A las puertas de la Navidad, de Papa Noel, de Reyes y del Amigo Invisible, lo cierto es que el volumen de gasto y de regalos es más que destacado. Este hecho es especialmente relevante en los más pequeños de la casa que ven como en pocos días, reciben más regalos que el resto del año. Y es que es habitual que, en el frenesí navideño, el exceso de regalos les impida disfrutar de estos para luego acumularse en un armario y que al final acaben no disfrutándolos nunca.
Por ello, los Reyes y Papá Noel tiene que tener en cuenta algunos aspectos importantes antes de traer un regalo a casa.
Qué es la regla de los 4 regalos
Una de las recomendaciones de psicólogos infantiles y pedagogos para ser más selectivo en lo que se regala es cumplir la denominada «regla de los 4 regalos». Se trata de una filosofía de consumo responsable que se basa en la idea que limitar el consumo a 4 regalos basándose en lo siguiente: un regalo que se haga, un regalo que se lea, un regalo que se viva y un regalo que se enseñe. Esta filosofía de consumo responsable se ha vuelto popular en los últimos años como una forma de enfocarse en las relaciones y la conexión con los demás en lugar del consumismo desenfrenado tan habitual durante las fiestas.
Y es que la regla de los cuatro regalos es una idea que se ha vuelto popular en algunos círculos para limitar el número de regalos que los niños reciben en las fiestas navideñas. La idea detrás de esta regla es que, al limitar el número de regalos, se enseña a los niños (y no tan niños) a valorar más lo que tienen y a no darse por vencidos tan fácilmente con cosas materiales. Además, esto también puede ayudar a ahorrar dinero y reducir la cantidad de desperdicio y residuos generados durante las fiestas navideñas.
Enfocarse en las relaciones y no en el consumismo
Aquí te dejamos algunos ejemplos prácticos de cómo se puede aplicar la regla de los 4 regalos:
- Un regalo que se haga: podría ser una cena casera, una tarjeta hecha a mano o un jarrón de flores recién cortadas.
- Un regalo que se lea: podría ser un libro pero también una suscripción a una revista o a un servicio de lectura en línea.
- Un regalo que se viva: podría ser una experiencia, como un paseo por el campo, una excusión o una noche en un refugio.
- Un regalo que se enseñe: podría ser una clase o taller, una lección de cocina o una demostración de una habilidad que tengas.
La filosofía detrás de esta regla es que los regalos que se hacen, se leen, se viven y se enseñan son más personales y significativos que los regalos comprados en las tiendas. Además, esta filosofía promueve el consumo responsable al reducir la cantidad de cosas innecesarias que se compran y acumulan. En resumen, la regla de los 4 regalos es una forma de enfocarse en las relaciones y la conexión con los demás en lugar de en el consumismo. La idea es ser creativo y pensar en regalos que sean personales y significativos para la persona a la que se les da.
Otro de los aspectos a tener en cuenta es la calidad de los regalos. Nuevamente, se debe priorizar la calidad a la cantidad: un producto de calidad es duradero, tiene mejores prestaciones y, normalmente, puede ir acompañado con unos estándares ambientales mejores tenidos en cuenta durante su fabricación.