Los dispositivos electrónicos se han convertido en el regalo estrella de 2020. El auge de las compras on-line, unido al Black Friday, las fiestas navideñas y el aumento del teletrabajo durante la pandemia del Covid-19 han disparado las ventas de móviles, ordenadores y tablets a lo largo del último año. Si eres de los que te han regalado un dispositivo electrónico estas Navidades o tienes pensado comprarte uno en los próximos meses este artículo te puede interesar. Te contamos cómo gestionar tu viejo dispositivo para evitar que termine siendo un problema para el medio ambiente y la salud de las personas.
Y es que ya lo advertía el Foro Económico Mundial en la última asamblea celebrada en Davos (Suiza) en 2020: “los productos electrónicos representan el problema de residuos más grave del siglo XXI”. La basura electrónica es un peligro para la salud humana, ya que contiene aditivos tóxicos o sustancias peligrosas como el mercurio, que dañan el cerebro humano y/o el sistema nervioso. Pero también es un peligro para el medio ambiente. “Por poner un ejemplo, la batería de un solo teléfono móvil (el aparato que más se vende en Navidad) puede contaminar hasta 600.000 litros de agua”, asegura Luis Moreno, director general de Fundación ECOLEC, uno de los Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor que gestionan estos residuos en España.
El rápido crecimiento de la basura electrónica
Al grave problema de contaminación para la salud y el medio ambiente, hay que añadir el preocupante incremento de la basura tecnológica en todo el planeta, situando a los residuos electrónicos como los desechos domésticos que han experimentado un mayor crecimiento en los últimos años. No en vano, 2019 volvió a ser un mal año para la generación de residuos electrónicos alcanzando los 53 millones de toneladas métricas (Mt) de desechos en todo el mundo, un 21 % más que hace cinco años, según indica el último informe de la Global E-Waste Monitor publicado en 2020 con la colaboración del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio Alemán de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ).
Para hacerse una idea de la cantidad de residuos de la que estamos hablando, basta con señalar que el peso de los desechos electrónicos producidos en 2019 fue equivalente al de todos los ciudadanos europeos adultos juntos, ocupando un volumen similar a 350 cruceros del tamaño del Queen Mary 2; lo suficiente para formar una línea de 125 kilómetros de largo.
El peso de los desechos electrónicos producidos en 2019 fue equivalente al de todos los ciudadanos europeos adultos juntos
Por si fuera poco, la pandemia está contribuyendo a agudizar aún más este problema. La Covid-19 ha incrementado de forma significativa la cantidad de personas que estudia y teletrabaja desde casa en los países más desarrollados, aumentando la demanda de equipos electrónicos y, con ella, la acumulación de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE).
Reciclaje de productos electrónicos
Ante este panorama, la Fundación Ecolec nos recuerda la importancia de reciclar para una correcta gestión de los RAEE: “El reciclaje de los productos electrónicos contribuye a fomentar e impulsar la economía circular, pero también a reducir el uso de materias primas, el consumo de energía y la contaminación del medio ambiente a través del empleo de las mejores técnicas disponibles en cada momento”.
Las plantas de reciclaje más modernas y avanzadas del momento son capaces de tratar hasta más de 100 tipos de aparatos electrónicos diferentes, con un porcentaje de descontaminación del 99,8 %. Allí se lleva a cabo el desmontaje de los desechos electrónicos, con el fin de recuperar la mayor cantidad de piezas y materiales reutilizables. Cuando no es posible su tratamiento se procede a la eliminación o minimización de los componentes tóxicos que puedan ser perjudiciales para la salud, ya sean pilas, baterías, cables, motores, cartuchos de tóner… o, simplemente, el polvo procedente de la extracción de los contaminantes.
Sin embargo, en la actualidad solo el 17,4 % de los productos electrónicos se reciclan. Esto supone una pérdida sustancial de materias primas de gran valor económico, social y ambiental. Oro, plata, cobre, platino y otros recursos naturales se tiran a la basura, se queman o se venden de forma ilegal en países del Tercer Mundo, poniendo en riesgo no solo el medio ambiente sino también la salud de personas con pocos recursos que trabajan en condiciones infrahumanas.
Un simple gesto puede cambiarlo todo
La ONU estima que el valor de la basura tecnológica en el mundo ronda los 57.000 millones de dólares (el Producto Interno Bruto de muchos de los países de nuestro entorno), una razón de peso para poner todo nuestro empeño en evitar que los RAEE acaben mezclados con el resto de residuos domésticos, comerciales o industriales en el contenedor gris.
La opción más sensata es llevarlos al punto limpio municipal más cercano a nuestro domicilio. Allí recogerán todos los RAEE para su reciclaje. “Gracias a los puntos de recogida selectiva los ciudadanos contribuyen a que los residuos electrónicos se puedan separar, tratar y recuperar correctamente con total seguridad para el medio ambiente y para la salud de todos”, aseguran desde Ecolec.
Además, es esencial que el consumidor tenga en cuenta que, si va a cambiar su electrodoméstico por uno nuevo, el vendedor tiene la obligación de retirar el antiguo de forma totalmente gratuita, tanto si la compra se hace en tiendas de electrodomésticos como vía online.
#GreenShop
Otra opción para gestionar correctamente los RAEE es visitar una de las 800 tiendas de pequeños y grandes electrodomésticos adheridas al programa #GreenShop en España. Se trata de una iniciativa de la Federación Española de Comerciantes de Electrodomésticos en colaboración con la Fundación de Ecolec donde, además de hacer lo que están obligadas por ley (admitir un aparato desechado por cada nuevo que venden), ponen a disposición de los clientes información y herramientas para mejorar la gestión de dichos residuos. La web de Ecolec cuenta con un buscador de puntos de recogida dividido por categorías (puntos de venta, puntos limpios y #GreenShop), donde entregar los RAEE y reciclar correctamente tus residuos electrónicos.
¡Dónalo!
Siguiendo el principio de las tres erres (reducción, reutilización y reciclado), tirar un producto tecnológico a la basura siempre debería ser la última opción para su correcta gestión. ¿Te has planteado la posibilidad de donarlo? Existen ONG que recogen dispositivos electrónicos, incluso aunque sean viejos o estén estropeados. Ellas se encargan de arreglarlos y donarlos a personas desfavorecidas o a países en desarrollo. Puedes hacer tu donación en Recicla tu móvil y tu tablet, coordinada por Amnistía Internacional o en Movilízate por la selva, donde podrás participar en el apadrinamiento de chimpancés rescatados en el Congo enviando gratuitamente tu móvil en desuso.
Los ordenadores también están muy solicitados en los proyectos sociales o en países en vías de desarrollo, en este caso te puede interesar donárselo a Ingeniería sin Fronteras o a Informática Abierta. O si estás buscando una web de donaciones abierta a todos, que no esté ligada a ningún proyecto en concreto te puede interesar No lo tiro, te lo regalo, donde donas algo y cualquiera puede reclamarlo.