Jaime, a las puertas de las vacaciones y habiendo leído los consejos para el buen mantenimiento de los neumáticos, decide llevar el coche para que Daniel lo revise.
-Hombre Jaime, otra vez por aquí. Ya llevaba tiempo sin verte
-Sí, sí, Daniel. ¡Pero cómo tienes el taller! No te cabe ni un solo coche – le dice Jaime mirando a su alrededor
-Pues esto no es nada. Fuera tengo dos coches más que tengo que revisar esta tarde y tengo otros diez para los próximos días. Siempre estamos igual – se lamenta el mecánico
-¿Igual? ¿A qué te refieres? – le pregunta Jaime
-Pues que todos vienen ahora, a pocos días de irse de vacaciones. No se acuerdan de su coche durante todo el año y ahora lo quieren para ayer.
Jaime se lo queda mirando con media sonrisa.
-Y como no, tú también eres de esos, ¿no? La verdad, no sé para qué pregunto. Dime qué necesitas y te hago un hueco – le contesta Daniel, resignándose
-Pues mira, necesito que me mires poca cosa. El aceite, el aire acondicionado y los neumáticos, que es lo que más me preocupa. No recuerdo cuándo los cambié la última vez y no quiero tener un susto -suspira Jaime
-No te preocupes. Ahora te los miro – le contesta Daniel mientras se acerca al vehículo – Ostras Jaime, no puedes ir con estos neumáticos por la calle. Es un peligro. Mira, fíjate – le dice Daniel mientras le señala la banda de rodadura – Está muy gastada, puedes patinar en cualquier momento
-Ya me parecía a mí. Llevaba demasiado sin hacer el cambio
-Mira Jaime, no es un método muy científico pero sí que es útil e indicativo de cómo están los neumáticos. Si no sabes seguro si necesitan un cambio, coge una moneda de un euro e introdúcela en la banda de rodadura. Si ves la corona dorada que sobresale es que tienes que venir cuanto antes – le explica Daniel con un euro en la mano
-Y erre con las multas. ¡Esto no es cuestión de dinero, es cuestión de tu seguridad! Bueno… y la de todos con los que van contigo. Pero respondiendo tu pregunta: sí. Sí te pueden poner una multa por llevar los neumáticos gastados. 200 euros.
-Bueno, tampoco es tanto porque vayan algo gastados- le contesta Jaime con sorna
-No, no. Creo que no me he explicado bien. ¡200 euros por neumático!
-¿Cómo? Venga, venga, cámbiamelos que como te oiga Elena, vamos, me quedo sin vacaciones y sin mujer