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Dalí y su particular homenaje al mundo de los neumáticos

En la casa de Dalí encontramos un homenaje muy especial del artista al mundo de los neumáticos. ¿Por qué ese afán por los cauchos? Nos paseamos por Portlligat para descubrir a uno de los artistas más fascinantes de la Historia y su curiosa relación con la mitología de los neumáticos.

Aprovechando las últimas luces del verano, hacemos una escapada al punto más oriental de la península, al cabo de Creus, para conocer la bahía de pescadores de Portlligat, donde Salvador Dalí, uno de los máximos exponentes del surrealismo, fijó su residencia y creó una de las obras más singulares de su vida: su propia casa.

La visita tiene para nosotros un doble aliciente porque en el patio de la piscina, epicentro de la vida social del artista, se levanta un homenaje muy especial al mundo de los neumáticos con referencias directas y continuas a marcas tan conocidas como Pirelli o Michelín ¿Por qué ese afán por los neumáticos? ¿Quería rendir un sentido tributo a la historia del caucho o simplemente llamar la atención del público?

Tumbado en la alcoba de su dormitorio, el pintor de Figueres aseguraba que él era “el primer español en ver amanecer”. En aquella casa vivió, trabajó y creó su propia personalidad. Pasó los mejores años de su vida junto a su musa y esposa Gala; pintó cuadros tan emblemáticos como El Cristo de San Juan de la Cruz, el Torero alucinógeno y La tentación de San Antonio; y se hizo mundialmente famoso por sus excentricidades y su extremada imaginación. “Me he construido sobre estas gravas: aquí he creado mi personalidad, descubierto mi amor, pintado mi obra, edificado mi casa. Soy inseparable de este cielo, de este mar, de estas rocas, ligado por siempre a Portlligat”, reconocía Dalí en su ocaso.

Michelín en la casa de DalíHoy su casa es un museo que recibe más de cien mil visitas al año y se ha convertido en una parada obligatoria para todo aquel que quiera conocer bien el universo y la intimidad del pintor. Entre los muchos vericuetos de la casa-museo llama poderosamente la atención la piscina de Las mil y una noches. Proyectada en 1969 y terminada en verano de 1971, está cargada de imágenes oníricas e impactantes que muestran todos los elementos característicos del estilo ecléctico y surrealista del artista.

En forma de falo, la piscina es alargada y cuenta con un templete elevado desde el cual se puede divisar toda una amalgama de objetos y esculturas que, bajo un aparente desorden, muestran la capacidad creativa del genial autor: desde el cráneo de un elefante, pasando por una peculiar recreación de la fuente de los leones de la Alhambra de Granada, a una réplica gigante de Bibendum, el famoso muñeco de Michelín.

El rincón más emblemático de la piscina está dedicado a Pirelli que comparte protagonismo con una de las cinco copias existentes del sofá “Labios” inspirado en la cara de la actriz Mae West, donde cada año se fotografían miles de visitantes procedentes de todos los rincones del planeta.

  1. Muy interesante, el arte y el mundo del neumatico unidos a traves de la figura de un gran artista!. Gran sensibilidad la del periodista que lo plasma.

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