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Cada vez que lavas la ropa, liberas kilos de microplásticos

El lavado de prendas sintéticas libera alrededor de 190.000 toneladas de microplásticos en los océanos cada año. Estas cifras son preocupantes, ya que los microplásticos pueden tener efectos dañinos en la vida marina y potencialmente también en la salud humana ya que estos microplásticos pueden entrar en la cadena alimentaria.

En las últimas décadas, hemos sido testigos de cómo hemos priorizado como sociedad el estrenar modelito para cada evento social que se nos presente antes que pensar dos veces en las consecuencias de este modo de consumo desenfrenado. Este aumento exponencial de la demanda ha propiciado un cambio en los procesos de producción de la industria textil, produciendo en masa no sólo fibras naturales, sino también fibras sintéticas, acompañadas del uso de sustancias químicas como ácidos o sulfatos para convertir las fibras sintéticas en telas. Como resultado, nos encontramos con una crisis ambiental a nivel planetario que nos afecta a través de varias vía.

Uso del agua

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se requieren entre 7,000 y 29,000 litros de agua para producir 1 kilogramo de algodón, 50 litros de agua para producir 1 kilogramo de lana en sistemas de pastoreo extensivo, y alrededor de 1,200 litros de agua para producir 1 kilogramo de lana en sistemas intensivos de engorde. A pesar de sus componentes contaminantes, las fibras sintéticas utilizan cantidades significativamente menores de agua en comparación con otras fibras textiles. Según la Asociación Europea del Poliéster, se necesitan aproximadamente 70 litros de agua para producir 1 kilogramo de fibras de poliéster y entre 50.000 y 150.000 litros de agua para producir 1 tonelada de fibra de Tencel.

Contaminación del agua

La industria textil es responsable del 20% de la contaminación global del agua por productos de teñido y acabado. En concreto, el lavado de prendas sintéticas libera alrededor de 190.000 toneladas de microplásticos en los océanos cada año. Estas cifras son preocupantes, ya que los microplásticos pueden tener efectos dañinos en la vida marina y potencialmente también en la salud humana ya que estos microplásticos pueden entrar en la cadena alimentaria.

Infografía de ECOPORTAL.NET con datos de Geoinnova y Naider

Afortunadamente, se están desarrollando soluciones tecnológicas para reducir la cantidad de microfibras que se liberan durante el lavado de la ropa. La empresa canadiense Genecis ha desarrollado una enzima que puede descomponer las fibras sintéticas en materiales biodegradables, mientras que la empresa británica Xeros ha desarrollado una tecnología de lavado que utiliza menos agua y detergentes y atrapa las microfibras para evitar que se liberen al medio ambiente.

Por su parte, se estima que la industria de la industria de la moda es responsable del 10% de las emisiones globales de carbono, más que los vuelos internacionales y el transporte marítimo juntos.

Residuos textiles en vertederos

La forma en que las personas se deshacen de la ropa no deseada también ha cambiado, y los artículos se tiran a la basura en lugar de donarlos.

En la UE, se ha observado un incremento del 40 % en la adquisición de prendas por persona desde 1996, debido a la disminución de los precios, lo cual ha generado una reducción en la vida útil de las mismas. En promedio, los ciudadanos europeos utilizan cerca de 26 kg de textiles al año y descartan aproximadamente 11 kg. Aunque es posible exportar la ropa usada fuera del territorio de la UE, la mayor parte (un 87 %) se quema o se arroja a los vertederos.

El porcentaje de ropa que se recicla es menor del 1 %, en parte debido a una tecnología adecuada que impide separar fibras mezcladas.

¿Cómo se abordan los residuos textiles en la Unión Europea?

En febrero de 2021, el Parlamento Europeo adoptó una resolución sobre el nuevo plan de acción de economía circular que exige medidas adicionales para lograr una economía neutra en carbono, ambientalmente sostenible, libre de tóxicos y completamente circular para el año 2050, incluidas normas de reciclaje más estrictas y objetivos vinculantes para el uso de materiales y consumo para 2030.

Como parte del plan de acción de economía circular, la Comisión Europea presentó en marzo del pasado año una nueva estrategia para hacer que los textiles sean más duraderos, reparables, reutilizables y reciclables y estimular la innovación dentro de la industria de la moda mediante la implantación de requisitos de ecodiseño, un Pasaporte de Producto Digital entre otras medidas que llaman a las empresas a asumir su responsabilidad en materia medioambiental.

Según la directiva sobre residuos aprobada por el Parlamento en 2018, los países de la UE están obligados a recolectar textiles por separado para 2025. La nueva estrategia de la Comisión también incluye medidas para abordar la presencia de productos químicos peligrosos, llama a los productores a asumir la responsabilidad de sus productos a lo largo del valor cadena, incluso cuando se convierten en residuos y ayudan a los consumidores a elegir textiles sostenibles.

La Unión Europea tiene una etiqueta ecológica (Ecolabel), que pueden utilizar los productores que respetan los criterios ecológicos, lo que garantiza un uso limitado de sustancias nocivas y una menor contaminación. Asimismo, la UE también ha introducido medidas para mitigar el impacto de los residuos textiles en el medio ambiente. Horizonte 2020 financia Resyntex, un proyecto que utiliza el reciclaje químico y que podría proporcionar un modelo comercial de economía circular para la industria textil.

¿Conocías todas estas vías de contaminación de la industria de la moda? ¿Te parecen suficientes las medidas que se están tomando desde la Unión Europea?

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