Con el buen tiempo de verano apetece visitar algún espacio natural. Conducir en carreteras de naturaleza, por sus propias características, tiene ciertas complicaciones que conviene conocer para evitar posibles contratiempos. A continuación se ofrecen varios consejos para conducir en carreteras en plena naturaleza.
Velocidad constante y moderada
Este consejo sirve para cualquier carretera, pero es especialmente recomendable por las que transcurren por entornos naturales, al tratarse de zonas que pueden estar en mal estado, con espacios reducidos o estrechos para maniobrar, con poca visibilidad y en los que puede aparecer cualquier obstáculo en cualquier momento, incluidos animales. Es vital conducir sin acelerones ni frenadas ni maniobras bruscas, a una velocidad constante, estando atento a las señales de circulación. Aumentar la velocidad no merece la pena, porque además de que se le araña muy poco tiempo al reloj, el riesgo se incrementa mucho más en estas zonas y el consumo de combustible crece enormemente.
Cuidado con los baches
Si se pueden evitar los baches mejor, pero si no es posible conviene aproximarse despacio, manteniendo la distancia de seguridad, sujetando el volante con firmeza pero con cierta flexibilidad para no forzar la dirección del coche. Conducir con atención, mirando a lo lejos es la mejor forma de anticiparse no solo a los baches, sino a todo tipo de eventualidades que puedan surgir.
Cómo recorrer un puerto de montaña
En el ascenso lo ideal es no tocar el freno, sino aprovechar la pendiente y la retención del motor para decelerar el coche al aproximarse a las curvas y pisando el acelerador prácticamente desde el principio para vencer la resistencia, manteniendo una velocidad constante, que además hará que el consumo de combustible sea menor.
Al bajar, el mismo consejo, añadiendo que hay que evitar pisar el acelerador en lo posible, ya que con demasiada velocidad puede ocurrir un sobreviraje: las ruedas traseras pierden agarre y el coche se “va de culo”. Tampoco hay que usar el punto muerto: además de que no ahorra combustible, incrementa el riesgo de accidente porque el coche se queda sin el beneficio del freno motor (poner una marcha más corta). En caso de que haya que frenar para reducir la velocidad, es conveniente utilizar el freno motor y en todo caso pisar el freno en las rectas, no en las curvas.
Revisar los neumáticos antes y después
Llevar los neumáticos a punto siempre es aconsejable, porque son el único elemento que nos mantiene en contacto entre nosotros y la carretera. Al recorrer una zona de naturaleza, las condiciones puede que sean peores que las de ciudad, con más baches, desniveles, piedras, etc., de ahí que conviene comprobar antes y después del viaje que se encuentran bien.
Precaución con las carreteras secundarias
Para viajar por espacios naturales normalmente tendremos que atravesar carreteras secundarias. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), estas vías son las que más accidentes registran. Los adelantamientos – tienen un carril por cada sentido de circulación – , un peor estado de la calzada o de la señalización, la mala visibilidad, las curvas o los atropellos de animales, son algunas de las razones. Por ello, conviene extremar la precaución y ser conscientes de por dónde se conduce. La DGT recomienda llevar la luz de cruce durante el día – aunque no es obligatorio – para mejorar nuestra visibilidad.
Ir bien equipado
Al ir a un entorno de naturaleza no tendremos tan a mano como en una ciudad o una autopista los servicios que podríamos necesitar. Por ello, antes de salir, es recomendable llevar el depósito de combustible lleno (el consumo puede ser más alto que en condiciones normales), y guardar agua, alimento, ropa adecuada, y el teléfono móvil con la batería al completo, así como un kit de primeros auxilios, una linterna, gafas de sol, etc.
Atención a los animales
Si un animal cruza la calzada, hay varias circunstancias que harán que tengamos que reaccionar de una u otra manera:
– Si se encuentra en medio de la calzada: Reducir la velocidad, y mantener una distancia prudente; además podrían aparecer más miembros de la manada, de ahí que haya que extremar más la precaución. Tocar el claxon, y en todo caso de forma suave, es la última opción si no se mueve, ya que podría asustarle y reaccionar de manera inesperada. Si es un animal grande y sigue sin moverse, lo mejor es llamar a los servicios de emergencia.
– Si es un animal pequeño: Intentar esquivarle a baja velocidad, manejando suavemente el volante.
– Si es un animal grande: lo mismo que con los pequeños, pero desviándose a la derecha o incluso saliéndose de la calzada si las condiciones de la carretera lo permiten. No hay que frenar de golpe, sino de forma firme y continua, de manera que los sistemas de frenado como el ABS ayuden.
– Si el choque es inevitable: Pisar hasta el fondo el pedal de freno y embrague y sujetar con fuerza el volante.