Ahora que nos toca estar en casa durante (casi) todo el día, se recomienda seguir, en la medida de lo posible, con las rutinas previas al confinamiento. Y, si es posible adoptar nuevos hábitos donde también tiene cabida la sostenibilidad. En este post os resumimos algunas ideas que puedes aplicar.
La factura eléctrica es unas de las más temidas. Por ello, podemos seguir algunas prácticas para atemperar su subida ahora que estamos días sin apenas salir. Un aspecto determinante en el consumo eléctrico doméstico es la calefacción: para tener una temperatura ambiente confortable en casa, entre 20 y 21 ºC es suficiente. A partir de ahí, un incremento de un solo grado puede suponer un aumento del 10 % en la factura de la luz. Para poder aprovechar el máximo el calor residual de tu casa, apaga la calefacción una hora antes de irte a dormir, cerrando la puerta de tu habitación para mantener, al máximo, la temperatura de confort.
La lavadora es uno de los electrodomésticos que consumen más energía en casa. De hecho se calcula que alrededor del 80 % del consumo energético se destina a calentar el agua según el programa que hayas seleccionado. Por ello, para poder ahorrar, elije un programa de baja temperatura (25-30 grados) y llénala en su totalidad. Y si tienes secadora, no la utilices; puedes sustituirla por un tendedero interior y aprovechar la temperatura de tu casa para que la ropa se seque más rápidamente. ¡Y no se te ocurra ponerla encima de los radiadores para acelerar su secado!

La temperatura del frigorífico también la puedes regular aunque posiblemente en muy pocas ocasiones (o ninguna) la hayas cambiado. Revísala situándola en 5 º y en el caso del congelador, -18 ºC. Es suficiente para conservar tus productos en perfecto estado. Cuando tengas que guardar productos en la nevera, asegúrate que no estén calientes y que no tengan embalajes innecesarios. De esta manera no estarás consumiendo una energía extra inútilmente.
A la hora de cocinar también puedes utilizar alguno de los siguientes consejos. Calienta la comida en el microondas, nunca en el horno; el consumo energético es mucho mayor y se calienta mucho más lentamente. Si cocinas con vitrocerámica, apágala unos minutos antes de terminar con lo que estés haciendo; este calor residual se va a desaprovechar si, cuando apagas la vitrocerámica, retiras la olla que calentaba.

Con pequeños ajustes en la iluminación puedes hacer que se reduzca su aportación a la factura eléctrica. Siempre que puedas, intenta aprovechar la luz natural para iluminar la casa y calentarla. Además, te ayudará a seguir los ritmos circadianos del cuerpo. Si tienes que hacer algún cambio de bombillas, piensa que es mucho mejor que sean LED. Pese a que su precio sea sensiblemente superior, su consumo energético llega a ser de un 90 % menos si las comparamos con otras bombillas como las incandescentes, además de tener una vida útil mucho más larga.
¿Sabías que los aparatos siguen consumiendo aunque no los utilices? El ordenador, el router, el portátil o cargadores consumen energía aunque no los estés usando. Por ello, acuérdate a desconectarlos cuando no los vayas a usar para evitar, así, un consumo innecesario y un gasto a final de mes. Para que te sea más cómodo, puedes enchufarlos todos en una base múltiple y con un gesto los podrás desconectar a la vez. Con pequeños pasos puedes hacer que este confinamiento sea un poquito más verde y más sostenible.