En los escaparates de las tiendas de ropa de cualquier calle comercial se pueden ver zapatos hechos con materiales reciclados, sin pegamentos ni sustancias nocivas para la salud o fabricados por empresas que respetan las condiciones ambientales y sociales de sus trabajadores. No hay duda, la sostenibilidad ha llegado al mundo de la moda. Y la industria del calzado, que emplea a casi 45.000 personas en España, no es una excepción. Así lo hemos podido comprobar en la V Jornada de Moda Sostenible, donde expertos del sector se han dado cita en Madrid para hablar de tendencias, tejidos y, por supuesto, de calzados ecológicos de la marca España.
Nuestro país es el segundo productor de calzado de Europa por detrás de Italia. 150 millones de personas se ponen zapatos españoles cada año en un mercado marcado por los bajos precios, pero también por productos de calidad que basan su modelo de negocio en nuevos valores como el compromiso ambiental y social. Entre ellos, el zapato reciclado es una de las estrellas.
“Hay una gran cantidad de materiales que actualmente tratamos como residuos, que podrían ser utilizados en la fabricación de zapatos: neumáticos, tapicerías de coches, plásticos, componentes utilizados en diseño industrial…”, comenta Elixabete Idoiaga Uribe, cofundadora de KAMELEONIK, una marca de las denominadas de ‘nuevo lujo’ que comenzó su actividad en 2012 con un claro objetivo: la elaboración de calzado confeccionado bajo criterios éticos, ambientales y sociales. A juicio de su fundadora, “KAMELEONIK pretende reflejar un estilo de vida con la ética como hilo conductor”. La empresa inició su andadura con el diseño de calzado con suela de yute y ahora se ha embarcado en un nuevo proyecto, Pisadas recicladas, para dar otra oportunidad a los residuos. “Esta nueva línea de calzado, elaborada íntegramente a partir de materiales residuales, verá la luz a lo largo de 2016”, anuncia satisfecha Elixabeta Idoiaga que prefiere no desvelar demasiados detalles sobre su nueva colección no vaya a ser que alguien de la competencia esté tomando nota.
Los componentes utilizados en la nueva línea de zapatos de la marca vasca son una incógnita por ahora, pero sí sabemos dónde se han llevado a cabo los ensayos y las pruebas de calidad de los materiales utilizados: en el Centro Tecnológico de Calzado de La Rioja (CTCR) que se ha convertido en un referente del ecodiseño y el aprovechamiento de residuos en el sector del calzado. Aquí se han desarrollado múltiples proyectos para incorporar materiales reciclados a los procesos productivos. Uno de los más interesantes es el análisis integral del poliuretano utilizado en la fabricación de suelas de zapato que año tras año termina en el vertedero. Tal y como señala Marta Calvo Robles, directora del Departamento de Calidad y Medio Ambiente del CTCR: “lo que hemos hecho con estos residuos es triturarlos y, por medio de un proceso químico, extraer una sustancia llamada poliol que sirve como materia prima en la confección del calzado”. Lo malo, según reconoce la propia responsable del estudio, es no haber logrado la viabilidad económica del proyecto. “Estamos muy contentos por los resultados obtenidos, sin embargo, por desgracia, sigue siendo más barato comprar el poliol de primera mano que extraerlo del poliuretano”.
Un proyecto que sí ha logrado el éxito esperado es el de la fabricación de chanclas recicladas a base de polvo de neumático, un proyecto desarrollado por SIGNUS y Ecoalf con la colaboración del CTCR. “Es de esos proyectos por los que una siente especial orgullo –recuerda Marta Calvo– porque después de dos años de duro trabajo vimos como estas chanclas tan innovadoras se introducían en el mercado con toda normalidad de la mano de Ecoalf”, una firma de ropa que a través de la inversión en I+D+I en procesos de reciclaje ha conseguido un reconocimiento mundial en sostenibilidad y moda. “El proceso de elaboración de las chanclas Ecoalf consiste en someter al neumático fuera de uso a un tratamiento especial de trituración del cual se obtiene un polvo de neumático que mediante un proceso de vulcanización (presión y temperatura) se vuelve a unir sin ningún tipo de adhesivo o producto añadido”, explica Marta.
Otra empresa que asienta su modelo de negocio en la sostenibilidad es El Naturalista, que se inspira en la naturaleza para llegar a personas comprometidas con la sociedad y el entorno. Presente en 46 países en el mundo, El Naturalista lanzó en 2006 la iniciativa ambiental más ambiciosa de cuantas se hayan emprendido en el mundo del calzado hasta el momento, Recyclus. Se trataba de una línea de calzado reciclada y reciclable que permitía separar los distintos elementos del zapato para facilitar su reciclaje. El director de Marketing de la compañía, José María de la Peña, nos explica el proceso: “los calzados de esta colección contaban con un cosido de 360 grados para que al final de su vida útil se pudiera tirar de él y separar el zapato en cuatro partes: suela, plantilla, piel (que era todo una pieza) y los cordones. Todos estos materiales se depositaban en diferentes papeleras de colores que habíamos depositado en la calle para su posterior recogida y vuelta a empezar. Era un proyecto muy bonito, pero no funcionó. Posiblemente nos adelantamos a los tiempos. No pasa nada, lo volveremos a intentar”.