El último miércoles de abril se celebra el Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, una alerta mundial sobre sus efectos adversos en el bienestar y la salud de las personas. Es una fecha perfecta para descubrir algo que muy pocos saben: para luchar contra el ruido necesitamos más neumáticos reciclados. Porque el caucho de las ruedas desgastadas puede tener una nueva vida como excelente aislante sonoro.
Por un lado, nos aísla eficazmente de los ruidos molestos. Pero por otro puede lograr ese deseado efecto de que las carreteras y hasta los trenes sean más silenciosos. Ganamos todos, pues a menos ruido mayor calidad de vida, y a mayor número de neumáticos reciclados menos vertederos y menos consumo de recursos y energía.
Menos ruido, por favor
Las ciudades son expertas en concentrar ruidos infernales, especialmente por culpa del tráfico rodado, las obras o los grandes conciertos. Pero se supone que al menos en casa o en la oficina estamos a salvo de ellos.
Los límites máximos de los ruidos en las viviendas están perfectamente limitados gracias a las ordenanzas municipales, que en general establecen que durante el horario diurno está prohibido superar los 35-40 decibelios y durante el nocturno los 25-30 decibelios. Dentro de esos límites, las molestias deben ser asumidas por los ciudadanos como un mal menor, lo que desincentiva actuaciones más decididas por parte de las autoridades y gestores de actividades ruidosas para reducir aún más este impacto no deseado.
Sin embargo, los expertos alertan. Aunque esos ruidos puedan estar dentro de la potencia permitida, a la larga pueden provocar graves problemas de salud. Por eso es tan importante luchar contra el ruido con todas las armas posibles, incluidos los neumáticos reciclados.
El ruido nos enferma y hasta mata
El tráfico es responsable del 80% del ruido urbano. El resto son obras, bares y vecinos gritones. Tanto ruido nos pone nerviosos, nos deja dormir poco y mal. Pero incluso nos puede matar. Además de aumentar el estrés, el cansancio y la irritabilidad, la contaminación acústica dispara la hipertensión, con todos los graves problemas que esta enfermedad puede acarrear.
Según un estudio del Instituto de Salud Carlos III, cada decibelio por encima de lo tolerable en días especialmente ruidosos se nota en los hospitales de la Comunidad de Madrid. Por su culpa, los ingresos por ansiedad aumentan un 17%, un 10% los de por depresión y los intentos de suicidio se disparan un 14,5%. De acuerdo con esta investigación, reducir el ruido del tráfico tan solo un decibelio supondría evitar en la Comunidad de Madrid 468 muertes prematuras al año.
Carreteras y calles silenciosas
Uno de los ruidos más insoportables es el de una carretera muy transitada. Para reducir su impacto en aquellas autovías que atraviesan o pasan cerca de los núcleos urbanos, hace unos 30 años comenzaron a ponerse de moda las pantallas acústicas. Son esos vallados metálicos, acristalados o no, que atenúan el ruido intenso de la circulación. Pero resultan caros, poco eficientes, además de quitar luz y visibilidad a las viviendas próximas.
Frente a ellos, los pavimentos fonorreductores (reductores de ruido) están llamados a convertirse en la mejor solución. Compuestos en un alto porcentaje por neumáticos reciclados, actúan en toda la extensión y entorno de la vía, y no solamente detrás de la barrera. Supone por tanto una mejora global, mucho más económica y sostenible. La principal pega es que muchas de estas nuevas mezclas todavía están en fase de investigación.
PERSEUS
Uno de los proyectos más interesantes se llama PERSEUS. Financiado por el CDTI, está liderado por CAMPEZO y participan empresas como ASFALTIA, CEPSA y SIGNUS, entidad sin ánimo de lucro responsable de garantizar la correcta gestión ambiental de los neumáticos. Trabajan en el desarrollo de nuevas mezclas asfálticas para pavimentos que permitan reducir de forma más eficaz y sostenible el ruido de rodadura, al incorporar materiales procedentes del reciclaje de los neumáticos. Para la fabricación de este asfaltado silencioso se emplea granulado de caucho reciclado procedente de neumáticos al final de su vida útil. Con ellos es posible sustituir los áridos, la tradicional grava que se mezcla junto con el alquitrán para asfaltar carreteras y cuya obtención tiene un grave impacto ambiental y paisajístico.
Reducir el ruido del tráfico tan solo un decibelio supondría evitar en la Comunidad de Madrid 468 muertes prematuras al año
Los pavimentos fonorreductores, gracias a su porosidad y textura, pueden reducir el ruido del tráfico rodado entre tres y cuatro decibelios. El proyecto PERSEUS pretende desarrollar un pavimento “poroelástico fonorreductor” que atenúe el ruido al paso de los vehículos en más de 10 dB. Esto permitiría reducir el ruido del tráfico a una décima parte del rumor inicial.
El proyecto de investigación PERSEUS comenzó en mayo de 2022 y está previsto que finalice en diciembre de 2025. A lo largo de estos tres años desarrollará en el laboratorio el diseño, fabricación y caracterización de distintas mezclas bituminosas con granulado de caucho. También está previsto asfaltar con esta nueva mezcla un tramo de prueba y poder valorar las mejoras obtenidas en relación al ruido respecto de la mezcla de referencia.
Como ha destacado Gabriel Leal, director general de SIGNUS, “los resultados de este proyecto pondrán de manifiesto que el uso de caucho de neumático en mezclas bituminosas es una solución eficiente que permite la fabricación de pavimentos sostenibles para nuestras carreteras, que permitan reducir el ruido generado por el tráfico, con el consiguiente impacto positivo sobre la población”.
Viviendas silenciosas y confortables
Los neumáticos reciclados también tienen mucho que hacer para mejorar el interior de nuestras viviendas. La crisis climática y energética han puesto de moda el aislamiento de los edificios, aunque por desgracia muchas de estas intervenciones tan solo se preocupan por lograr un buen aislamiento térmico que reduzca el consumo de calefacción y aire acondicionado. Los neumáticos reciclados ofrecen un dos por uno: nos ayudan a mantener una temperatura constante en los interiores, al tiempo que los aíslan de ruidos externos.
En la actualidad ya se fabrican eficientes revestimientos para techos, paredes o moquetas aislantes que combinan materiales reciclados procedentes del neumático junto con resinas a modo de ligante, obteniendo como resultado un producto moldeable. Reducen los ruidos y ofrecen un alto nivel de aislamiento térmico.
En España son materiales todavía poco utilizados. Sin embargo, en Italia o Alemania se ha demostrado que, utilizando estos productos en combinación con otros materiales de construcción, como paneles de yeso o ladrillo, al generar un sistema multicapa se mejora el comportamiento aislante, aumentando con ello la eficacia acústica y térmica.
Aislamiento acústico en exteriores
Otra de las aplicaciones que ahora mismo se estudia es el empleo del granulado de neumático en la fabricación de pantallas acústicas. Se ha demostrado que este tipo de materiales se comportan eficientemente como aislantes acústicos en exteriores, logrando una reducción significativa del ruido.
Estos productos pueden ser utilizados en pantallas acústicas de hormigón o en paneles aglomerados con resina. Y son similares a la mezcla que desde hace años ya se utiliza en los pavimentos de los parques infantiles.
También trenes más silenciosos
Incluso en un medio de transporte tan ajeno a los automóviles como son los trenes, los neumáticos tienen mucho que decir… y que reducir de sus ruidos. Por ejemplo, fabricando “mantas elastoméricas” destinadas a la absorción de las vibraciones mecánicas y acústicas producidas al paso de los trenes. Se instalan bajo el balasto sobre el que se apoyan los raíles. Están realizadas con caucho reciclado y resinas, de tal manera que reducen el ruido del paso del tren, metro o tranvía, protegiendo las estructuras y los edificios colindantes.
Por otro lado, los sistemas de “vía en placa” son una alternativa a las vías tradicionales sobre balasto, con la ventaja de eliminar el mantenimiento de las mismas, además de la considerable atenuación de las vibraciones y el ruido al paso de los trenes. Gracias a las propiedades elásticas del caucho procedente del neumático reciclado, se aumenta la capacidad de absorción de las vibraciones y se reduce hasta 20 decibelios el ruido producido por el paso de los trenes.
Estas estructuras de caucho que reducen las habituales vibraciones de los trenes son de fácil instalación, tienen un bajo coste de mantenimiento ya que no necesitan fijaciones mecánicas, permiten la circulación de vehículos no ferroviarios sobre la vía y, lo que también es muy importante, aumentan el confort del viajero.
Dispare sin molestar
En esta lucha sin cuartel contra los ruidos, los neumáticos reciclados también pueden ayudar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad a realizar prácticas de tiro más silenciosas y, por lo tanto, menos molestas.
En esas galerías donde mejorar puntería con las armas de fuego los disparos suenan como molestos cañonazos, incluso aunque se lleve cascos aislantes. Pero utilizando el caucho reciclado procedente del neumático para revestir con paneles o losetas las paredes y el suelo de una galería de tiro la cosa cambia ostensiblemente. Esos paneles no solo logran absorber y frenar los proyectiles, si no que su diseño en forma de olas permite romper la onda sonora reduciendo el ruido del impacto.