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Iniciativas con las que capturar CO2, mediante procesos naturales

Nuestra forma de vida hace imposible el dejar de emitir CO2 por completo. Entonces, ¿qué hacemos para evitar el calentamiento global? Recogemos algunos sistemas (naturales) que podemos usar para capturarlo y conseguir la neutralidad de carbono.

Cuando hablamos de eliminar CO2 de la atmósfera para luchar contra el cambio climático, la primera idea que nos viene a la cabeza es plantar un árbol. Los bosques son fundamentales para la salud del planeta: regulan la temperatura global de la Tierra y los flujos de agua dulce, recargan las aguas subterráneas, anclan el suelo fértil, actúan como barreras contra inundaciones y, a su vez, secuestran grandes cantidades de carbono.

Hoy te traemos al blog de Neumáticos en verde de SIGNUS algunas iniciativas que promueven la captura de CO2 mediante procesos naturales.

Plantar árboles

Los árboles son uno de los mayores sumideros de CO2 de la naturaleza. Lo absorben de la atmósfera y lo convierten en glucosa para sus células. Es el milagro de la fotosíntesis que permite a las plantas almacenar dióxido de carbono en sus hojas, ramas y raíces, y expulsar un oxígeno fundamental para la vida en el planeta.

Desde hace años han surgido multitud de proyectos que proponen plantar árboles para mitigar los efectos del cambio climático. Algunos de ellos referentes mundiales como #TeamTrees, Arbor Day Foundation  y otros de ámbito local, como el de la empresa española Sylvestris, que prevé repoblar más de 2.200 hectáreas de árboles en España en cuatro años, lo que representa 165.000 toneladas de CO2 almacenado.

https://youtu.be/jGqeEmgw378

Prevenir la deforestación

Nadie puede poner en duda la eficacia de la reforestación para luchar contra el cambio climático a medio plazo, pero los árboles necesitan unos 40 años de crecimiento para alcanzar su plenitud en la captura de carbono y, por eso, resulta tan importante plantar árboles como evitar la pérdida de bosques ya maduros.

Algunas iniciativas internacionales se centran en prevenir la deforestación y proteger la biodiversidad de los principales pulmones del planeta: el Amazonas, la selva del Congo, Borneo o el bosque boreal. El proyecto Acciones por la Amazonía, por ejemplo, busca dar soluciones a través del apoyo a políticas favorables a los bosques en la Amazonía, fortalecer las estructuras de gobiernos locales y modelos de gestión forestal de pueblos indígenas para lograr una gobernanza forestal eficiente desde los distintos actores.

Otras iniciativas nos recuerdan nuestra responsabilidad en el consumo de productos básicos que tienen un impacto directo sobre la deforestación y la naturaleza. Marcas globales como Leroy Merlin ya han adoptado medidas para que todos los productos con madera de sus tiendas provengan de bosques que han sigo gestionados de manera 100% responsable. “Desde un botón de una cortina hasta una puerta o un tablón de madera, todos los productos de madera de nuestras tiendas provienen de bosques que han sigo gestionados de forma sostenible”, asegura la multinacional francesa especializada en bricolaje, construcción, decoración y jardinería.

Por su parte, empresas de gran consumo, como Nestlé, trabajan desde hace años en la trazabilidad de productos agrícolas que puedan contribuir a la deforestación de bosques tropicales: el aceite de palma, la soja o el suministro de pulpa y papel, entre otros. “Con toda esta información, aumentamos nuestra proporción de aceite de palma ‘de origen responsable’ que cumple plenamente con la intención de alcanzar la DEFORESTACIÓN CERO NETA en un futuro”, señala la mayor compañía agroalimentaria del mundo.

Humedales, aliados frente al cambio climático

Aunque los humedales sólo cubren aproximadamente el 3 % de la superficie terrestre del planeta, contienen el 30 % de todo el carbono almacenado en la Tierra. Esto supone el doble de la cantidad almacenada en los bosques de todo el mundo. Pero cuando un humedal se destruye, no tiene un estado óptimo de conservación o no se gestiona adecuadamente, puede pasar de comportarse como un sumidero de carbono a ser un emisor de Gases de Efecto Invernadero (GEI). “Trabajamos con diferentes acciones para demostrar que un humedal bien conservado es un gran aliado en la lucha contra el cambio climático”,  sostiene la Fundación Global Nature, uno de los socios del proyecto LIFE Wetlands for Climate, que está desarrollando una metodología para cuantificar las emisiones de GEI de un humedal y proponer mecanismos de compensación en el mercado voluntario de carbono.

El objetivo es maximizar la capacidad de almacenamiento de carbono de los humedales, en especial de metano, que tiene una mayor incidencia en el calentamiento global del planeta, involucrando al sector privado en la financiación de medidas de mitigación y adaptación al cambio climático centradas en la conservación de hábitats acuáticos.

Recarbonización de los suelos agrícolas

Otra manera eficaz de reducir la emisión de gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global es secuestrar el carbono suspendido en la atmósfera para transformarlo en carbono orgánico en el suelo. Y es que los suelos ricos en carbono son más sanos y más fértiles para la agricultura, al mismo tiempo que contribuyen a la consecución de las metas del Acuerdo de París sobre el cambio climático y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Según la FAO, los suelos constituyen la principal reserva de carbono terrestre, ya que tan solo a 30 centímetros de profundidad tenemos 694 gigatoneladas de carbono orgánico del suelo. Así pues, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ha lanzado una iniciativa que pretende recarbonizar los suelos del planeta apoyando los planes nacionales y regionales de mitigación de GEI y de secuestro de carbono en países de todo el mundo.

RECSOIL, nombre que recibe el proyecto, se centra en los suelos agrícolas y degradados, con la intención de aumentar las reservas de carbono orgánico del suelo, mejorar los ingresos de los agricultores y contribuir a la seguridad alimentaria. Algo que pretende conseguir a través de incentivos para los agricultores que acepten aplicar buenas prácticas. Uno de los mecanismos de financiación de RECSOIL son los créditos de carbono voluntarios para fomentar la participación del sector privado y la sociedad en general.

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