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Convierte tu casa en una república energéticamente independiente

Autoconsumo eléctrico. Esta revolución solar puede reducir a la mitad la factura de la luz. Cada tejado, cada azotea, cada jardín pueden convertirse en pequeñas centrales eléctricas independientes. Y no es algo especialmente difícil

Adiós petróleo, adiós. El mundo se está electrificando a pasos agigantados, obligado por la urgencia de la crisis climática y la necesidad de una rápida descarbonización de la economía. Ese nuevo mundo que ya está a la vuelta de la esquina no se va a parecer en nada a lo que hasta ahora conocíamos gracias a una silenciosa revolución ciudadana: el autoconsumo solar.

El monopolio eléctrico se tambalea porque cada tejado, cada azotea, cada jardín están convirtiéndose en pequeñas centrales eléctricas independientes. Suficientes para cubrir las necesidades de una familia, un hotel rural, un colegio, una granja e incluso una pequeña fábrica.

Esta revolución solar puede reducir a la mitad la factura de la luz e incluso, si tienes un sistema independiente y has amortizado la inversión, te puede salir gratis. Electricidad barata y sostenible que alimentará las baterías de nuestros coches a precios ridículos. Adiós gasolineras, adiós.

Sol para todos

En España hemos pasado del impuesto al Sol, que nunca llegó a cobrarse pero paralizó cualquier posible iniciativa, a instalar más de un megavatio de autoconsumo al día, destaca el periodista Antonio Barrero en la revista Energías Renovables. En estos momentos se vive un auténtico boom de las placas solares, cada vez más eficientes, fiables y baratas. La actual pandemia, lejos de ralentizar la tendencia ha sido un incentivo. El teletrabajo aumenta los consumos eléctricos y empezamos a mirar con lupa la factura de la luz. También ha crecido nuestra conciencia ambiental, al mismo tiempo que ayuntamientos y comunidades autónomas incrementan subvenciones y deducciones fiscales a este tipo de instalaciones.

Es el caso de Cristina Hernández. Cuando se construyó su casa en Tindaya (Fuerteventura) podía elegir el conectarse a la red eléctrica o instalar placas solares en el tejado. Optó por la segunda opción y lleva años sin pagar ni un euro por la electricidad que produce una instalación solar que ya tiene amortizada. “Hemos tenido que ajustar nuestros consumos a la capacidad de las placas, pero todo son ventajas”, reconoce.

Ahora todo es mucho más fácil, rápido y barato que cuando Cristina lo hizo. Montar una instalación de este tipo apenas lleva un par de día de trabajo, que desde el minuto uno empieza a dar beneficios a sus propietarios y al Planeta. “Cualquier reforma en nuestra casa es más cara que poner una instalación solar de autoconsumo y en lugar de suponer un gasto nos ayuda a reducir la factura de la luz, al tiempo que revaloriza la vivienda y la hace más sostenible”, destaca Aurora Blanco, responsable de Comunidad de Ecooo, una empresa de no lucro especializada en este nuevo modelo energético. Con el añadido de poder vender, si llega el caso, el exceso de electricidad producido.

Cada vez más y más fácil

La periodista ambiental Pepa Mosquera, experta en energías renovables, asegura que el interés por el autoconsumo se ha disparado en los últimos años a pesar de que todavía hay poca información, laguna que la comunicación boca oreja, la más creíble de todas, está impulsando sin necesidad de costosas campañas publicitarias. Cada cliente nuevo se convierte así en el mejor embajador de esta nueva manera más democrática y abierta de consumir electricidad. “En unos pocos años las placas solares de autoconsumo serán un electrodoméstico más de nuestras casas”, profetiza la periodista. Eso sí, advierte. Mucho cuidado con los chollos. Mosquera pide cautela, seleccionar empresas solventes y optar por instalaciones de calidad ajustadas las necesidades reales de cada uno.

Es importante saber que su vida útil es como mínimo de 25 a 30 años, pero también que se tarda en amortizar la inversión entre 7 y 10 años. Ojo por lo tanto con materiales de mala calidad e instaladores inexpertos. Y otro dato importante a tener en cuenta. Se trata de reducir a la mitad la factura de la luz, no de tenerla gratis. Dependiendo de la potencia instalada, siempre habrá que seguir pagando por el suministro extra que necesitaremos en días nublados o de alto consumo.

Infinidad de empresas (incluidas las grandes) y cooperativas ofrecen este servicio, encargándose incluso de un expediente administrativo que también se ha simplificado. Algunas se brindan a pagar ellas mismas la instalación y ceder su uso al cliente en régimen de alquiler, evitando así la fuerte inversión inicial.

También en bloques de pisos

El autoconsumo compartido es sin duda una de las opciones más prometedoras del autoconsumo residencial. Lo puede promover una comunidad de propietarios en su edificio, sin importar el tamaño de la finca. Con una inversión mínima para cada vecino, permite reducir el coste de la factura de la electricidad de servicios comunes como la iluminación de la escalera o el ascensor.

¿El único problema? Ponerse todos los propietarios de acuerdo. En España todavía hay reticencias al desarrollo de la economía de escala, a la cultura del compartir.

Pero como destacan los expertos, en cuanto las primeras comunidades de vecinos superen esta barrera psicológica y las demás conozcan sus ventajas se espera una auténtica revolución solar: la revolución de los tejados.

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