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Plásticos rodeando una imagen del Planeta Tierra Plásticos rodeando una imagen del Planeta Tierra

Los países líderes en la reducción de la contaminación por plásticos: ¿Qué están haciendo bien?

A estas alturas somos conscientes de que el problema de los desechos de plástico se convertirá en una catástrofe global si no cambian los hábitos de producción y consumo de forma urgente. Ante esta crisis ambiental de grandes dimensiones, al menos 90 países ya han impuesto prohibiciones a los plásticos de un solo uso, y un total de 175 se han comprometido a reducir significativamente el uso de plásticos para 2030. A continuación, destacamos el ejemplo de algunos países que han plantado cara al problema de la contaminación por plásticos, siendo pioneros en la puesta en marcha de medidas y soluciones efectivas.

A estas alturas somos conscientes de que el problema de los desechos de plástico se convertirá en una catástrofe global si no cambian los hábitos de producción y consumo de forma urgente. Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), hay más de 7.000 millones de toneladas de plástico que se han transformado en residuos, acumulados en vertederos o arrojados directamente al medio ambiente, donde interfieren en la vida silvestre de animales y plantas y en la salud de las personas. Estos plásticos, que tardan cientos de años en descomponerse, se fragmentan en trozos cada vez más pequeños hasta que pasan a formar parte del paisaje en los lugares más alejados y recónditos que uno pueda imaginar: desde los fondos marinos a las montañas del Himalaya, pasando por los polos de la Tierra. Los restos de plástico (microplásticos) se encuentran, incluso, en cuevas y grutas subterráneas por las que no transita nadie desde hace décadas, tal y como confirma un estudio reciente de la Universidad de San Luis (Estados Unidos).  

Ante esta crisis ambiental de grandes dimensiones, al menos 90 países ya han impuesto prohibiciones a los plásticos de un solo uso, y un total de 175 se han comprometido a reducir significativamente el uso de plásticos para 2030. A continuación, destacamos el ejemplo de algunos países que han plantado cara al problema de la contaminación por plásticos, siendo pioneros en la puesta en marcha de medidas y soluciones efectivas.

Kenia

En marzo de 2022, representantes de 175 países se reunían en Nairobi para lanzar el primer tratado internacional contra la contaminación por plásticos. Considerado como el pacto ambiental más importante desde la firma del Acuerdo de París contra el cambio climático, no es por casualidad que el sitio elegido para llevar a cabo esta gran alianza fuera Nairobi, la capital de Kenia. El país africano es uno de los referentes en la lucha contra el plástico en todo el mundo, con sanciones muy severas a la fabricación, importación y comercialización de bolsas de plástico de un solo uso que pueden ir aparejadas de multas de hasta 30.000 euros e incluso penas de uno o dos años de cárcel. Además, desde junio de 2020, está prohibido introducir botellas de plástico no reutilizables en Parques Nacionales, playas y reservas naturales del país, algo que deben tener muy en cuenta los turistas que visiten Kenia. Estas prohibiciones han ayudado de forma significativa a reducir la cantidad de plástico en ciudades y entornos naturales, así como la cantidad de animales que ingerían plástico. Según Naciones Unidas, entre el 10 y el 15 % de los animales sacrificados para el consumo tenían restos de plástico en sus estómagos.

Alemania

El Sistema de Depósito Devolución y Retorno (SDDR) se ha mostrado muy eficaz en la gestión de envases usados en los países escandinavos y en el norte de Europa con tasas de recogida de botellas de plástico superiores al 90 %, llegando en Alemania a cifras por encima del 95 %. El sistema de depósito, conocido en el país teutón como Pfand, se basa en el pago de una tasa adicional (en torno a los 0,25 euros) al comprar una botella de plástico, vidrio o aluminio, que se reembolsa cuando se devuelve el envase vacío en una máquina de reciclaje que normalmente se encuentra en la entrada de los supermercados y tiendas adheridas al programa. El sistema solo se aplicaba a botellas de plástico duro, pero desde 2022 incluye también a botellas de plástico ligero. El sistema garantiza que sea casi imposible encontrar botellas y latas vacías tiradas por la calle en las ciudades germanas. El objetivo de recogida de envases en Alemania se sitúa por encima del 90 %, mientras que en España está en torno a un 70 %.

Australia

Australia es un ejemplo de cómo la iniciativa privada puede contribuir de forma significativa a reducir el consumo de plástico en un país. En el verano de 2018, las dos principales cadenas de alimentación del país, Woolsworth y Cole, decidieron restringir por completo el uso de bolsas de plásticos en sus supermercados. La medida venía motivada por una iniciativa que habían puesto en marcha pequeños tenderos de barrio y con el tiempo fue calando en los consumidores cada vez más concienciados por el medioambiente. Este hecho, según datos publicados por la Asociación Nacional de Minoristas (NRA), supondría una reducción de cerca de un millón y medio de unidades de bolsas de plástico en solo tres meses.

California

En 2014, California se convirtió en el primer estado de Estados Unidos en prohibir la distribución de bolsas de plástico de un solo uso en los supermercados, tiendas y farmacias de todo su territorio. De esta forma, los compradores se vieron obligados a llevar su propia bolsa o comprar una reutilizable en los establecimientos. Nueva York y Hawái no tardarían en seguir sus pasos. Años más tardes, los legisladores del estado de California vuelven a poner el foco en la contaminación de los plásticos, especialmente en la reciclabilidad de una gran cantidad de productos envueltos en plástico, desde botellas de detergente hasta envases de frutas y verduras, que no se reciclan y acaban en los vertederos y en los océanos de todo el planeta, provocando una grave crisis medioambiental. La nueva ley de etiquetado verídico de California pretende revisar la gestión de todos los embalajes y envasados de plástico con una clasificación mucho más precisa y restrictiva que obligue a los fabricantes a utilizar materiales reutilizables o realmente reciclables. Con esta medida, los californianos esperan que se siente un nuevo precedente en el país para que otros estados sigan su ejemplo y adopten la misma política contra el plástico.

Reino Unido

Gran Bretaña ha sido uno de los primeros países europeos en aplicar un impuesto especial al plástico de un solo uso. El gravamen, que entró en vigor en abril de 2022, tiene un coste de 210 libras por tonelada y está dirigido a fabricantes e importadores cuyos envases tengan menos de un 30 % de plástico reciclado. El objetivo es estimular mayores niveles de reciclaje y recolección de desechos plásticos, alejándolos de los vertederos o la incineración. El gobierno calcula que la medida aumentará la demanda de materiales reciclados de forma significativa, ahorrando en torno a 200.000 toneladas de emisiones de carbono cada año. El Reino Unido, de esta manera, continúa con una política dirigida a limitar la producción de elementos de plásticos de usar y tirar. En 2015, aprobó un impuesto a las bolsas de plástico; en 2018 prohibió la venta de productos que contenían microperlas de plástico tales como los geles de ducha o los exfoliantes faciales; y recientemente ha llegado la prohibición de las pajitas, agitadores y bastoncillos de plástico. En la actualidad, la tasa sobre las bolsas ha reducido su venta en 95% en los supermercados. España aplica desde enero de 2023 una tasa impositiva de 0,45 euros por kilogramo de plástico no reciclado.

Ruanda

Ruanda es otro de los países africanos a la vanguardia en la lucha contra el plástico. Su objetivo es convertirse en un país libre de plásticos. Tras prohibir las bolsas de polietileno en 2008, el país busca endurecer aún más la legislación vigente. En la actualidad, el Gobierno ruandés prepara un programa ambicioso para prohibir todos los plásticos de un solo uso, desde las pajitas hasta las botellas de plástico, aunque las empresas que operan en el país han pedido una moratoria para encontrar materiales alternativos no dañinos para el medio ambiente. La norma fue aprobada por el Parlamento del país en 2019 a la espera de su entrada en vigor.

UE

Desde 2020, una directiva europea prohíbe la comercialización de determinados productos de plástico de un solo uso como bastoncillos de algodón, cubiertos, platos desechables, pajitas o recipientes para bebidas hechos de poliestireno expandido. Además, exige reciclar un 50% de sus residuos, una cifra que en 2035 deberá subir al 65%. La adaptación de la normativa europea a los países miembros también ha permitido que descienda el uso medio de bolsas ligeras de plástico de 93 a 87 unidades en el último año; el objetivo se sitúa en 40 bolsas por habitante y año.

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