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El escultor Blake McFarland y su obra Jaguar El escultor Blake McFarland y su obra Jaguar

El californiano que ama el béisbol, el surf y las esculturas de neumáticos

En esta serie de artistas que miran en verde y negro, terminamos el año 2017 con el surcoreano Yong Ho Ji y comenzamos 2018 con el norteamericano Blake McFarland, sin duda los dos escultores a partir de neumáticos con más proyección mundial.

En esta serie de artistas que miran en verde y negro, terminamos el año 2017 con el surcoreano Yong Ho Ji y comenzamos 2018 con el norteamericano Blake McFarland, sin duda los dos escultores a partir de neumáticos con más proyección mundial.

Siempre a partir de material reciclado, McFarland crea estupendas obras de arte. Se declara defensor a pies juntillas de la naturaleza, del eco-arte y el reciclaje; de ahí que sus dos principales vías de inspiración hasta ahora hayan sido los neumáticos para dar forma a magníficos animales de poderosa musculatura, algo que lleva haciendo desde 2013, y los corchos de las botellas de vino (muy de California, que es su tierra) para componer icónicos murales.

Cada criatura de neumáticos le lleva en torno a un mes, y emplea pedazos de entre 100 y 400 neumáticos por escultura. Son una virguería de detalles y texturas -algo que puede apreciarse sobre todo en sus modelajes de torsos-, y transpiran menos tormento que las obras de Yong Ho Ji.

El escultor Blake McFarland rodeado de tiras de neumáticoMcFarland es un hombretón que nació hace 30 años, se crió en San José, California (EE UU), y estudió Piscología. Bien conocido también como deportista, creció practicando el surf y la pesca deportiva. Después ha destacado en béisbol, donde ha desarrollado una interesante carrera; sigue jugando como pitcher (el que lanza) en el equipo de los Blue Jays de Toronto. Como puede comprobarse en su cuenta de Instagram @blake_mcfarland , Blake responde al más tradicional estilo californiano de vida sana, sol y mucho deporte. En su vertiente artística, completa su trayectoria pintando elementales paisajes en acrílico.

En este vídeo podemos ver al grandullón de McFarland en plena acción.

¿Pero cómo le dio por pintar y esculpir, entre clase y clase de Psicología, partido y partido de béisbol, y sus largas horas en el mar pescando o practicando surf? Él mismo lo ha contado en alguna entrevista en medios locales, tras reconocer que en este ámbito es totalmente autodidacta: «Recuerdo que en mi tiempo libre siempre estaba dibujando, hasta mis últimos años en el colegio. En cualquier momento, en cuanto tenía un par de minutos libres, ya estaba garabateando algo o haciendo algún boceto. También me recuerdo siempre intentando construir cosas a partir de materiales cogidos al azar en los alrededores de casa, haciendo por ejemplo arcos y flechas con palos e hilo dental”.

Desde luego, hay que reconocerle su afición a reciclar desde pequeño.

De ahí pasó a pintar tablas de surf, que ahora decoran las paredes de varios restaurantes de la costa californiana. Pero ¿cómo comenzó con los neumáticos?

Él mismo nos lo ha contado: «Estas esculturas surgieron cuando por casualidad vi a unos niños usando neumáticos de tractores para sus juegos. Los tenían apilados en una estructura con forma de una serpiente-dragón gigante, y eso es lo que me dio la idea. Me di cuenta de que podía conseguir material gratis para crear lo que se me ocurriera”.

El escultor Blake McFarland trabajando en una de sus piezas hecha con neumáticos

Comenzó a practicar con los neumáticos más manejables de bicicletas en el garaje de su casa. Y así, él solo, fue perfeccionando la técnica, para conseguir su sueño. Muy americano.

Él mismo nos ha contestado vía mail a este blog por qué le atraen los neumáticos para sus composiciones: “Las esculturas que creo están inspiradas por la naturaleza y la anatomía. Me encanta la textura del neumático para representar los músculos y las distintas pieles y pelajes, de ahí que haga animales o personas”

Dice que su pieza favorita es el jaguar, por el aspecto que ha conseguido darle de fuerza y agresividad en la musculatura. Lo que más le costó: la cola. Todo un reto, según reconoce. El tiburón es otra de sus piezas preferidas, que fue además el primer encargo que recibió, por parte de un decorador de interiores. Su último trabajo es una enorme águila; Blake nos cuenta que estará lista en un par de semanas, y que está muy satisfecho de cómo está logrando reproducir las plumas a partir de pedazos de neumáticos. Tras el águila, vendrá un pulpo.

Escultura de mono realizada con neumáticos recicladosMcFarland explica que su misión es cautivar al público no experto: “Quiero que los niños a los que nunca se les ha pasado por la cabeza ser artistas, al ver una de mis obras, piensen: “¡Hala, qué maravilla! Y también que la gente mayor, a pesar de haber visto tantas cosas fantásticas en su vida, al estar delante de uno de mis trabajos se queden impactados porque es la primera vez que ven algo así. Ese tipo de cosas son las que realmente me hacen sentir que lo que hago vale la pena”. Y añade, satisfecho de su vida: “Tanto cuando estoy jugando al béisbol como cuando estoy trabajando en algunas de mis obras de arte, la concentración es tal que no pienso en otra cosa. Es muy relajante. Además, siento que estoy haciendo algo bueno por la naturaleza, al hacerme cargo de centenares de neumáticos fuera de uso y dotarles de nueva vida”.

Le preguntamos para terminar cuál es su principal preocupación relacionada con el medioambiente y la salud del planeta: “Como la población no cesa de crecer, los residuos también aumentan y aumentan. Así que necesitamos encontrar métodos cada vez más eficaces y conocidos para reciclar los residuos en todo el mundo”.

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