Todo de lo que estamos rodeados terminará, tarde o temprano, en el cubo de la basura. Y en según en qué contenedor lo depositemos empezará, o el camino del reciclaje o terminará su vida en un vertedero o incineradora. ¿Por qué nos cuesta tanto reciclar bien? ¿Cuáles son los errores más comunes que cometemos a la hora de reciclar? Aquí te dejamos algunas dudas y mitos que, seguro, que te sorprenderán.
No saber en qué se diferencia el contenedor de la fracción resto del de la fracción orgánica
En los últimos años, en muchos municipios ha aparecido un nuevo contenedor, el de orgánica, que se añade a los ya habituales: azul para el papel y cartón, amarillo para envases, verde para el vidrio y el de fracción resto, cuyo color es variable según la localidad. Pues bien, en el contenedor orgánico, normalmente de color marrón, hay que depositar restos de carne, pescado, fruta y verdura, así como restos de comida. Si su contenido es correcto acabará reciclado formando un compost orgánico muy útil para el abono de las plantas.
En cambio, en el contenedor de resto debe ir todo aquello que no va a ninguno de los contenedores y cuyo destino es el vertedero o la incineradora: compresas, preservativos, pañales, arena de gato, pelos… Saber la diferencia entre contenedores es importante, no solo para no entorpecer el reciclaje sino para ayudar al medio ambiente.
No saber exactamente qué echar en el contenedor amarillo
El contenedor de envases recibe una tipología de residuos muy amplia que va desde la lata de refresco a la de sardinas, pasando por la bolsa del supermercado o del envase del pescado o carne. Para saber si un envase debe ir al amarillo, debemos leer la etiqueta donde se indica a qué contenedor va. De hecho, es posible que un mismo envase indique que una parte debe ir al contenedor amarillo y otra al azul. Si no hay este indicativo, el envase tiene que ir a otro sitio.
¿Qué productos nos llevan a dudas? Por ejemplo, las cápsulas de café, que no van al amarillo sino al contenedor de cápsulas del punto limpio o de la tienda donde las hemos comprado; envases reutilizables como fiambreras que tienen que ir al contenedor de resto o los botes de pintura que no lleven el pictograma del contenedor amarillo, al punto limpio.
Diferenciar entre vidrio y cristal
Por un lado, tenemos el vidrio de botellas, frascos, tarros y botellines y, por el otro, el cristal de copas, platos, de un espejo o de una ventana. Saber diferenciarlos es importante para saber a qué contenedor debemos recurrir. El vidrio siempre al contenedor verde. El cristal siempre al contenedor de resto. Además, taza o platos, enteros o rotos, hechos de loza o porcelana tampoco deben ir al contenedor verde sino al de resto.
El papel y cartón, cuanto más limpio, mejor
Si no fuera por el auge del comercio online y por el gran volumen de cajas y envases de cartón que genera, posiblemente estaríamos hablando que al contenedor azul le quedan los días contados para desaparecer de nuestras calles. A la hora de utilizarlo, solo deposita en él, papeles y cartones limpios de aceite y pintura, que deben ir al contenedor de resto para no entorpecer el reciclaje del resto de contenedor. Por tanto, ¿la caja de la pizza? ¿el papel utilizado para proteger el suelo mientras pintas? Al contenedor de resto. Y, ¿los coloquialmente llamados cartones de leche? Pues aunque muchos les llamen así, deben ir al contenedor amarillo.
Aparte de los ya mencionados, generamos muchos más residuos, aunque en volumen sean poco: pilas, fluorescentes, aceite mineral, baterías, restos de poda, aparatos eléctricos y electrónicos, escombros… Todos ellos no se pueden depositar en los contenedores de la vía pública sino en el punto limpio más cercano. En algunos casos, según la localidad, puedes tener recogida domiciliaria de algunos de ellos, como es el caso de recogida de enseres o poda, que facilita así su reciclaje posterior. Para saber cómo funciona la recogida de residuos de tu municipio, llama a tu Ayuntamiento, consulta su web o sus redes sociales. Y recuerda consultar fuentes fiables para resolver tus dudas ambientales.