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Charlas en VerdeModa sostenible

María Lafuente: «Llegará un momento en que el derroche de la moda estará tan mal visto como hoy lo está el no reciclar la basura»

María Lafuente es una famosa diseñadora de moda sostenible cuyas colecciones se distinguen por reivindicar un estilo de vida comprometido con los valores necesarios para vivir en armonía con la naturaleza. Defiende que la ropa hecha con cariño, lentamente y con materiales cercanos y de calidad, muchos de ellos reciclados, enlazan a las personas con sus emociones y con las de los demás, enriqueciendo el espíritu humano.

Diseñó la primera colección de mujer realizada con tejidos a partir del reciclado de botellas de plástico y redes de pesca, además de los primeros vestidos hechos con fécula de patata, fibra de carbono, miel de caña, neumáticos usados o material forestal certificado PEFC. Entusiasta de la economía circular, lleva sus propuestas innovadoras, de profundo compromiso social y ambiental, más allá de las pasarelas.

Su última gran intervención artística ha consistido en adornar estas Navidades la sede de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid con Bio-Art, un bellísimo jardín navideño donde volaban mariposas hechas con neumáticos viejos y resplandecían grandes flores de lonas plásticas reutilizadas.  

María Lafuente protagoniza una nueva Charla en Verde a través de los directos de SIGNUS Ecovalor en su canal de Instagram. Puedes verla completa haciendo clic AQUI

¿Por qué apuestas por la sostenibilidad en todos tus trabajos?

Soy una persona inquieta y curiosa, y eso me hace disfrutar mucho de la naturaleza y todo lo que percibo de ella. Siempre he buscado lo que tenía mi alrededor para intentar crear cosas bellas. Y siendo consciente de lo mucho que nos da la naturaleza me ha gustado apostar por la sostenibilidad en mis trabajos. Lo asocio a mi identidad, a mi manera de pensar, de consumir y de ser responsable conmigo misma. Y me gusta hacerlo visible a través de mi profesión.

Cada vez compramos más moda y más barata, lo que tiene un impacto brutal en el medio ambiente. ¿Es la moda lenta la solución a esa moda rápida tan dañina?

Yo fabrico siempre sobre pedido, hago una moda de autor con la que sabes de dónde proviene la materia prima, sabes cómo está trabajada, qué manos la hacen. Pero hay grandes compañías que tienen otro modelo de producción y que deberían replantearse la necesidad de producir de manera más sostenible. La futura ley de 2025 no te va a permitir deshacerte de esos excesos o quemarlos y eso es importante que la gente lo sepa. También podemos comprar menos ropa pero que nos dure más.

¿Está cambiando el consumidor y hay una tendencia a repensar qué es lo que compramos, de dónde viene y quién lo hace?

Poquito a poco pero sí que se va notando. La sostenibilidad es esencial, pero no solo en el mundo de la moda. Cuando te enteras de que los pingüinos del Ártico tienen microplásticos te preguntas qué es lo que estamos haciendo con todo lo que nos rodea. Parece que está lejos, pero está más cerca de lo que nos pensamos. No podemos llevar nuestras basuras a otros puntos del mundo, tenemos que ser conscientes y buscar soluciones desde el lugar desde donde las generamos. Hay que ser más responsables.

Muchos dicen que la moda cercana es muy cara, solo para élites. ¿Cómo explicarles que no es lo mismo valor que precio?

Si una prenda está hecha aquí, con mano de obra de aquí y con sueldos de aquí, lógicamente te va a costar más, pero también te va a durar infinitamente más en el armario. Supone hacer una inversión para una prenda que va a tener mucha más usabilidad y que está hecha con otro cariño, con otra pasión que sientes cuando la tienes. Y eso te hace sentir más a gusto contigo mismo. Es como cuando comes algo que está muy rico y está hecho con todo el cariño; no tiene nada que ver con eso que compras envasado y que viene con no sé cuántos químicos. Pero hay que saberlo comunicar.

¿Merece la pena pagar más?

Teniendo en cuenta las horas de trabajo que llevan estas piezas es imposible que te cuesten el precio por el que las compras, a no ser que estén hechas bajo otros estándares. Ahí es donde te das cuenta de que es inviable. A mí me cuesta más una cremallera que una prenda completa que puedan vender en algún comercio. La diferencia es que esa cremallera va a durar más que cualquier otra.

Una pieza de ropa se utiliza no más de 10 veces antes de tirarla. Y menos del 1% se recicla. Otro dato que me deja descolocado es que utilizamos menos del 20% de toda la ropa que guardamos en el armario. ¿Debemos mejorar nuestra educación como consumidores?

Hay que tener un fondo de armario de cosas que son imprescindibles para distintas ocasiones. Lo práctico es no comprar ropa que no vas a ponerte, controlar ese pensamiento de impulso y consumir solo lo que realmente vas a utilizar. Pero también hay que buscar soluciones en las nuevas industrias para reconvertir en hilatura esa materia que ya nos sirve.

¿Llegará un momento en que el derroche de la moda estará tan mal visto como hoy lo está el no reciclar la basura?

Yo creo que sí llegará ese momento. Lo que pasa es que realmente no llevamos tanto tiempo para que las elecciones sean conscientes. Esa nueva educación tiene que estar en todas partes, empezando por los más pequeños. Pero me gustaría que esas campañas fueran más reales, porque ahora parece que todo el mundo es verde. Que todo fuera más auténtico. La autenticidad es un valor en alza, pero lo tiene que contar la gente auténtica, no porque ahora esté de moda, sin un fondo real.

¿Cómo se consigue incorporar neumáticos usados a la moda y el arte?

Yo los convierto en flores, en mariposas. Resulta increíble que a partir de un material así pueda salir algo tan sutil y ligero. Lo mismo pasa cuando los convierto en bolsos. Me gusta innovar y arriesgar, pero porque también soy insistente, crees en lo que haces y al final consigues que las empresas te apoyen. Al final se convierte en una manera hermosa de transformar.

¿Se valora tu apuesta por la sostenibilidad?

He tenido la fortuna de viajar a muchos países y como innovadora siempre llevo lo último. En España somos gente inquieta, curiosa, trabajadora, y eso a mí me da mucha satisfacción porque no me puedo estar quieta, quiero seguir evolucionando, consiguiendo nuevos retos y nuevas formas de demostrar que, a través del arte, la innovación y la moda, se pueden cambiar muchas cosas. Son mensajes necesarios que a mí me hacen muy feliz y no me dejan estar quieta.

¿Son los diseñadores españoles un ejemplo para otros países?

Siempre se nos ve como un ejemplo. A veces no nos creemos todo lo que hacemos bueno y yo siempre digo que cuanto más viajo más quiero lo que hacemos desde aquí. Nos gusta mucho seguir aprendiendo, evolucionando, mostrar de lo que somos capaces incluso sin tener a veces todos los recursos que quisiéramos, pero siempre buscando ese brillo universal.

Danos algunos consejos para poder reconocer en una tienda lo que es la moda lenta y sostenible

En muchos lugares cercanos vamos a encontrar productos artesanos de autor hechos con tiempo y por maravillosas manos. Yo recomiendo acercarse a esos sitios donde puedes conseguir algo muy especial. Para mí el lujo es tener algo único, piezas elaboradas y producidas de otra manera. Al final el que recibe el regalo es quien lo da, porque le sale del corazón y lleva mucho cariño.

La moda está rompiendo muchos tabús. ¿Ya interesa por igual a hombres y mujeres?

Lo noto muchísimo, especialmente en los chicos muy jóvenes. Y me parece maravilloso, porque arreglarte es una de las cosas que te hacen sentirte bien, mejora tu autoestima. Los chicos son igual de presumidos y eso es maravilloso. Sí que hay un cambio importante en que hay mucha más facilidad, mucha más versatilidad de estilos, y los chicos pueden elegir con muchas más variables, no solo las chicas que siempre hemos tenido más diversidad de estilos. Eso te permite que quieras también tener tu identidad. Y te hace poder disfrutar más dentro de lo que cada uno queremos representar, esa imagen que es la que queremos dar a los demás. Porque siempre analizamos cómo puede ser la otra persona tan solo por cómo viste.

Podríamos decir que el hábito sí que hace al monje

Todos tenemos que tener esa imagen que nos haga sentirnos bien. Si tú quieres hacerlo, pruébalo y póntelo, porque es maravilloso salirse un poco de los renglones y probar qué pasa. Hay que atreverse.

Todo lo que te hace sentir mejor es bueno para la sociedad. Si además promovemos acciones responsables con las que conseguimos mejorar nuestro medio ambiente es maravilloso. Las generaciones futuras tienen derecho a disfrutar de todo lo que ahora tenemos nosotros.

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