Arrancamos aquí una serie de perfiles-entrevistas mensuales a artistas de diversas disciplinas -desde la literatura y la música al dibujo, la pintura y la fotografía- que apuestan por una mirada verde, ecológica, en sus creaciones, que han decidido incluir la responsabilidad con la Tierra, el desarrollo sostenible, el reciclaje, y especialmente la recuperación de neumáticos, en su trayectoria y trabajos. Empezamos con la dibujante extremeña María Ramos, especializada en crear personajes que rompen las normas convencionales de género, y que ha sido la encargada de poner imágenes a los diez cuentos de ‘Neuman Tikín’, el neumático reumático que quería convertirse en un roble, que ha publicado este blog de Signus a lo largo del año pasado.
La idea es quedar con los artistas allí donde trabajan. Así que María Ramos me cita en su casa y estudio, que comparte con su pareja, Roberto Massó, también dibujante, centrado en el cómic. Un tercero sin ascensor en el popular barrio de Delicias, en Madrid, un agradable piso de esos de estructura setentera, con pasillo largo y estrecho, y dos luminosos balcones a la calle. Junto a uno de esos balcones, en una habitación con antiguo e interesante suelo hidráulico, tiene María su ordenador y su mesa de trabajo; la pared frontal la decoran algunos de sus pequeños muñecos y dibujos.
Reconoce María que trabajar de esta manera, de autónoma, a su aire, desarrollando proyectos personales, le gusta, porque ella es muy casera, «un poco abuela», «me encanta eso de poner a cocer las lentejas y a la vez estar diseñando un nuevo personaje». Pero que plantearse así la vida también es duro, los ingresos no son extraordinarios ni estables, «y a veces también me gustaría socializar más, trabajar en equipo, para aprender de los otros, para compartir». Su sueño sería integrarse en una serie de animación. Mientras, da rienda suelta a esas ansias de relacionarse a través sobre todo de los talleres infantiles que imparte en diversos centros culturales, librerías y bibliotecas, sola o con Cinta Arribas, otra artista con la que colabora estrechamente.
Pero por ahora ahí la encontramos, en su casita, rodeada de plantas, libros ilustrados y obras de otros artistas emergentes, como Eloy Arribas. En ese ambiente es donde creó las ilustraciones para los cuentos con las aventuras ecológicas en busca de reciclarse en una nueva vida de Neuman Tikín, la Señorita Espantapájaras y Lady Lata, escritos por quien esto firma, y que próximamente serán recogidos por Signus en formato de libro. «Son personajes muy divertidos y locos. Están dispuestos a cambiar aquello que no les gusta y no aceptar lo que se supone que debería ser así, y eso me gusta mucho».
María Ramos nació en Cáceres hace 32 años, estudió Bellas Artes en Salamanca y vive en Madrid desde hace tres. Su primer trabajo pagado lo recuerda perfectamente: un cartel para el Gran Teatro de Cáceres.
Le pido que nos cuente y muestre sus últimas creaciones. Y lo primero que trae es el cómic para niños Súper-Elo no tiene miedo a la oscuridad, publicado por la editorial Mamut en su colección Wistiti. Trata de una niña que ve monstruos en la oscuridad y eso le acobarda sobremanera; hasta que decide liarse la manta a la cabeza, hacerse un traje de súper-heroína y enfrentarse a esos monstruos nocturnos; ahí descubre que donde ve cosas raras en realidad se trata de su ropa desordenada o la tortuga Tomasa. Un divertido y tierno cómic que puede ayudar a los más pequeños que sufren miedos infantiles a la oscuridad, para descubrir que «la noche es chulísima»; así acaba este delicioso cómic.
María está contenta con los encargos que le salieron el año pasado. Trabajó tanto en verano y otoño que ha decidido tomarse el mes de enero con más tranquilidad, ella que lo primero que transmite es un ritmo pausado. Nos sigue mostrando sus últimas criaturas: En la línea infantil ha hecho el cuento Colorines, un álbum para colorear con la editorial MTM, y Croak Roll, un cómic para niños pre-lectores con la editorial Sallybooks. Para adultos, el cómic Ghost of You para la editorial gallega Fosfatina. Además, el pasado verano participó en el proyecto Madrid en Viñetas, de CentroCentro (las salas de exposiciones de la sede central del Ayuntamiento de Madrid en Cibeles) con dos grandes paneles sobre una tienda de juguetes de segunda mano en el Rastro.
Lo próximo que saldrá, y en lo que ha estado volcada los últimos cinco meses, es el cómic histórico sobre Pedro de Valdivia (Villanueva de la Serena, 1497 – Tucapel, Chile, 1553), el conquistador de Chile, por encargo del Centro Extremeño de Estudios y Cooperación con Iberoamérica, dentro de una serie de volúmenes en los que repasan con formato cómic las biografías de grandes personajes extremeños. María tenía claro que quería hablar del contraste entre dos civilizaciones, no presentar una acrítica figura de conquistador y colonizador, o de pueblo civilizado frente a pueblo bárbaro. Por ello, para poner texto a sus viñetas ha elegido pasajes de las crónicas de Alonso de Ercilla (1533-1594) en La Araucana, poema épico sobre la conquista de Chile y el pueblo mapuche o araucano, y que incluye la captura y ejecución de Pedro de Valdivia, un texto que ya muestra cierto aspecto humanista y de proximidad hacia el pueblo indígena.
Está contenta con lo que tiene, aunque critica que en España cuesta mucho que el artista autónomo salga de la precariedad, pero confiesa que pronto, tras terminar Bellas Artes, tuvo claro a lo que quería dedicarse: el cómic, la ilustración, trabajos editoriales, porque «dentro de los ambientes artísticos, yo creo que es donde menos tontería hay, el menos feria de vanidades».
Sus personajes, como Neuman Tikín, suelen ser tiernos gamberretes. Criaturas entrañables que se mueven -y ella así lo reconoce- entre poner patas arriba todos los clichés de género aún tan arraigados en nuestra sociedad y la nostalgia por otros tiempos menos virtuales y sofisticados, el mundo de los juguetes, muñecos y muñecas de los años 50, 60, 70 y 80. De ahí obtiene ella mucha inspiración, y por eso le encanta fisgonear y rebuscar en las tiendas de juguetes antiguos del Rastro de Madrid -de ahí que fuera ese ambiente el que quiso reflejar cuando desde CentroCentro le pidieron que aportara su visión de Madrid-. Muñecos que adora, aunque luego sienta a menudo, en un acto un poco perverso de protesta frente a los convencionalismos que heredamos generación tras generación, la necesidad de quitarles la cabeza y colocarles otro par de piernas en la mitad superior del cuerpo.
Así es María Ramos, que entre cazuela y cazuela de lentejas, te crea un original personaje con el que rápidamente empatizas, tiernos antisistema de las normas heredadas.
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Excelente entrevista-reportaje sobre una artista no menos excelente y original, que esperemos pronto consiga sus anhelos. Adelante!
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