La exposición ‘Devolver el fuego’, montada en Madrid, en el Centro de Cultura Contemporánea Condeduque hasta el 17 de julio, es una profunda reflexión –metafórica y filosófica– sobre la encrucijada en que nos encontramos de las relaciones de la Humanidad con la Tierra. En nuestra serie mensual de ‘artistas en verde’, hoy hemos seleccionado ocho propuestas de artistas contemporáneos que ´devuelven el fuego’ y nos hacen ver que polvo hemos sido y en polvo nos convertiremos.
La propia entrada a la exposición ya nos pone en situación. Se trata de bajar decenas de escaleras por un túnel negro a una especie de catacumbas que nos aíslan del ruido del exterior, del centro madrileño, del bullicio, y nos sumergen en un espacio de reflexión. Estamos en la Sala de Bóvedas del centro cultural municipal Conde Duque.
El cartel que nos explica Devolver el fuego también nos sirve para contextualizar, para que nos enteremos desde el principio que esto no es algo superficial. Dice así: “En la mitología griega, Prometeo es el titán que desafía a los dioses. Creador de la Humanidad, roba para esta el fuego que Zeus le había negado…”. “Hoy en día vemos cómo nuestra manera de actuar sobre los elementos hace peligrar el planeta. Es el momento de devolver el fuego de Prometeo y hacer una apuesta clara por otras fuentes de energía y empezar de nuevo, creando una nueva relación con la Tierra y los océanos, más respetuosa, menos invasiva y depredadora”.
La exposición, comisariada por Mónica Maneiro Jurjo, se ha encuadrado dentro del festival MadBlue 2022 y está montada como un acercamiento a las agresiones que estamos infligiendo al planeta desde la creación, desde el simbolismo, desde la metáfora y la metonimia, con una buena carga de trascendencia. Y uno que lleva varios meses dándole vueltas a lo erróneo del concepto medioambiente, meses dándole vueltas a que el propio término quizá ha contribuido a desconectarnos del problema, quizá haya contribuido a que lo veamos como algo exterior, adjunto, añadido, cuando de lo que hablamos no es algo que ataña al entorno, al medio, al ambiente, sino a nosotros y nosotras, a nuestra esencia, al Todo… Sí, quizá hubiera sido mejor empezar llamándolo Todo en vez de Medio. Y en ese sentido holístico, arraigado a la esencia del planeta y de la naturaleza, que no es otra que nuestra esencia, hemos seleccionado ocho obras de Devolver el fuego.
1.‘Sueños geológicos’ (2022). Nuria Fuster. Con comisariado de David Barro. ¡El polvo!
Este proyecto se basa en la recopilación de polvo de diferentes partes de la ciudad de Madrid, que posteriormente es introducido en un tubo que lo hace circular. A través de esta instalación, la artista nos invita a volver a conectar con el origen a partir del polvo y a pensar en aquello que algún día seremos. Que volveremos a ser.
2. ‘Espejismo II’ (2019). Glenda León. Mariposas caídas.
Un vídeo de unos pocos minutos que nos habla de la fragilidad y fuerza de la naturaleza. “Una visión holística del Universo: todos los seres fuimos concebidos por la misma energía con que fue creado el cosmos”. Con un acompañamiento musical minimalista de piano, contemplamos mariposas volando que, de repente, caen, caen como si fueran hojas secas que se desprenden de los árboles. La artista cubana, que vive entre La Habana y Madrid, compone así un vídeo muy efectista con lo mínimo. La mariposa es un símbolo de empoderamiento, de lo que mal llamamos debilidad, cuando en realidad se trata de fragilidad, “una fragilidad incrementada por el impacto negativo de la explotación de los recursos naturales”. “La inmensidad representada por las alas de este pequeño ser se pueden convertir en un espacio al cual mirar para reencontrar o recordar la belleza infinita que nos circunda, y que en ocasiones permanece oculta a nuestros ojos”.
3.’Sobre o meu jardim’ (1998-1999). Alberto Carneiro. Nuestro jardín.
El trabajo de este artista portugués gira siempre en torno a la vegetación y la naturaleza como protagonistas. En Condeduque lo que presenta Carneiro es una estética instalación realizada con trozos de madera que componen una especie de mandala o rosa del desierto; construye así un espacio de reflexión sobre cómo todos somos todo y uno.
4. ‘Rama 3’ (1984-2016). Eva Lootz. Poética y problemática del agua.
La artista más conocida presente en Devolver el fuego –nacida en Viena en 1940; residente en España desde 1967– nos presenta una escultura sobre el suelo hecha de mármol, sal y cristales de sal, que pertenece a su serie de representaciones de paisajes de ríos y deltas. “El interés de Eva Lootz por el agua viene marcado por su visión de la naturaleza y el paisaje, pero también por la idea de los cursos de agua como espacios de tránsito y movimiento”. Poética que entronca con las problemáticas actuales del agua, como son la privatización de este recurso y la ocupación de los márgenes de los ríos.
5. ‘Buraco / Hole’ (2011). Ding Musa. Buitres y basura.
A través de un vídeo de 44 minutos, el artista brasileño nos presenta el vuelo en espiral de buitres sobre un cielo azul. En realidad, nos quiere hablar de lo que no aparece en la pantalla, pero es el auténtico meollo de la obra: “Los buitres sobrevuelan en Río de Janeiro una pirámide de 75 metros de altura de escombros y basura alrededor de la cual se instala un complejo sistema de seres humanos (que no se les ve, pero se les oye), que viven de los desperdicios”.
6. ‘Sol rojo’ (2018). Lois Patiño. Los océanos como placenta.
Seguramente la imagen más icónica de toda la muestra sale de este vídeo de 2’30’’ del artista vigués Lois Patiño que nos sumerge en la experiencia submarina. Tanto por la imagen como por el sonido que inunda este tramo de la espectacular Sala de Bóvedas, nos hallamos ante una experiencia inmersiva, de trascendencia vinculada al sentimiento oceánico, de flotabilidad. Como si volviéramos a la placenta en el útero materno. ¿Cómo concebirlo como medio o como ambiente, si es la propia médula, esencia, el todo?
7. ‘Ombligo, cuenco y agua’ (2021). Julia Llerena. Cuerpos de agua.
Instalación con cerámica cocida que una vez más nos devuelve a la tierra, la Tierra, la esencia… “El barro es una mezcla de arcilla y agua, líquido que es el mayor componente de la piel”… “Somos cuerpos de agua. Cuerpos de sed”, nos dice la artista sevillana.
8. ‘Proyecto Tierras Raras’ (2017-2022). Rosell Meseguer. Más extractivismo salvaje.
Y terminamos el recorrido con esta artista multidisciplinar, que trae a Devolver el fuego dos obras de crítica a la economía capitalista extractivista, depredación a la que también dedicamos nuestra entrada de abril. Nos quedamos con la instalación en torno a las tierras raras, que desde hace medio siglo se aplican en tecnologías punteras y que se han convertido en los nuevos metales preciosos, el nuevo oro o el nuevo petróleo. Tierras raras que llevan a conflictos entre pueblos, dominaciones, acosos y expolios, con China como principal agente que quiere marcar un control férreo sobre estas materias, porque sabe que son la llave del poder en un futuro muy próximo. La fiebre de las tierras raras aún calienta más el planeta.