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Cocina de aprovechamiento: 6 ideas para practicarla

Una de las opciones que tienes para reducir el desperdicio alimentario y la factura mensual del supermercado es la denominada cocina de aprovechamiento. ¿Quieres empezar a practicar esta filosofía de vida? Te damos 6 consejos que pueden servirte para empezar.

Tiramos mucha comida. Demasiada. Más allá del despilfarro económico que supone para nuestros bolsillos, supone, también un problema ambiental de primer orden. Hasta el punto de que el Gobierno de España se ha puesto manos a la obra para aprobar la Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario. Y es que el punto de partida es preocupante: la Comisión Europea calcula que, anualmente, en el mundo se tiran más de 1.300 millones de toneladas de alimentos o, lo que es lo mismo, uno de cada tres kilos de alimentos producidos. Si llevamos las cifras a nuestro país, son 7,7 millones de toneladas al año o 154 kilos por habitante. Unas cifras que ponen los pelos de punta.

Una de las opciones que tienes para reducir el desperdicio alimentario y la factura mensual del supermercado es la denominada cocina de aprovechamiento, una modalidad de preparación culinaria con la que se intenta reducir el desperdicio tanto como sea posible. La idea es aprovechar las sobras derivadas de cocinar para convertirlas en un nuevo plato. Como descubrirás, muchas de las recetas de esta comida de aprovechamiento ya las utilizaban nuestras abuelas.

¿Quieres empezar a practicar esta filosofía de vida? Te damos 6 consejos que pueden servirte para empezar.

Cocina la cantidad justa

De acuerdo a tus necesidades, no cocines más comida de la que tienes pensado consumir en 24 horas. Es muy posible que, si no la consumes en este lapsus de tiempo, termine en la basura ¿Qué algo sobra? Pues congélalo para asegurarte que lo puedes consumir otro día.

Planifica las comidas

Es la forma más útil de no comprar comida que terminará en la basura antes de consumirse. Por ello, resulta muy útil hacer un menú semanal, así como ir con una lista de la compra hecha desde casa. Así evitarás comprar productos innecesarios en el supermercado. Y siempre que cojas un producto que no tienes en la lista, hazte la misma pregunta, ¿para cuándo lo necesito? Así evitarás que la comida te caduque antes de consumirla.

Caldos y sopas

Es habitual que nos sobren restos de carne, pescado y verdura cuando hemos hecho otros platos. Puedes aprovecharlos para cocinar un caldo o sopa fría. En el caso de las verduras, si lo prefieres, puedes hacer una crema combinando verduras que te hayan sobrado de otras comidas o que estén poniéndose malas: zanahorias, calabacín, o calabaza son buenos candidatos

Croquetas

No hay croqueta mala por lo que puedes hacer volar tu imaginación con la comida que te sobre para hacer, por ejemplo, croquetas de pescado, de carne, de sepia… Y no sólo croquetas. También todo tipo de rellenos. Pasteles de carne o pescado, lasaña, canelones o albóndigas son una buena forma de aprovechar, por ejemplo, la carne y la verdura que queda después de hacer caldo.

Ensaladas variadas

Si hay un plato «comodín» por excelencia son las ensaladas ya que aceptan un montón de ingredientes. Desde el pollo, en variedades como la ensalada César, hasta los restos de carne, en forma de tacos que pueden añadirse a nuestras ensaladas (o como elemento de unas deliciosas brochetas)

Reciclar la materia orgánica

Con todo aquello que ya no puedas aprovechar para cocinar recuerda depositarlo en el contenedor marrón. Unos residuos que nosotros no aprovechamos en casa pero que pueden tener mucha vida si se depositan correctamente. Los residuos que se separan en origen sirven para ser compostados o metanizados. En ambos casos, se produce un subproducto útil ya sea en forma de abono para las plantas o de energía.  

Al final, todos podemos aportar nuestro granito de arena ¿Cuál es tu idea?

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