Encontrar nuevas aplicaciones para los subproductos resultantes del tratamientos y reciclado de los neumáticos fuera de uso puede comenzar por donde menos se espera. Por ejemplo, en una tesis doctoral. O en dos.
Materiales procedentes de reciclaje en arquitectura
Como las que están realizando Elizabeth Contreras, ingeniera civil mexicana, y María Anguita, arquitecta de Sevilla, dirigidas ambas por el catedrático de Ingeniería del Terreno, Antonio Jaramillo, de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla.
«Las dos investigan sobre el uso de materiales procedentes de reciclaje en arquitectura. En principio querían hacer sus tesis con hormigones, pero en España no se han hecho apenas demoliciones recientemente; además de que no es tan frecuente aquí como en México, donde sí es más normal que demuelan edificios y vuelvan a utilizar otra vez los hormigones como áridos».
La restauración del castillo de Utrera
Antonio Jaramillo tiene el en cargo de la restauración de una parte del castillo de Utrera, Sevilla. Una fortaleza construida sobre los restos de una antigua torre árabe y de la que las primeras noticias de su existencia datan de 1264. Destruido en el siglo XIV, fue reconstruido a finales del mismo. Actualmente el ayuntamiento de Utrera trabaja para convertirlo en un valor turístico y cultural de la localidad.
Y fue «a través de un amigo, que se dedica a los neumáticos, un taller de venta y cambio me comentó si sería un posible usar los residuos de neumáticos. Él fue quien me puso en contacto con SIGNUS y a través de ellos contacté con la empresa aquí en Sevilla que se dedica a la fabricación de granulado de neumáticos».
Hasta aquí la pequeña historia, digamos humana, de cómo se ha incorporado granulado de NFVU en dos obras dirigidas por este arquitecto. La del castillo y la de la urbanización Los Cármenes del Mar, en Granada.
En ambos casos había que resolver unos problemas de contención. «De vez en cuando necesitamos utilizar materiales especiales. Ahora mismo les llamaríamos materiales inteligentes. Por ejemplo, a veces necesitamos un material como que tenga poco peso y otras veces lo que necesitamos es que tenga un peso muy grande», explica Jaramillo. «En el caso de Utrera, -prosigue-, se trataba de unos muros de contención. La plaza de armas, el patio principal del castillo, está a siete metros de altura respecto a la parte de abajo, y todo eso está sujeto por unos muros. La forma de que esos muros, que son muy antiguos, trabajen menos de la mitad era cambiar un material, la grava, por un el neumático granulado. Que, además de otras características, pesa la mitad y empuja también menos de la mitad. Con ello se eliminan los empujes para unos muros de tres o cuatro metros. Porque tiene una cohesión y en muros de ese tamaño los empujes son prácticamente nulos. Se pone en la parte de atrás del muro, no visible, con un recubrimiento de mortero de albero, típico de Sevilla. Pero se puede colocar en la parte de atrás de cualquier muro de fábrica de piedra o de ladrillo. Como en este caso no queda visible, que sea negro no molesta a la vista; y, como queda protegido, encapsulado e independiente, tampoco tiene peligro de incendio».
Evitando deslizamientos en la urbanización Los Cármenes del Mar
El problema que presentaba la urbanización Los Cármenes del Mar era de deslizamiento del terreno, que causó daños en 400 viviendas. «Hay un concepto muy interesante que explicamos a los alumnos: si en un deslizamiento, en un terreno que está inclinado y que tiende a caerse, cambias el material de arriba por uno que pese mucho menos y abajo le pones un material que pese muchísimo más, mucho más denso, no tienes que utilizar ni tanto hormigón ni poner tantos pilotes».
Por eso, como una de las características del granulado de neumáticos es que tienen la mitad de densidad que los áridos, por tanto pesan la mitad. Entonces, en un deslizamiento lo ponemos en la parte alta, procuramos quitar tierra y poner neumáticos granulado».
En ambos casos, para Jaramillo era la primera vez que utilizaba granulado de neumáticos en sustitución de otro material y le ha encontrado varios aspectos positivos: «Además de que no tiene tratamiento sino que lo ponemos en obra, directamente, sujeta muy bien, lo tapamos, no molesta a la vista y funciona de una forma mecánica que no lo vemos. Resulta curioso y novedoso. En este caso tampoco era necesario compactarlo, porque encima lleva una solera y no se pisa directamente sobre el neumático». Y también es consciente de otra ventaja “colateral”: «al haber sustituido la masa de grava, que se tiene que extraer de una cantera que abriríamos en el río Guadalquivir, con un destrozo ambiental serio, no ha habido que hacerlo».
Primeros ejemplos del uso de NFVU en la arquitectura
El trabajo de las doctoras se está centrando en dos aspectos del uso de granulado de neumáticos en arquitectura. «Una está caracterizando los materiales. Nosotros cuando manejamos un material necesitamos conocer una serie de parámetros como la resistencia, si es permeable o no, si tiene cohesión o no, la comparativa con el terreno, el ángulo de rozamiento del terreno, etc. Todas esas características, las está realizando ella». Esa caracterización incluye la huella de carbono de un material «Nosotros tenemos que hacerlo así. Y sale con menor huella el tema del reciclado».
Por su parte, la otra está trabajando «en el cálculo y dimensionado de los elementos, y haciendo una especie de guía de dónde se puede utilizar. Además de caracterizar los materiales, estamos haciendo unas tablas comparativas: si lo hacemos con áridos, hay que hacer las cosas de una forma; si lo hacemos con granulado de NFU de otra, bajamos los espesores ,etc. Son dos tesis muy independientes, pero con utilización del mismo material».
Cuando las tesis se publiquen, lo datos tendrán «todas las garantías, porque el laboratorio donde se están haciendo todas las pruebas es el de la escuela de Arquitectura, que está homologado, cuenta con todas las acreditaciones y controles de calidad. Por eso, pedir el sello de calidad con el aval de nuestro laboratorio es sencillo».
Pros y contras del uso de este material
Las conclusiones hasta ahora son útiles y «totalmente positivas. En los sitios adecuados la utilización de los neumáticos es bastante mejor. Además, unas de las cosas que nosotros les pedimos a los muros es que drenen, que saquen el agua muy bien y los neumáticos sacan el agua estupendamente. El agua circula sin ningún tipo de problema. En Andalucía tenemos muchísimos problemas porque más del 80 por ciento del material que tenemos es arcilla, que no drena nada, se lo queda todo. Pero los neumáticos son perfectos como drenaje. Es la mitad de empuje y drena perfectamente, con lo que es un material de construcción adecuado. Porque hacemos muchos muros y muchas plataformas».
Sin embargo, para en adelante utilizar más este material «tengo que verlo más despacio. Por una cuestión de precio. En este caso hemos contado con la ayuda de SIGNUS, pero respecto a la grava resulta un poco alto para grandes cantidades. Ahí los constructores ya se lo miran más». Cierto que en el caso de la restauración del castillo «hemos usado solo goma, granulado de 2 a 7 centímetros. Sin telas y sin elementos metálicos, para evitar un posible óxido. Y, claro, ese tratamiento puede hacer que suba el precio. En otra obra a lo mejor da igual y sale un poco más ajustado».
En todo caso, Jaramillo considera muy interesante «que se conozcan esas características. Quizá se podría entender como la compra verde que deben impulsar las administraciones, en el caso de obras de su responsabilidad. Y ahí sí que se puede justificar el incremento del precio por el uso de material reciclado. Es otra vía de que tenga un futuro y, además, en unas cantidades importantes. El consumo de árido se puede limitar bastante en la ejecución de muros de contención; e igualmente, se reduce el uso de hormigón y hierro, que necesitamos menos. Porque el hormigón, y también el acero, tiene un coste ambiental importante. Además, también puede haber empresas o particulares que, si van a construir, quieren incorporar criterios ambientales amplios, como una menor huella de carbono de los materiales».