Lo que hará que un hogar sea inteligente no es tener Alexa en el estante o un termostato inteligente que nos permita regular la temperatura de la casa a través del móvil. El hogar inteligente debe basarse en lo que se supone que debe proporcionarnos una casa: calor, luz, energía y refugio. Y esto significa reducir el consumo de fuentes energéticas primarias que en buena parte son contaminantes.