Aunque las informaciones sobre la expansión del mosquito tigre han proliferado en los últimos años, lo cierto es que ya en la década de los 40 del siglo pasado el ejército norteamericano fumigaba los barcos que regresaban a puerto cargados de neumáticos desde las zonas de conflicto en Asia. No obstante, el primer estudio científico que relaciona al temido insecto con las cubiertas usadas de los vehículos se publica en 1987 y tiene como protagonista a la ciudad de Houston. Allí, los investigadores determinaron la presencia estable del mosquito y pusieron el foco del origen sobre un almacén de neumáticos de la periferia que mantenía un intenso intercambio comercial con otros países. Tras este primer caso, las autoridades sanitarias reconocieron finalmente que tenían un problema con viajeros venidos de otro mundo.
Poco aventurero pero muy adaptable
El mosquito tigre no es capaz de volar más allá de quinientos metros a lo largo de su vida pero es un consumado okupa de medios de transporte ajenos. El desarrollo del comercio global, especialmente a partir de 1980 con la utilización de contenedores para mercancías y la aparición de barcos más rápidos, le ha permitido recorrer miles de kilómetros. Su capacidad de adaptación es espectacular, y desde sus originales selvas del sureste asiático hoy se ha expandido por América, África y Europa, y no tiene ningún problema en sobrevivir en países de clima tan diferente al suyo como Suiza y Alemania. En España se distribuye ya por todo el arco mediterráneo y está presente también en la provincia de Guipúzcoa. Las autoridades sanitarias siguen con atención su establecimiento puesto que, junto a otras especies de mosquitos, puede ser transmisor de enfermedades como el dengue, la fiebre amarilla o la producida por el virus chikungunya. Está clasificada como una de las 100 principales especies invasoras y es considerada como la especie de mosquito más invasora a nivel mundial.
Neumáticos sin mosquitos: recomendaciones
Hoy se sabe que los neumáticos usados no son el único elemento con el que hay que extremar la vigilancia. Cualquier plato de tiesto o recipiente para nuestras mascotas con un poco de agua estancada es idóneo para que los huevos del mosquito prosperen. Pero los neumáticos mojados reproducen de manera excelente los agujeros de los troncos en las selvas húmedas que forman su hogar natural, y debe resultar un atractivo irresistible para las hembras de este insecto. Además, son un producto con mucha movilidad a lo largo de sus distintas vidas útiles por lo que pueden convertirse en aliados de su dispersión. Por eso la prevención en este terreno es fundamental.
De hecho en Cataluña, primera comunidad española en donde se detectó el mosquito en 2004, una comisión específica ha elaborado una propuesta de ordenanza con distintas medidas generales que algunos municipios han comenzado a aprobar. Tanto los talleres mecánicos como los depósitos de neumáticos usados cuentan con un apartado especial. La ordenanza les obliga a mantener los neumáticos bajo cubierto a la espera de que sean recogidos por los gestores de residuos, o bien, si no disponen de un lugar cerrado, protegerlos con una lona impermeable que imposibilite la inundación en caso de lluvia.
Además, se establece que en depósitos específicos de neumáticos usados es necesario mantener medidas de seguridad adicional:
- desbrozado mensual de la vegetación herbácea y arbustiva de la periferia del solar donde se almacenan las ruedas.
- apilado de las ruedas en columna vertical, nunca en pilotos aleatorios.
- cobertura de las columnas verticales con baca impermeable.
- garantía de rotación de los neumáticos y destrucción rápida de aquellos provenientes de zonas afectadas por mosquito tigre.
- en caso de traslado de neumáticos fuera de uso a otros lugares, éste se intentará hacer durante los meses fríos, para evitar el transporte de mosquitos adultos.
- eliminación inmediata de los neumáticos sin valor comercial.
Genial, gracias por la info.
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