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Biotecnología, la llave para un Planeta más sostenible

Cuando hablamos del impacto de la tecnología en la sostenibilidad del planeta lo hacemos habitualmente desde dos puntos de vista. Por un lado, se suele hacer referencia al efecto que tiene el uso de herramientas o soluciones tecnológicas en la contaminación del entorno. Por otro, también se suelen tratar las bondades que determinadas tecnologías ayudan a reducir consumos energéticos o su capacidad para contribuir a una mejora medioambiental. De ello, se pueden encontrar numerosos ejemplos en este blog.

Sin embargo, hay apartados en los que la tecnología se difumina con otras especialidades y en las que ésta es solo uno más de las patas que conforman un conjunto y que permiten ayudar en la sostenibilidad del planeta. Una de esas ciencias es la biotecnología. Se trata de una poderosa herramienta que combina ciencias como biología, química, ingeniería y tecnología y que tiene como objetivo el desarrollo de productos y procesos basados en organismos vivos o sus componentes. Para explicarlo de una forma más simple en biotecnología se unen tanto conocimientos científicos como tecnológicos de tal forma que su simbiosis pueda ser utilizada en apartados como la biología molecular, la genética, la bioquímica o la microbiología.

El campo de aplicación de la biotecnología abarca diferentes sectores, aunque los más conocidos son los usos que se hacen en el sector de la medicina o en la alimentación. Gracias a la biotecnología se han podido desarrollar nuevos medicamentos, alimentos mejorados o se han impulsado los procesos productivos de distintas industrias.

Biotecnología para acabar con el hambre en el mundo

Dado que la protección del medioambiente y la apuesta por la sostenibilidad es una de las prioridades de los Gobiernos y también de las empresas, la búsqueda de nuevas herramientas y soluciones que ayuden a mejorar el medioambiente también se ha convertido en algo prioritario. La búsqueda de soluciones innovadoras para garantizar un futuro más sostenible está a la par del desarrollo de otro tipo de soluciones como son la analítica o la computación cuántica. Y, hablando de sostenibilidad, la biotecnología es una de las principales armas para hacer del planeta un lugar más sostenible y habitable. El impacto que la biotecnología está teniendo en la búsqueda de un desarrollo sostenible está afectando a las empresas energéticas, a casi todo el sector agropecuario en, incluso a la gestión que se hace los residuos.

Uno de los principales sectores en los que se está empleando la biotecnología es el agrícola. En este sentido, una de las principales tareas de la biotecnología entra de lleno en el cumplimiento del punto 2 de los ODS de la ONU que es el de acabar con el hambre. La realidad es que la población mundial sigue creciendo por lo que es necesario incrementar la producción de alimentos. Gracias a la biotecnología, se han logrado modificar de forma genética los cultivos con el fin de obtener cosechas que no sólo tengan un mayor rendimiento, sino que además ese aumento de la producción se logre con la utilización de menos recursos, como agua y fertilizantes. Además, la biotecnología también ha ayudado a que se diseñen plantas que puedan resistir plagas y enfermedades, por lo que se reduce el uso de pesticidas. Esto no solo protege la salud de los agricultores y los consumidores, sino que también disminuye la contaminación del suelo y el agua.

Un claro ejemplo de lo que aporta la biotecnología en la agricultura es el arroz dorado, un cereal que ha sido modificado genéticamente para producir vitamina A. Se empezó a desarrollar en la década de los 80 del siglo pasado y ha sido aprobado su consumo hace pocos años en varios países, incluido Filipinas, donde el arroz es la base de la dieta. Se calcula que este arroz podría salvar la vida del 20% de menores de cinco años que mueren anualmente en el país por falta de determinadas vitaminas. Y es que son numerosos los menores de ese país que sólo se alimentan de arroz, un cereal con muchas propiedades, pero que carece de vitamina A. La modificación genética aporta al arroz dorado la carencia que tiene el cereal tradicional lo que disminuye un problema de salud pública.

Biotecnología también en el mar

El sector pesquero es otro de los que se beneficia de la biotecnología. Los recursos que proporcionan los mares son finitos, por lo que, al igual que en la agricultura la biotecnología juega un papel determinante para incrementar la producción de los alimentos sin tener que acabar con la biodiversidad marina. En nuestro país, Galicia es una de las regiones que lidera en el mundo el uso de la biotecnología. La comunidad española ha contribuido a la crianza de especies lo que hace que disminuyan las capturas y posibilita que las especies se regeneren. En este sentido, uno de los aspectos en los que más trabajan las Universidades con las empresas del sector es garantizar la sostenibilidad de las especies.

Un ejemplo claro es la investigación llevada a cabo por la cofradía pesquera de Noya (Coruña) que junto con la Universidad de Santiago busca pruebas genéticas que permitan distinguir al berberecho de las rías gallegas para impulsar una Denominación de Origen. El objetivo del proyecto es crear una herramienta sencilla y transferible para asegurar  la trazabilidad del berberecho gallego, de tal forma que se permita que la semilla utilizada para su producción sea realmente endógena y se permita una mejor comercialización del producto basada en la sostenibilidad y evitar fraudes en el mercado. Se trata de un proyecto premiado por la UE.

Reducir la contaminación

Si hablamos de reducir la contaminación ambiental, la biotecnología es también un arma imprescindible. Uno de los problemas actuales es la proliferación de plásticos de todo tipo que están generando toneladas de basura que es difícil eliminar. En este caso, la biotecnología juega un papel determinante en la producción de bioplásticos que están fabricados a partir de fuentes renovables, como el maíz o la caña de azúcar, y son biodegradables. La biotecnología ha permitido desarrollar microorganismos modificados genéticamente que pueden producir enzimas capaces de descomponer los materiales plásticos de manera más eficiente, facilitando así su reciclaje y reduciendo la acumulación de residuos plásticos.

Pero uno de los usos en los que más se está avanzando gracias a la biotecnología es en el desarrollo de biocombustibles. Numerosas empresas energéticas trabajan para que a partir de cultivos como la soja, el maíz o la caña de azúcar, y mediante procesos biotecnológicos se puedan convertir los azúcares de esas plantas en combustibles líquidos. Estos biocombustibles son renovables y generan menos emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con los combustibles fósiles. En este sentido y, a modo de ejemplo, el pasado mes de Mayo, la petrolera Cepsa anunció un acuerdo de colaboración con las Cooperativas Agro-alimentarias de España para impulsar la producción de biocombustibles de segunda generación (2G) a partir de los residuos que generan los sectores agrícolas y ganaderos españoles. Estos biocombustibles 2G, pueden fomentar la economía circular, ya que para su producción se reutilizan residuos que de otro modo terminarían en vertederos y podrían reducir las emisiones de CO2 en un 90%.

Todos estos son sólo algunos de los ejemplos en los que la biotecnología está ayudando a que cada vez estemos más cerca de tener un planeta más sostenible. Pero hay muchos más: desde la gestión de residuos hasta el desarrollo de alimentos desarrollados en laboratorio como la carne y que recientemente ha sido aprobado su consumo en EE.UU. Todo ello, para contribuir a un mundo mejor.

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