A lo largo de los últimos años, hemos repasado en este blog las diferentes aplicaciones de los neumáticos usados al final de su vida útil. Hemos podido comprobar el potencial del reciclaje de neumáticos en la construcción de carreteras, en obra civil, para el relleno de campos de fútbol de césped artificial, como pavimento de seguridad en los parques infantiles o su interés en el sector de la moda y el calzado, marcando el camino hacia la economía circular. El objetivo siempre ha sido dar a conocer la gran cantidad de materiales que actualmente tratamos como desechos y que con las tecnologías a nuestro alcance y un poco de imaginación podrían ser útiles en multitud de procesos industriales.
Hoy traemos a esta sección una aplicación de los neumáticos usados bastante desconocida, a la que a penas prestamos atención, pese a su utilidad y múltiples usos. Nos referimos al valor de los neumáticos fuera de uso en la gestión de residuos sólidos urbanos e industriales como un aliado para garantizar el correcto funcionamiento de los vertederos.
Sellado de vertederos
Una de las tareas más importantes en la gestión de un vertedero es impedir que la filtración de aguas residuales, generalmente tóxicas, puedan contaminar el suelo y generar lo que se conoce como lixiviados. Esto se puede evitar cubriendo los residuos con láminas de impermeabilización que los protegen de la lluvia y de la humedad. “Estas láminas se juntan o se sellan de forma temporal con la ayuda de neumáticos enteros”, señala Antía Gamarra, responsable Técnico de Gestán Medioambiental, una empresa que cuenta con un vertedero de residuos industriales en Sobrado dos Monxes en la provincia de A Coruña.
La compañía gallega lleva muchos años trabajando con llantas fuera de uso en el sellado de vertederos. Tal y como comenta Antía Gamarra, “se trata de un material pesado, voluminoso y manejable que puedes reutilizar tantas veces como quieras sin riesgo de que se rompa o acabe rasgando la lámina de plástico con la que se tapan los desechos”. En la actualidad, Gestán Medioambiental utiliza neumáticos fuera de uso de forma habitual para el desarrollo de su actividad. “Hace unos meses solicitamos una nueva remesa de neumáticos, que vino en un camión cargado de gomas de tamaño mediano hasta los topes. En total, 11 toneladas”, nos indica muy gráficamente Antía para que nos hagamos una idea del volumen de llantas que manejan en este centro de almacenaje de residuos.
Los neumáticos gastados se utilizan en la apertura y cierre de tajos en Sobrado dos Monxes y en otros muchos vertederos repartidos por toda España. Según se termina un frente de la explotación, se cubre con láminas de plástico para impedir que el agua llegue a entrar en contacto con el residuo y genere lixiviados. “El proceso de cubrición con láminas de polietileno es bastante vivo, pues se va tapando o destapando conforme es necesario”, explica Antía.
Drenaje de lixiviados
Otra forma de sacar provecho al neumático en un vertedero es triturarlo y utilizarlo como grava. El caucho es un material muy apreciado en el sector industrial por su elasticidad, resistencia al impacto y los cambios de temperatura, por lo que resulta muy interesante en cualquier sistema de drenaje o de relleno ligero.
En una gestión correcta de un depósito controlado de residuos se puede reducir significativamente la formación de lixiviados mediante el uso de láminas de impermeabilización, como ya hemos mencionado antes, pero siempre hay una parte del agua residual procedente de la lluvia, de filtraciones de entradas subterráneas o del propio desecho que es necesario tratar. El neumático triturado es el aliado perfecto para el drenaje de los lixiviados tanto durante la fase de explotación como durante la fase de clausura y vigilancia de la instalación. “El neumático hará la función de la grava sin tener que utilizar un recurso natural”, recalca Leticia Saiz, directora de Desarrollo e Innovación de Signus Ecovalor.
El tratamiento del lixiviados tiene un elevado coste y demanda una gran cantidad de grava o de material de drenaje, convirtiéndose en una aplicación con mucho potencial para el reciclaje o la valorización de llantas gastadas. “El sistema de drenaje de las aguas pluviales que se llevó a cabo en el vertedero de La Aldea en el año 2008, por poner un ejemplo, necesitó de 5.200 toneladas de neumáticos triturados para su ejecución; es una cantidad importante”, recuerda Leticia Saiz.
Chimeneas de Biogás
Otra posible aplicación para los neumáticos en vertederos son las chimeneas de biogás. Se trata de una tecnología que permite recoger el gas que producen los residuos de forma natural para utilizarlo como combustible en plantas de generación de energía eléctrica. “Para recoger el biogás se instalan unos tubos perforados de polietileno a lo largo de todo el vertedero que van recubiertos de un material de drenaje”, explica la directora de Desarrollo e Innovación de SIGNUS Ecovalor. La función del drenaje es dejar pasar el biogás y, al mismo tiempo, impedir que la basura pueda llegar a atascar los agujeros del tubo. “El neumático triturado es un material idóneo para cumplir esta función, ya que debido a su elasticidad se amolda perfectamente a los movimientos de la basura y a las imperfecciones del terreno”, añade Leticia.
Al igual que ocurre con el tratamiento de lixiviados, los sistemas de drenaje de chimeneas de biogás pueden llegar a ser grandes demandantes de neumáticos triturados, mejorando así no sólo el funcionamiento de los vertederos, sino también ofreciendo nuevas alternativas al tratamiento y gestión de neumáticos fuera de uso.
Uno de los principales objetivos de SIGNUS es maximizar y potenciar las diferentes aplicaciones disponibles en el mercado. Como nos cuenta Leticia, “son muchos los neumáticos que se desechan cada año. La labor que llevamos a cabo en el Departamento de Innovación y Desarrollo de SIGNUS se centra en buscar nuevas aplicaciones y fomentar las ya existentes. Para lo cual hemos creado tres marcas: Elastire (dedicada a la promoción del caucho reciclado), Powertire (orientada a la valorización energética de los neumáticos) y Geotire (para los triturados de neumático en vertederos y rellenos en obra civil)”.