La reutilización de los neumáticos fuera de uso cada día tiene nuevas aplicaciones. Para hacer suelas de zapato, en campos de fútbol o pistas de hípica, una de las últimas aplicaciones ha sido la de utilizarlos en mobiliario urbano.
“El principal objetivo del proyecto Eco-Rubber fue adaptar los procesos de reciclado industrial de caucho procedente de los neumáticos usados con el fin de utilizarlos como productos fabricados para mobiliario urbano”, explica Ana Belén Crespo, responsable del departamento de Composites de AIMPLAS, centro tecnológico del sector del plástico.
Para ello se utilizó un innovador proceso de triturado en el que se eliminaban las fibras textiles y los metales y a continuación, mediante un proceso de sinterizado, obtener materiales como alternativa a la madera, productos de cemento y gomas. Este proyecto de ecoinnovación tuvo un presupuesto total de 1.022.304 euros del que el 52 % fue financiado por parte de la Unión Europea.
“El objetivo de proyecto fue fabricar material urbano y como caso de estudio de utilizó un bolardo. Se obtuvieron dos demostradores que nos permitieron ajustar el porcentaje de neumáticos reciclados desde un 60 % en su primer producto hasta un 89 % con la optimización. Además, se solicitó un sello distintivo para destacar la visibilidad del producto sostenible”, añade Crespo
Una nueva aplicación
Y es que los resultados de los test de impacto determinó que el bolardo hecho con 89 % de caucho reciclado es cuatro veces más seguro que el bolardo actual metálico y que incluso el bolardo con el 60 % del caucho sinterizado es tres veces más seguro que el actual. “Además, los bolardos eran más flexibles con lo que producían menos fricciones y arañazos en los vehículos que impactaban con ellos”, concluyen
Durante el año 2017, SIGNUS gestionó un total de 188.367 toneladas de neumáticos fuera de uso, que tuvieron diferentes tratamientos: se destinaron 94.574 toneladas a granulación; a la fabricación de cemento fueron 66.731, a obra civil 25, generación de energía eléctrica 2.695 toneladas y a otros 74 toneladas. Las aplicaciones de alto valor añadido como las de Eco-Rubber suponen un ejemplo claro de economía circular y sostenibilidad.