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. Los clientes que lo contratan no compran los neumáticos, sino que pagan por los kilómetros recorridos . Los clientes que lo contratan no compran los neumáticos, sino que pagan por los kilómetros recorridos

Los neumáticos que no se compran, se paga por usarlos

Michelin ya no vende neumáticos, sino kilómetros. Al menos en su servicio para camiones en el que tanto la empresa, como los clientes, y el medio ambiente ganan. Aquí te explicamos cómo lo hace.

Michelin ya no vende neumáticos, sino kilómetros. Al menos en su servicio para camiones en el que tanto la empresa, como los clientes, y el medio ambiente ganan. Aquí te explicamos cómo lo hace.

No comprar las cosas, sino pagar por su uso. Cada vez más negocios optan por este modelo que nos beneficia a todos. Las empresas fidelizan a sus clientes y se garantizan que recuperarán los materiales de los productos; los consumidores tienen a su disposición un servicio de mantenimiento y no tienen que hacer el desembolso del producto; y el medio ambiente porque los productos duran más y se reducen los residuos que acaban en vertedero.

Un ejemplo de este modelo es “Fleet Solutions” (Soluciones para la flota) de Michelin. Los clientes que lo contratan no compran los neumáticos, sino que pagan por los kilómetros recorridos. La compañía gala, que ofrece este servicio desde el año 2000, se encarga del mantenimiento, de manera que sus usuarios solo se tienen que preocupar de conducir su vehículo. El servicio se ofrece a camiones y no a turismos o particulares por una cuestión operativa, ya que tiene que haber una flota importante ubicada en pocos sitios para el mantenimiento.

“En Europa, más de 300.000 vehículos lo utilizan”, señala Alfredo Belzunce, director comercial en España y Portugal de Michelin Solutions, que explica que “hacemos el mantenimiento necesario de la flota, y facturamos un precio por kilómetro acordado cada mes en función de su actividad. Si la flota rueda menos, paga menos. Además de que no tienen que hacer la inversión de comprar los neumáticos, externalizan así su riesgo de subir costes, algo muy frecuente en flotas de camiones, que en un momento dado necesitan cambiar muchos neumáticos de golpe”.

Para darse de alta en el servicio, Michelin obliga a un contrato de al menos tres años, que realiza al usuario una auditoría previa para conocer su situación de partida. “El coste se calcula entre otros factores por el desgaste por cada kilómetro; el tipo de trabajo de los vehículos puede ser muy diferente. En cualquier caso, conseguimos una optimización al máximo de los neumáticos, y normalmente reducimos costes. Una flota que no está bien mantenida puede lograr un ahorro del 20%”, indica Belzunce, que al tratarse de un contrato muy personalizado asegura que no puede dar una estimación del coste.

Neumáticos de avión en pago por usoCon este sistema de usar y no comprar, a las empresas les interesa hacer mejores productos, de lo que también se benefician los clientes. En el caso del sistema de Michelin, sus responsables estiman que los neumáticos duran dos veces y medio más que los que no lo utilizan, además de proporcionar un ahorro de combustible al ser más eficientes.

El diseño y los materiales están pensados para se puedan reaprovechar, ya que también se encargan de su recogida cuando el cliente los ha usado. Además del recauchutado de los neumáticos de camión, los responsables de la compañía gala señalan que también trabajan en mejoras muy diversas, como el aligeramiento global de los neumáticos, una mayor duración kilométrica manteniendo seguridad y prestaciones hasta el último kilómetro, la disminución de la resistencia a la rodadura y por lo tanto del consumo de energía y de la emisión de gases a la atmósfera, la gestión de residuos tanto en fabricación como en neumáticos usados para su posterior reciclado, etc.

Este sistema de pago por servicio de los neumáticos se utiliza también en otros sectores empresariales: en el de la ingeniería civil y la minería, como los neumáticos gigantes de las grandes excavadoras, que pagan por horas, como Caterpillar; en el de la aviación, que pagan por número de aterrizajes, como Iberia-British Airways; o en el naval, que se paga por número de contenedores descargados en puerto, como Maersk.

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