Desde que el pasado mes de marzo el Covid-19 irrumpiera drásticamente en nuestras vidas, las mascarillas higiénicas han pasado a formar parte de nuestra rutina diaria. Estos elementos de protección indispensables para reducir la propagación del virus nos protegen y protegen la salud de nuestros seres queridos, pero también están poniendo en riesgo la lucha contra los plásticos de un solo uso, contaminando la tierra, los ríos y nuestros mares.
Según la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo, cerca del 75% del plástico generado por la pandemia de COVID-19 (mascarillas, guantes y botellas de desinfectante para manos) se convertirá en desechos que llegarán a vertederos y mares, con un grave costo para el medio ambiente y la economía.
Ante el dilema de «coger» el Covid o contaminar el planeta, instituciones, empresas del sector y centros de investigación trabajan conjuntamente para minimizar los posibles impactos que provoca el uso masivo de mascarillas desechables en la naturaleza. Prueba de ello es la aparición en el mercado de las mascarillas de tela reutilizables primero y las mascarillas biodegradables después, que ofrecen al consumidor nuevas alternativas para proteger su salud y, al mismo tiempo, pensar en el planeta que dejaremos a las generaciones futuras.
100 % biodegradable
“Creemos que la salud del planeta no es algo a tener en cuenta solo a corto plazo, sino que es algo sobre lo que deberíamos trabajar día tras día. Por este motivo, hemos lanzado las primeras mascarillas completamente biodegradables, incluso en el medio ambiente”, aseguran los responsables de Bioinicia, una empresa española líder en el desarrollo y fabricación de nanofibras y nanopartículas, que se ha aliado al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para lanzar al mercado las primeras mascarillas 100 % biodegradables en España.
El resultado es PROVEIL® BIOMASK, una mascarilla que una vez utilizada se convierte en abono y agua para la tierra de forma natural sin que tenga que mediar un proceso de compostaje industrial específico con unas condiciones de ventilación, humedad o temperatura determinadas. Una cuestión muy importante a tener en cuenta en las actuales circunstancias, ya que durante la pandemia las mascarillas higiénicas deben tratarse como un material potencialmente infectado por Covid y, por lo tanto, hay que depositarlas en el contenedor gris junto con el resto de los residuos urbanos y domésticos. La ventaja de estas mascarillas es que consta de un tejido que se descompone solo, afirma el fabricante. “Basta con cortar las gomas de sujeción (que no son biodegradables) para evitar que algún animal se quede atrapado en ellas”.
Buenas para la salud, buenas para el planeta
A las cualidades ambientales se suma el filtro de nanofibras desarrollado por el CSIC y Bioinicia que le confiere unas altas prestaciones técnicas. La mascarilla PROVEIL® BIOMASK cuenta con una eficacia de filtración bacteriana superior a un 92% y una eficiencia de filtración de aerosoles superior a un 85%, con un tamaño de poro sensiblemente menor que el de los filtros convencionales de procedencia asiática. Esto permite que, aunque el aire pueda pasar a través del filtro, este inhibe de forma casi completa el paso de aerosoles virales, bacterias y partículas en suspensión.
Además, las nuevas mascarillas PROVEIL pueden desinfectarse con pulverizaciones de solución alcohólica a 70% entre un uso y otro para prevenir la inhalación de microorganismos derivados del uso propio de la mascarilla. Esto permite agotar las seis horas de duración que recomienda el fabricante.


Mascarillas higiénicas, ¿reutilizables, no reutilizables o biodegradables?
A pesar de ser las más comunes, las mascarillas higiénicas no se consideran un producto sanitario ni tampoco un Equipo de Protección Individual, ya que no están diseñadas para proteger de ningún riesgo. Por esa razón se consideran mascarillas solidarias o “de barrera”. No obstante, son las que se aconsejan para todas aquellas personas sin síntomas que no sean profesionales sanitarios ni personas de riesgo.


Entre ellas, las mascarillas higiénicas reutilizables son las que se rigen por la especificación UNE 0065 y están recomendadas por el Ministerio de Sanidad, pues minimizan los contagios y, al mismo tiempo, se pueden utilizar durante espacios de tiempo mucho más prolongados. Su principal inconveniente es la efectividad que puede ir disminuyendo con el paso del tiempo si no se hace un buen uso de ella o no se llevan a cabo los cuidados oportunos.
Esta mascarilla, una vez utilizada, se convierte en abono y agua para la tierra de forma natural
Las higiénicas biodegradables, por su parte, tienen una duración de seis horas, pero usarlas y desecharlas afectará menos al planeta que cualquiera de las otras. En condiciones normales, este tipo de mascarillas se convierten en comida para gusanos en menos de cuatro meses. Todo un logro si tenemos en cuenta que una mascarilla higiénica convencional puede tardar hasta 400 años en descomponerse y cuando finalmente lo hace desprende cientos de miles de diminutos fragmentos de microplásticos, junto a otros aditivos tóxicos, que llegan hasta los rincones más recónditos del planeta.
No confundir biodegradables con compostables
Las organizaciones ecologistas advierten que estas mascarillas no se deben confundir con las compostables que requieren un proceso de recogida y reciclaje específico para ser realmente efectivas. “Actualmente hay demasiada información y mucha puede ser confusa o errónea. PROVEIL® BIOMASK es la primera mascarilla biodegradable que se descompone por sí sola sin tener que recurrir a ningún otro proceso complementario”, insiste el fabricante.


La mascarilla PROVEIL sólo está disponible en su canal de venta en Internet. Aunque actualmente la filial de Bioinicia estudia la posibilidad de distribuirla en grandes superficies y puntos de venta físicos, el fabricante insiste en que el único sitio donde se puede adquirir en estos momentos es en su página web. “La demanda ha superado todas las expectativas previstas, pero contamos con un centro de producción de gran capacidad que puede llegar a fabricar hasta un millón de mascarillas a la semana”, verifica la marca.