Un neumático es un producto industrial nada simple. Al contrario, se trata del un artículo muy sofisticado, resultado de un complejo proceso que abarca diseño, desarrollo, producción de prototipos, ensayos en campos de pruebas, homologaciones varias y, finalmente, producción y puesta en el mercado. Todas las fases están relacionadas y tienen la misma importancia; y, además, de ese proceso no se escapa ningún tipo de neumático que vaya a ser componente en una máquina que necesite ruedas. Por tanto, los neumáticos para tractores, cosechadoras y otras maquinarias agrícolas a los que hemos dedicado nuestra atención en anteriores entregas, pasan también inexorablemente por ese proceso.
Especialmente interesante nos parece las fases de pruebas, que se realizan en los campos de pruebas, que son complejos de investigación tecnológica sobre el terreno, hectáreas y hectáreas de campos en los que hay kilómetros de pistas de ensayo, con diferentes trazados para que circulen los vehículos con los neumáticos a probar instalados.
La elección de Almería para instalar este campo de pruebas, que funciona desde 1973, se debe a que «es un enclave geográfico que reúne unas condiciones de terreno, de baja pluviometría y de temperaturas estables, que lo hace idóneo», afirma Hugo Ureta-Alonso, director de Relaciones institucionales de Michelin España.
Por su parte, Firestone, dispone cerca de Roma de su Pista de Pruebas Europea y el Centro Técnico Europeo de Bridgestone que, tal como explica José Palomares, jefe de Producto Agrícola y Off the Road de Firestone España, «tiene una superficie de 144 hectáreas y es donde se diseñan y prueban los neumáticos, tanto los de automóviles como los de otro tipo; por tanto los agrícolas destinados a la Unión Europea también se diseñan y prueban allí».
En estos centros se concentra una buena parte del saber hacer de estas empresas, y los ensayos se producen a varios niveles y en distintos momentos. Y, en eso coinciden nuestros dos interlocutores: los detalles de todo lo que se hace allí son absolutamente confidenciales.
Primero se desarrollan los distintos componentes del neumático, llantas, burlete, flanco, barras, etc. «Se preparan y se van testando las características concretas que se buscan para el producto», detalla Ureta, «y cuando ya están definidas todos ellos se monta el prototipo, y hay que probarlo, claro. Eso ya se hace en el campo de pruebas, donde se comprueban la resistencia a las agresiones, la duración, el desgaste, el consumo de carburante, la capacidad de frenado, etc.».
Pero a nivel interno, digamos, hay también otro tipo de pruebas que van a servir para definir las características propias del neumático y que se hacen bajo normas ISO y de otro tipo con criterios estándar para que todos los fabricantes las midan igual. Se refieren sobre todo a consumo de carburante y a resistencia a la rodadura. «Luego, aspectos como la compactación del suelo, ya son un dato comercial y no hay una norma europea que te obligue a medir este determinado parámetro», puntualiza Ureta.
Cuando los neumáticos están listos para salir al mercado, también se testean fuera del campo de pruebas en situaciones reales, con agricultores y trabajos agrícolas reales. Por ejemplo, «en Firestone, explica José Palomares, hacemos acuerdos con agricultores para hacer pruebas en sus tierras, y se comprueban en condiciones determinadas pero reales en distintas ubicaciones por toda Europa. Se hacen de manera confidencial, lógicamente, y son uno más de los elementos que tenemos en cuenta antes de lanzar un producto al mercado».
Sin embargo, el hecho de que un producto esté ya en el mercado, no quiere decir que «ya nos olvidemos de él. Al contrario, se siguen haciendo testeos para verificar la conformidad de la producción, para comprobar que se sigue fabricando de acuerdo con lo homologado o con las especificaciones que se han definido para un producto determinado se mantienen. O también en el caso, por ejemplo, de que haya habido algún cambio en el proceso, o porque haya habido un cambio de proveedor de algún componente, o en una máquina, etc.», detalla Ureta.
Por cierto, continua Ureta «que todas estas pruebas y test, unos se hacen al aire libre, en vehículos y sobre el terreno, pero también los hay que se hacen con máquinas específicas para reproducir determinada situación, unas de diseño nuestro y otras homologadas. Y, en el caso de las que se hacen con vehículos, las hay que se hacen con un conductor, pero también puede estar un tractor, por ejemplo, guiado por un GPS dando vueltas a un circuito él solo».