Son los miembros de Hostelería #PorElClima, iniciativa creada y desarrollada por Ecodes desde 2017, e integrada dentro de la Comunidad #PorElClima.
Hostelería #PorElClima es un proyecto que tiene el doble objetivo de impulsar las acciones climáticas en el sector de la hostelería y sumarlo así a la lucha contra esta amenaza ambiental, y también de ayudar a los hosteleros, los propietarios de bares, restaurantes y hoteles, a identificar las acciones de este tipo que ya estén llevando a cabo en la gestión de sus establecimientos y ampliarlas para reducir su impacto ambiental.
Los últimos en incorporarse han sido 75 restaurantes y bares de Logroño, 67 de ellos de la famosa Zona de El Laurel, que lo han hecho en bloque. Así se ha llegado a los 450 establecimientos de hostelería en toda España que, entre todos, suman casi 3000 acciones climáticas.
Pero, ¿qué tienen que ver el Acuerdo de París y la Hostelería #PorElClima? Algo más de lo que parece a simple vista. Es la historia de una concatenación de proyectos de Ecodes, todos ellos unidos por la filosofía de la organización: trabajar en positivo y con el espíritu, como suele decir a menudo su director, Víctor Viñuales, de que no hay acción pequeña y todas cuentan.
Así empezaron por reunir “1 millón de compromisos #PorElClima”, «acciones que, tanto personas individualmente, como administraciones, empresas, entidades de la sociedad civil, se propusieron voluntariamente llevar a cabo como señal de implicación y actuación contra el cambio climático. Esos compromisos se llevaron a París, a la cumbre en la que se esperaba que se alcanzara un acuerdo ambicioso de los países contra el cambio climático. El acuerdo se alcanzó y ahora cada estado tiene que hacer su parte», recuerda Ana Mastral, coordinadora de Hostelería #PorElClima. «Pero, como hay unos plazos para alcanzar las reducciones de emisiones «que marca París, 2030 y 2050, está claro que hay que actuar ya y plantear a la sociedad la pregunta ¿qué estamos haciendo nosotros por el clima? Y ahí nació el proyecto “Comunidad #PorElClima”, también dedicado a personas, administraciones, entidades y empresas, donde cada cual cuenta qué está haciendo contra el cambio climático».


Ecodes enlaza sus proyectos con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible). #PorElClima está basado en el 13, cambio climático «y también en el 17, que es el de alianzas. Porque trabajamos mucho con otras entidades para mover y cambiar cosas. Por ejemplo, con Coca Cola ya hemos trabajado en otros proyectos relacionados con el agua. Hablamos con ellos de la Comunidad #PorElClima y de ahí nació la idea de llevarlo a la hostelería, que es también un ámbito de trabajo natural para ellos. Con esta alianza llegamos más fácilmente a este sector, que tienen una gran importancia en la economía española, por el turismo entre otras cosas, pero emite bastante y está muy diseminado. Trabajamos en equipo con el área de Comunicación de Coca Cola y a través de las asociaciones locales de hostelería, que ven en el cambio climático un problema serio para ellos llegamos a muchos más establecimientos», sostiene Mastral.
La iniciativa ha tenido buena acogida entre los hosteleros «en los dos años que llevamos yo he notado que algo está cambiando. Al principio lo veían como algo marciano, que no iba con ellos. Pero ya no lo perciben así y solo les falta saber qué es lo que hay que hacer». ¿Qué ha influido en este cambio? «Pues que están comprobando por sí mismos que situaciones que aparentaban ser lejanas, que llegarían a largo plazo, las estamos viendo ya. Ven cómo con la subida de las temperaturas, con 40 grados, por ejemplo, se usan menos las terrazas o hay que poner los aires acondicionados más fuertes. Incluso que está habiendo un cambio de hábitos y el turismo europeo está bajando en las zonas costeras, porque en España hace más calor y en Europa no hace tanto frío. Así que, en la hostelería ven ya que se tendrán que adaptar a esos cambios».
Así la adhesión de hosteleros a la acción climática va incrementándose poco a poco. En la práctica que el planteamiento que les propone el proyecto «comienza por entrar en la página web, www.hosteleriaporelclima, ahí van a encontrar 69 acciones contra el cambio climático, específicas para hostelería, agrupadas en seis áreas: ahorro de agua, ahorro de energía, consumo responsable, gestión y tratamiento de residuos, huella de carbono y movilidad. Y en cada una de estas áreas se recogen acciones sencillas que cualquier hostelero, después de registrarse, puede sumar a su perfil climático. Ellos van marcando cuáles hacen ya y cuáles se proponen incorporar. Así cada establecimiento adherido tiene su perfil climático». Además, para completar el registro se geolocalizan y pueden incorporar sus redes sociales, página web, etc. «Toda esta información se pone de manera pública en la página web del proyecto y aparecen como Adheridos por el clima, de manera que cualquier puede verla y valorarla. Hay un pequeño diploma que les damos acreditando que, efectivamente, están en el proyecto y las acciones que realizan identificadas con iconos. Y lo cierto es que hay gente muy comprometida, que hace muchísimas cosas y tiene un montón de iconos».
Las medidas más extendidas son, sobre todo, la utilización de luces led y los sistemas de ahorro de agua. «Estas dos son las más sencillas, realmente, porque apenas requieren tecnología o cambio de hábitos, que son también las dos áreas en las que podríamos agrupar el conjunto de medidas. Las de cambio de hábitos son más difíciles. Y, de estas, las dirigidas a los clientes. Por ejemplo, las de desperdicio alimentario. Por poner un ejemplo, en los bufets libres se tira cantidad de comida cada día. Porque han de tener de todo, todo el día y fresco. El restaurante puede llegar a acuerdos con alguna app para venderlo más barato o con una ONG o un comedor social, para que se lo lleven. Y al cliente se le puede también inculcar que pida lo que se va a comer o que se lleve lo que le sobre. En otros países de Europa hay más costumbre, pero aquí todavía no se hace apenas. Pero a los establecimientos se les hace difícil inculcar ese hábito a los clientes».


No a todos les resulta nuevo las propuestas que encuentran en la web, «hay gente que dice que ya ponen leds, pero por ahorrar en la factura. ¡Pues claro!, es legítimo. Lo que no saben es que con esto también contribuyen a la acción climática. Por eso les decimos que lo cuenten. Porque, incluso establecimientos muy implicados y que ya hacían bastantes cosas, no sabían cómo comunicar que tenían todas esas medidas en marcha. En este sentido este proyecto también tiene un perfil muy importante de comunicación. Por eso hacemos una pegatina de adhesión, que pueden exhibir y hacer público que están implicados en un proyecto climático».
Esto ha pasado, sin ir más lejos, con algunos de los bares y restaurantes de la calle Laurel de Logroño «había bastantes que al hacer su perfil climático, se encontraban con que ya estaban haciendo más de dos y más de tres acciones y nos decían que lo hacían por un tema económico, pero que no sabían que también estaban evitando emisiones de CO2».
Y, como una cosa lleva a la otra, unos se fijan en otros, y el que más y el que menos se anima a hacer cosas o a hacer más cosas «por convicción, por competitividad, por imagen, por reputación. Da igual el motivo. Lo importante es que se convierten en ejemplo y en camino a seguir». De cómo se animan unos a otros es un buen ejemplo la iniciativa conjunta que han tenido los hosteleros de la zona del Laurel, que «se han comprometido a hacer una cosa nueva y muy interesante: ofrecen a los vecinos, a todos los de Logroño, llevar a sus establecimientos el aceite usado de sus casas para que ellos lo gestionen junto con el suyo. Ya que todos han de gestionarlo, porque todos tienen freidoras, y se lo recogen para hacer biodiesel. De esta manera ellos, que pensaban que quizá no podrían hacer gran cosa, resulta que han acabado poniendo a disposición de la comunidad una capacidad que tienen y están ofreciendo un servicio a coste cero. Es una acción maravillosa, muy motivadora y positiva. La dirección en la que hay que ir».