Ya ha pasado más de una década desde que SIGNUS empezó, en el mes de mayo de 2005, a gestionar los neumáticos fuera de uso de nuestro país. Una herramienta que permitió dar cumplimiento a las obligaciones con las que les impone el Real Decreto 1619/2005. “En la gestión que realiza SIGNUS existen varias piezas fundamentales. Una, muy importante, son los gestores y valorizadores de los neumáticos fuera de uso que trabajan mano a mano con nosotros tanto por su implicación, como por su trabajo y su compromiso”, explica Gabriel Leal, director general de SIGNUS.
Los socios fundadores de SIGNUS y miembros del órgano de administración son Bridgestone, Continental, Good Year, Michelin y Pirelli. El sistema integrado de gestión (SIG) se financia con las aportaciones de los productores por cada unidad puesta en el mercado de reposición. Por ejemplo, en el caso de un turismo, el usuario tiene que pagar 1,38 euros por neumático a su compra, un dinero que se destinará al final de su vida útil para que reciba el tratamiento correcto.
Entre otras cosas, la legislación actual determina la responsabilidad del productor de neumáticos, estableciendo un régimen jurídico de su producción y gestión. Es por ello que se centra en el tratamiento de todos los neumáticos puestos en el mercado con la excepción de los de bicicleta y de aquellos de más de 1,4 metros de diámetro. Así, establece a los productores la obligación de preparar y presentar un plan de prevención de neumáticos fuera de uso con el objetivo de asegurarse su tratamiento correcto al fin de su vida útil.
Sin embargo, los productores no son los únicos protagonistas en el reciclaje. La cadena empieza con el taller donde el usuario del coche cambia sus neumáticos. Es la vía principal por la que el residuo empieza su camino hacia su correcto tratamiento y a convertirse en recurso. De esta forma y durante el pasado año 2016, SIGNUS recogió 194.803 toneladas de neumáticos que tuvieron diferentes fines: granulación, obra civil, coproceso de fabricación de clíncker, desarrollo de piezas de granulado de caucho, la incorporación de granulado de caucho a las barreras New Jersey, generación de energía eléctrica… Es en este punto donde entran otros protagonistas en la historia del reciclado del neumático: recogedores, transportistas y valorizadores. Un engranaje que permite que el neumático cambiado en el taller llegue desde los más de treinta centros de recogida y clasificación distribuidos por España hasta alguna de las plantas de trituración/granulación o nueve plantas de valorización energética distribuidas por el territorio nacional.
Una vez recogido del punto de generación se hace una primera selección. Es lo que se denomina preparación para la reutilización. Los recogedores seleccionados por SIGNUS clasifican las entradas en sus instalaciones con el fin de seleccionar la mayor cantidad posible de neumáticos susceptibles a ser reutilizados. De esta forma, del total recogidos durante 2016, se pudieron reaprovechar 23.629 toneladas. Del volumen restante, 102.522 toneladas tuvieron como destino la valorización o el reciclado. Además, 144 fueron usados en obra civil. 66.048 se usaron en el coproceso de fabricación de clínker mientras que un 2.432 se usaron para generar energía y 22 para pirolisis.