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Residuos orgánicos que se transforman en…

Generamos mucha basura. Demasiada. Y de la que más, orgánica. De hecho, a día de hoy el 40% en peso de los residuos que generamos son restos de comida: carne, pescado, fruta y verdura. O, dicho de otra manera, una parte muy importante de los residuos que depositamos en el contenedor es, por tanto, agua.

Es por ello que, en estos últimos años, los pueblos y ciudades han visto cómo ha llegado el quinto contenedor, el de fracción orgánica, generalmente de color marrón. ¿Qué se obtiene de esos residuos? Fundamentalmente compost utilizado como fertilizante y energía eléctrica. La transformación se produce en grandes instalaciones industriales que agilizan un proceso que ya se da de forma natural en el medio ambiente. De hecho, también se puede hacer compost en casa, si se dispone de jardín, aunque el tiempo para obtener un compost apto puede prolongarse unos 6 meses.

Pero existen otras formas de reutilizar la materia orgánica. Opciones que parecen de ciencia ficción pero que están aquí. Y son reales.

De poso a taza

Julian Lechner un día de preguntó: ¿por qué no transformar los posos de los bares cercano en objetos útiles? La historia se remonta al año 2009 cuando nació la empresa Kaffeeform. Después de varios años de pruebas, en 2015 nacieron las primeras tazas de café fabricadas a partir de posos. Con esta misma filosofía nacieron otros productos a partir de residuos orgánicos que habitualmente terminan en vertederos o en incineradoras, como relojes fabricados a partir de granos de café o vasos de fibras de haya. Todo totalmente reciclable y de materiales 100 % orgánicos.

De hoja a bolsa

Con la caída de la hoja en otoño se producen miles de toneladas de residuos que, hasta la fecha, no se aprovechan. Eso mismo pensó Valentyn Frechka, estudiante ucraniano, cuando decidió impulsar el proyecto Re-leaf, para fabricar papel a partir de hojas secas. Con esta iniciativa, Valentyn confecciona bolsas de diferentes tamaños fabricadas a partir de hojas, con las que, con cada tonelada evita talar 17 árboles y reducir un 78 % las emisiones de CO2 respecto a una bolsa idéntica hecha de forma tradicional. También fabrica papel que van de los 70 gramos por metro cuadrado hasta los 300 con aplicaciones, para utilizarse desde en oficinas hasta en agricultura.

De rayos ultravioleta a energía solar

Poder aprovechar la luz ultravioleta y convertirla en energía eléctrica. Este es el objetivo del proyecto AuREUS System Technology. Un proyecto que le valió a su inventor, Carvey Ehren Maigue, el premio de sostenibilidad James Dyson en 2020. AuREUS es una placa de material translúcido de color que se coloca en los cristales de las ventanas y está fabricado a partir de restos orgánicos. La ventaja de este sistema es que aunque sea un día lluvioso o nublado, siguen llegando rayos ultravioleta permitiendo la generación de energía. ¡Todo un avance en el campo de la ingeniería!

Del bananero a tus pies

Dos de las frutas más consumidas del mundo son los plátanos y las bananas: rápidas de comer, de un sabor que gusta a la mayoría y económicas. Habitualmente las cáscaras terminan en vertederos o incineradoras y, en el mejor de los casos, compostadas. ¿Por qué no darles una nueva vida? Eso es lo que pensó Sara Harbarth, diseñadora suiza. Combinando las cáscaras junto con la impresión 3D, empezó fabricando molduras para gafas. El KUORI, que así denominó la materia prima obtenida a partir del proceso de secado de la cáscara de plátano, es biodegradable, ligero y resistente, por lo que le permitió dar un nuevo paso: hacer suelas de zapato. Y también relojes. ¿El futuro? “Ciudades y materiales sostenibles y biodegradables. Residuo cero”, asegura ilusionada Harbarth.

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