Creemos que los bosques como el Amazonas son los pulmones del planeta. Pero en realidad, nuestros auténticos pulmones, al menos los más importantes, son los océanos. Solo el fitoplancton – unos minúsculos organismos marinos – de sus aguas produce la mitad del oxígeno de la atmósfera. Es solo un dato para comprobar lo importante, y desconocido que son nuestros océanos. Para llamarnos la atención, cada 8 de junio se celebra el Día Mundial de los Océanos.
Desde 1992, Naciones Unidas quiere recordarnos que los océanos son esenciales para los seres humanos. No solo por el oxígeno que respiramos, sino también por la gran cantidad de alimentos o de medicinas que conseguimos gracias a ellos, o por su papel en la lucha contra el cambio climático. Los océanos absorben cerca del 25% del dióxido de carbono (CO2) que llega a la atmósfera debido a la actividad humana.
A pesar de ello, los seres humanos nos estamos cargando los océanos. Los responsables de Naciones Unidas centran la campaña de este año en la contaminación por el uso excesivo del plástico. Así, en redes sociales se promoverá la acción con las etiquetas #AcabarConLaContaminaciónPorPlásticos, #SalvarnuestroOcéano y #DíaMundialdelosOcéanos.
Así estamos matando a los océanos
La contaminación de nuestros océanos ha crecido de forma alarmante en las últimas décadas. Su origen proviene del vertido de diversos productos y sustancias generadas por los seres humanos.
Una de las contaminaciones que más preocupa en la actualidad es la causada por el vertido incontrolado de plásticos. Según los responsables de Naciones Unidas, en la actualidad 13 millones de toneladas de plástico llegan a los océanos cada año. Es como si un camión de la basura lleno vertiera sus residuos cada medio minuto a las aguas.
Si no se frena, en 2050 habrá más plástico que peces en los océanos, alertaba un informe del World Economic Forum (WEF, por sus siglas en inglés). Sus autores alertan de que la tercera parte de todo el plástico producido termina principalmente en el entorno marino. De seguir el ritmo actual, en 2050 se producirá tres veces más que en 2014.
La contaminación por plásticos causa diversos impactos en los océanos, como advierten los expertos de la ONU. Provoca, entre otros daños, la muerte de 100.000 especies marinas cada año. La mayoría de los plásticos quedan intactos durante décadas o siglos después de su uso, y los que se deterioran se convierten en microplásticos. Los peces y otros animales marinos los acaban consumiendo, llegando de esta manera hasta nosotros a través de la cadena alimentaria mundial.
Además de los plásticos y microplásticos, los océanos sufren otro tipo de amenazas causadas por los seres humanos: Las mareas negras de los grandes buques petroleros y los vertidos incontrolados por labores de limpieza o recarga de combustible en alta mar; la contaminación por metales pesados como el mercurio, capaz de causar serios trastornos en el medio ambiente y nuestra salud; el abuso de fertilizantes por las explotaciones agrícolas que llegan a los océanos, alterando su composición; o el cambio climático producido por la excesiva emisión de gases como el CO2.
Cómo podemos salvar a los océanos
En primer lugar, los ciudadanos debemos concienciarnos de la importancia de los océanos. No en vano, la conservación de los océanos es una de las claves de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y su Agenda 2030 de Naciones Unidas. En concreto, del Objetivo 14, “conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible”.
La práctica de las tres erres del ecologismo, reducir, reutilizar y reciclar, son básicas para cuidar el medio ambiente, y también por supuesto los océanos. Por ejemplo, podemos consumir productos con el menor plástico posible, sustituyéndolos por elementos reutilizables, y en todo caso reciclando los productos que utilicemos, para que no acaben en los océanos. Si los ciudadanos asumimos un modo de vida y de consumo más sostenible, las empresas tomarán nota y se adaptarán a ello.
Asimismo, es esencial que presionemos a las instituciones para que aprueben y hagan efectivas leyes concretas de conservación de los recursos marinos. A pesar de que los océanos cubren más de 70% de la superficie del planeta, solo el 1% está protegida - comparte .