En un país como el nuestro es fácil toparse con un campo de fútbol. En un colegio, en un barrio, en un pueblo o en un polideportivo, tener un lugar para ir corriendo detrás de una pelota es de lo más habitual.
Sin embargo en los últimos años, estos campos han vivido su propia metamorfosis: han pasado de ser campos de tierra o de asfalto a tener césped, eso sí, artificial. Y es que en un país como el nuestro, tener un campo de fútbol con césped natural es un lujo al alcance de unos pocos. A sus altísimas necesidades de mantenimiento (equivalente a las de los campos de golf) se le añade el elevado impacto ambiental para mantener un estado óptimo: una gran demanda de agua en un país con un régimen de lluvias bajo.
No que hay que obviar, tampoco, que al tratarse de un organismo vivo, el uso del campo de fútbol con césped natural no puede ser intensivo como sucede con el césped artificial: se restringe a unas pocas horas antes de que puedan apreciarse signos evidentes de deterioro.
¿Qué tienen que ver los neumáticos reciclados y el césped artificial?
A día de hoy, la gran mayoría de campos de fútbol lucen un verde envidiable a lo lejos pero, ¿has mirado un campo de césped artificial de cerca? De lejos se hace difícil distinguir entre un campo de césped natural de uno que no lo es pero, ¿y de cerca? Ahí las cosas cambian. A pie de campo, los de césped artificial cuentan con pequeñas partículas negras distribuidas por toda la superficie y que, irremediablemente, nos recuerdan a las populares pastillas Juanola.
Estos pequeños gránulos proceden del triturado de neumático fuera de uso, aquel que no puede volver a circular porque ha perdido las características mínimas de seguridad para ello. Mediante un proceso mecánico, se separa el caucho del resto de materiales que forman el neumático, como son los tejidos o los filamentos de acero. Posteriormente, el caucho se granula en un proceso que busca obtener el tamaño deseado para su aplicación en campos de fútbol.
Y es que el uso de granulado de neumático permite mejorar la capacidad de juego del césped, aumentando el agarre y mejorando la amortiguación. Además, ayuda a que el césped no se levante así como alargar la vida útil de la superficie.
Pero ahí no termina el uso deportivo del neumático triturado. Aparte de su aplicación en campos de fútbol de tercera generación, se utiliza también en pistas de atletismo buscando amortiguación y agarre para los deportistas además de transformar un residuo en un recurso. Por todo ello, cuando vayas al fútbol o a ver una carrera, fíjate de qué material están fabricados. ¡Tus neumáticos podrían estar esparcidos en medio del campo!