Güell. Esta información se utiliza para regular el flujo de turistas y evitar la sobrecarga de infraestructuras y recursos locales.
Otras tecnologías que están ayudando a desarrollar un modelo turístico sostenible son los Sistemas de Información de Gestión Ambiental (EMIS). Se trata de herramientas que pretenden que se produzca un desarrollo económico sostenible. Gracias a ellos, se controla el impacto ambiental y se permite ejercer un control sobre la actividad que se está produciendo en un determinado territorio por lo que se pueden tomar decisiones para gestionar tanto el número de turistas como su comportamiento.
Por otro lado, los servicios basados en la ubicación (LBS) brindan información sobre las ubicaciones específicas de los turistas, lo que ayuda a la gestión del destino en términos de informar a los turistas sobre los sitios y atracciones para visitar y educarlos sobre ubicaciones sensibles, comportamiento turístico apropiado y opciones sostenibles en el destino.
La transformación digital hotelera
Finalmente, si existe un sector que lleva años apostando por procesos más digitalizados y sostenibles es el hotelero. Es cierto, que como ocurre con la gran mayoría de los sectores, esta apuesta viene motivada, sobre todo, por el ahorro de costes y por la mejora en la reputación de un hotel, dado que el número de turistas preocupados por la sostenibilidad está incrementándose.
Las principales apuestas pasan, sobre todo, por la reducción de los consumos energéticos. En este caso, los hoteles están empleando tecnologías más eficientes para, por ejemplo, controlar la temperatura de las habitaciones o las diferentes estancias del alojamiento. De esta forma, el Internet de las Cosas (IoT) con el uso de diferentes sensores y sistemas permite ejercer un control sobre las luces o los elementos de climatización según la presencia o ausencia de clientes o huéspedes en las habitaciones o en las zonas comunes. De esta forma se produce un importante ahorro de energía y una reducción de las emisiones. En lo que a consumos energéticos se refiere, los hoteles están invirtiendo en el uso de energías renovables con la instalación de paneles solares para generar su propia energía de manera limpia y eficiente.