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El importante trabajo de los rescatadores de animales salvajes

Cualquiera que se los cruce por la calle seguramente o no repara en ellos o no les nota nada diferente del resto de las personas. Entran en acción y no es que se transformen en ni más altos ni más fuertes. Tampoco llevan capa, ni les sale mágicamente de entre la ropa. Pero, ¡amigo! una buena mantita o una toalla sí que les resulta imprescindible en sus acciones salvadoras. Y más de uno y más de dos, ha sido verlos llegar y  ver de repente el cielo abierto. Y para sus protegidos, con mucho susto en el cuerpo y sin ser conscientes, su ayuda puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.

Son el Equipo de Rescate de GREFA. Un grupo de hombres y mujeres, profesionales  y expertos en el manejo de animales salvajes. Personas que se ocupan de recoger a animales salvajes que se encuentran en dificultades, -heridos, enfermos, intoxicados por cebos envenenados, electrocutados por tendidos eléctricos, con disparos por caza, etc.-, en el medio natural y los trasladan a las instalaciones del hospital de fauna salvaje que la organización tiene en Majadahonda, Madrid. En el centro son atendidos según su situación y necesidades hasta que se recuperan y pueden ser devueltos a la naturaleza. Solo en el tiempo que va de octubre de 2020 a septiembre de 2021, han atendido en el hospital a 7.420 animales.

Integrado profesionalmente por cinco personas, el equipo de rescate de GREFA lleva funcionando más de 15 años y está operativo durante todo el año. En ellos se basa un servicio único en la Comunidad de Madrid con el que también colabora de forma habitual una red de rescatadores voluntarios, tanto en las labores sobre el terreno como en la recepción de animales en el hospital de fauna. Para conocer el trabajo de este equipo y su balance de actividades del último año, GREFA organizó una jornada para periodistas.

Destreza y experiencia, claves para este trabajo

David Gutiérrez, responsable del Equipo de Rescate, explica que su trabajo suele comenzar «con una llamada a la centralita del centro o a teléfono de urgencias, que nos dan cuenta de alguna incidencia con algún animal. Esas llamadas nos llegan tanto de ciudadanos particulares como de policías locales, agentes forestales o miembros del Seprona (el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil)». A partir de ese momento «gestionamos la incidencia según la información que nos dan sobre las situación del animal, valoramos su estado y, o bien actuamos nosotros mismos, o bien asesoramos la persona que nos llama sobre qué hacer y cómo».

Los rescatadores acuden personalmente a atender los casos más delicados, cuando el manejo y traslado del animal herido o en situación de riesgo debe hacerse por personal cualificado, «si se trata de especies amenazadas, o un animal con un problema grave, o que su manejo pueda suponer un peligro para las personas, como podrían ser un murciélago, una culebra o un ave rapaz». El los rescatadores han atendido y llevado al centro de recuperación a unos 1.500 animales.

Su destreza y experiencia es imprescindible para atender a los más grandes o los que están en situaciones más problemáticas, «el manejo ha de ser muy cuidadoso, porque, al hecho de estar heridos o atrapados, se une el contacto con los humanos, que les genera muchísimo estrés, tanto que algunos pueden llegar a morir en ese trance. Se les nota que se les pone el corazón a mil», comenta Rodríguez. De ahí que les suelan tapar con esa manta que llevan siempre consigo.

En su trabajo encuentran una gran variedad de situaciones, afortunadamente no siempre tan graves para el animal. De hecho, alguna vez puede ser que esté más asustado quien les avisa que el propio animal. Por ejemplo, si se ha encuentra una culebra en una piscina vacía, como ha ocurrido en alguna ocasión.

La importantísima colaboración ciudadana

El resto, hasta esos más de 7.000 «que alcanza hasta el 83 por ciento, los trae la gente. Ahí se ve claramente que la colaboración ciudadana es importantísima para que podamos atender a tantos. Y nos da una idea de la gran cantidad de gente sensible con los animales que nos rodean».

Tanto es así, que en la época de cría, en primavera y verano, «suele producirse un colapso, con días de hasta 300 ingresos. Nos traen muchos pollos o crías que no están enfermos o heridos, sino que en sus primeros vuelos o salidas de la madriguera han tenido algún problema, alguien los ha encontrado y los trae. Y, claro, hay más ingresos que liberaciones». Es la campaña de pequeños huérfanos, cuyas únicas necesidades «suelen ser darles de comer hasta que crezcan y se les pueda devolver a la naturaleza».

Para todo este trabajo, a los cinco miembros profesionales del Equipo de Rescate, se suma una red permanente de unos 50 voluntarios que están coordinados con ellos y actúan sobre todo en el hospital, en la recepción de los animales, haciéndoles las fichas y poniéndolos a disposición de los veterinarios del centro.

Además, colaboran otros 12 voluntarios, repartidos por el territorio de la Comunidad de Madrid, que son naturalistas y expertos en el manejo de animales en el campo. Y, además, están las más de 100 personas que se ofrecen a colaborar con la organización en los periodos más críticos, cuando en la puerta de las instalaciones de GREFA se puede llegar a formar una fila de más de 100 personas, cada una con un animalito que ha encontrado en apuros y ha recibido instrucciones para llevarlo.

Siempre llamar antes de actuar

Porque los rescatadores recomiendan siempre llamar antes de actuar, «a veces es mejor no tocarles, no manipular a los animales. Por ejemplo, en el caso de las aves, puede ocurrir que un pollo simplemente haya empezado a experimentar con el vuelo y le haya salido mal, y, aunque a veces es difícil saberlo con seguridad, puede ser que los padres estén en el nido cerca y pendientes de él». Por eso, tienen el teléfono abierto todos los días de la semana, con dos líneas. La información más importante que ha de darles quien les llame es dónde está el animal, de qué especie es y cómo está. A partir de ahí, ya se va viendo qué es lo más conveniente hacer.  

Aunque también reciben mamíferos, reptiles y anfibios, «la inmensa mayoría son aves, que son especies más vulnerables». Tan es así, que en lo que va de 2021 han atendido a casi mil vencejos comunes, 769 gorriones comunes y 731 palomas torcaces.

Como afirma Rodríguez, «sin la colaboración de tanta gente no podríamos hacer tanto como hacemos». Como lo es también que una buena parte de que tanta gente colabore se debe a las labores de educación ambiental y de formación determinados colectivos que también llevan a cabo. Por ejemplo, a cuerpos de seguridad, como policías locales, o a bomberos, agentes forestales, etc.

Es también gracias al apoyo económico de diversas entidades que la actividad del Equipo de Rescate y todo lo que lleva aparejado, puede hacer su función que es única en la Comunidad de Madrid, su ámbito de actuación, y que incluso durante los meses más difíciles de la pandemia, han estado plenamente operativos.

Rescates y mucho, muchísimo más

Para quienes no conozcan a GREFA, el rescate de animales en dificultades es solo una parte de su trabajo. De hecho, la sede de la organización, situada en pleno Monte de El Pilar, en Majadahonda, bulle de actividad un día cualquiera.

Por los caminos uno se puede cruzar con varios grupos de escolares de visita en la zona de educación ambiental. Y entre las cuatro paredes del edificio principal, mientras el personal de enfermería distribuye medicación o practica curas a los “enfermos” ingresados, -y oportunos carteles de ‘Silencio”, recuerdan que estamos en un hospital-, en el laboratorio se realizan análisis de las muestras que se les extraen «a todos los que traemos, se les hacen pruebas al entrar y salir. Gracias a eso, cada vez sabemos más sobre la salud de la fauna salvaje. Y de las enfermedades emergentes que les afectan, como hongos, o bacterias», detalla Fernando Garcés, secretario general de GREFA.

El hecho de trabajar con muchas especies y muchos ejemplares de cada una, les permite recopilar un enorme conocimiento, porque «todos los resultados de estas pruebas se introducen en una base de datos. Así podemos saber los valores normales de cada parámetro, que no son iguales en todas las especies, -revela Garcés-. Por ejemplo, los buitres son especialmente sensibles al plomo, más que otras especies».

En un quirófano específico la veterinaria Natalia Pastor y dos jóvenes veterinarias en prácticas, se disponen a practicar la necropsia a un galápago «porque es muy importante saber de qué mueren los animales salvajes. Actúan como biondicadores muy tempranos, como alertas. Saber si es por un problema toxicológico, acumulación de metales pesados o por residuos de medicamentos, por ejemplo, nos puede ayudar a detectar o anticipar algunas situaciones que pueden llegar a influir en la salud humana, incluso globalmente. Como la presencia de microplásticos en animales terrestres o de restos de antibióticos que pueden provenir del uso en cría de animales en granjas, y anticipar problemas de resistencias infecciones multiresistentes, etc.». Eso sí, la intervención se realiza con medidas de seguridad muy estrictas «porque no sabemos qué pueda tener, aunque tenga una apariencia sana».

Formación de futuros veterinarios de fauna salvaje

Formación de futuros veterinarios, «la veterinaria de fauna salvajes es muy diferente de la doméstica, -aclara Garcés-, por eso tenemos convenios con todas las facultades de Veterinaria de España y hacen aquí una especie de MIR. Pero no solo eso, aquí hacemos formación en todos los departamentos». Más investigación, colaboración en programas nacionales e internacionales de cría en cautividad de especies y posterior reintroducción en la naturaleza, participación de proyectos LIFE, control biológico del topillo campesino, colaboración en la restauración de monumentos para evitar el impacto en las aves que anidan entre las piedras…

No es fácil hacer el recuento de todo lo que abarca GREFA, que este año cumple sus cuarenta de actividad en defensa de la biodiversidad, que se ha consolidado como referencia internacional con sus programas de atención a la fauna autóctona con problemas de conservación y que fue creada, como recuerda su presidente y uno de sus fundadores, Ernesto Álvarez, «por un grupo de jóvenes amantes de la naturaleza influidos por el legado de Félix (Rodríguez de la Fuente, por supuesto), que era grande y había convencido con sus reportajes a la mayor parte de la sociedad española, a nosotros desde luego, de que la preservación de la naturaleza requería ir más allá, a su protección. Nosotros, que veníamos de diferentes ámbitos, desde el principio nos dedicamos a los rescates desde el principio. Luego, con el tiempo, comenzamos a colaborar con todos los agentes que ha ido habiendo, como los agentes del ICONA al principio, luego con los forestales, los policías locales y, finalmente, con la participación de tantas personas anónimas y su gran apoyo. Todo ello ha permitido la mejora continua en la organización y la ampliación de proyectos, cursos y actividades».

En todo caso y aunque, para los responsables de GREFA, «el gran número de ingresos de animales en los hospitales de fauna salvaje nos da una idea de los problemas y amenazas a los que se enfrentan muchas especies de aves, mamíferos, reptiles y anfibios que viven en el medio natural. También es cierto, que hay una lectura muy obvia para nosotros y es que cada vez hay una mayor concienciación ambiental y sensibilidad hacia nuestra biodiversidad, lo que se traduce en ese gesto, tan importante para nosotros, como es el de recibir en nuestro hospital de fauna a todo aquel que llega con un animal salvaje necesitado de atención».

¿Qué hacer si encuentras un animal salvaje herido o en peligro?

Evalúa la situación a una distancia prudencial. Si el animal no está herido, no corre peligro y está en su entorno, déjalo tranquilo y aléjate lo antes posible. De lo contrario contacta con nosotros y sigue al pie de la letra las instrucciones que te dé nuestro personal para realizar la captura y traslado del animal hasta el Hospital de Fauna Salvaje de GREFA, en Majadahonda (Madrid).

EQUIPO DE RESCATE DE GREFA

Centralita: 91 638 75 50

Urgencias: 627 461 457

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