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Qué es el Internet de las Cosas (IoT) aplicado a la sostenibilidad

Algunos ejemplos de cómo el Internet de las Cosas mejora la sostenibilidad

Internet de las Cosas, también conocido por sus siglas en inglés IoT es uno de los elementos que más importancia está cobrando en la transformación digital de las empresas. Este término se refiere a la interconexión que se produce entre diferentes objetos a través de Internet, lo que les permite comunicarse entre sí y con otros sistemas. Puede ser cualquier tipo de dispositivo que tenga capacidad de conectarse a una red. Como ejemplos más cercanos nos encontramos con termostátos de temperatura, enchufes o bombillas inteligentes, smart TVs o todo tipo de electrodomésticos, entre muchos otros.

El IoT no sólo lo tenemos presente en nuestras casas, sino que ha transformado multitud de sectores que se aprovechan de las ventajas que proporciona: desde el transporte hasta el sector industrial. Además de las ventajas inherentes para todo tipo de industrias, también juega un papel fundamental en mejorar la sostenibilidad. Veamos a continuación algunos de los casos de uso más utilizados:

Edificios inteligentes

Quizá uno de los usos más antiguos es en el desarrollo de edificios inteligentes. Las nuevas construcciones ya incorporan todo tipo de tecnologías para hacerlas más eficientes, pero aquellos más antiguos también han incorporado diferentes tecnologías de IoT para mejorar su sostenibilidad. La gran mayoría de ellas están enfocadas en mejorar la eficiencia energética de los edificios con el objetivo de reducir los consumos energéticos. Para ello se emplean diferentes sensores y dispostivos que controlan todos los consumos: desde la temperatura hasta el consumo de agua.

Todos estos sensores se interrelacionan entre sí y acaparan datos que permiten ajustar la iluminación o la temperatura de tal forma que pueden adaptarla a las necesidades del momento. Por ejemplo, apagan totalmente el aire acondicionado en el caso de que no haya nadie en una dependencia o ajustan la potencia de la iluminación dependiendo de la luz natural que haya en un determinado momento. Uno de los dispositivos más empleados son los sensores de movimiento que apagan o encienden de forma automática las luces en función de si se encuentra alguien en una estancia.

Gestión de residuos

Uno de los apartados más costosos para una gran ciudad es la gestión de los residuos. Supone, por ejemplo, un gasto y una mayor cantidad de emisiones en la recogida de los mismos. En muchas ocasiones, los camiones de recogida se encuentran con contenedores prácticamente vacíos por lo que el IoT puede solucionar buena parte del problema.

Numerosas ciudades ya han incorporado sensores en los contenedores de tal forma que, de manera automática, avisa cuando se encuentra al límite de su capacidad. De esta forma, los ayuntamientos pueden diseñar la ruta adecuada de recogida por lo que se reducen los recorridos innecesarios de los camiones de basura y, de paso, las emisiones de carbono. Asimismo y, como hablábamos en este artículo, esos sensores también pueden identificar y clasificar de forma automática la composición de los deshechos lo que va a facilitar su separación y procesamiento.

Agricultura

El impacto del cambio climático está afectando de forma negativa al sector agrícola. Las cada vez más habituales sequías está provocando que muchos territorios no tengan acceso al agua como lo tenían antiguamente. Sin embargo, este sector es uno de los que más innovaciones ha incorporado para resolver ésta y otras problemáticas. Por ejemplo, muchas empresas llevan tiempo incorporando sistemas de riego inteligentes que permiten ajustar el riego en función de los datos que proporcionan los diferentes sensores sobre la humedad del suelo y las condiciones climáticas. De esta forma pueden adaptar el riego a las condiciones meteorológicas y se reduce el desperdicio de agua.

Asimismo, el IoT está permitiendo incrementar la cosecha de cada planta. En este caso, los sensores informan sobre las posibles enfermedades que pueda tener cada una de ellas y si es necesario proporcionarle algún tipo de fertilizante o de perticida. De esta forma, el agricultor evita tener que hacerlo en todas las plantas que conforman la huerta. La ventaja está clara: se reduce el riesgo de contaminación del suelo y también los costes. Con ello, se trata cada planta o árbol de forma individualizada y se mejora la cosecha de cada una de ellas.

Una gran ciudad

Las grandes ciudades son las más beneficiadas por el impacto del Internet de las Cosas. Para favorecer y mejorar la sostenibilidad y la calidad del aire, muchas de ellas han renovado por completo su flota de autobuses sustituyéndolos por otros más eficientes y con emisiones cero. Peor también se han aprovechado del IoT para mejorar el transporte de la ciudad. Por ejemplo, están utilizando sensores que les permiten obtener datos en tiempo real para gestionar el tráfico, optimizar las rutas de los autobuses y trenes, y proporcionar a los ciudadanos información precisa sobre los tiempos de llegada y salida.

Un ejemplo de ello, son los semáforos conectados que adaptan la duración de la luz verde o roja en función del tráfico de una determinada calle.
Y al igual que ocurre con los edificios inteligentes, el IoT empieza a jugar un papel importante en la iluminación de una ciudad. Son numerosos los ayuntamientos que ya han instalado sensores en las farolas para ajustar de forma instantánea y, sin necesidad de intervención humana, la intensidad de las luces en función de las necesidades reales de una determinada vía.

La calidad del aire

Las grandes ciudades tienen que cumplir con las directivas europeas de calidad del aire. Por ello, es fundamental la medición de la misma y el IoT es un aliado fundamental para cumplir con la legislación. Una buena parte de las ciudades europeas ya cuenta con infinidad de sensores distribuidos alrededor de ella diseñados para medir la calidad del aire. Estos sensores son los encargados de detectar los niveles de contaminación que hay en su zona y proporciona datos en tiempo real que permite a los consistorios tomar las medidas adecuadas para mejorar la calidad del aire. Asimismo, y en base a toda la información obtenida a lo largo del tiempo, servirá para diseñar políticas a largo plazo.


Estos sensores, no sólo miden la calidad del aire. También hay muchos enfocados a monitorizar los niveles de ruido y contaminación acústica, lo que permite tomar decisiones adecuadas para mejorar la calidad de vida de los residentes en una determinada zona de la ciudad.
Son muchos los ejemplos que se están llevando a cabo, pero lo cierto es que el IoT proporciona nuevas oportunidades para mejorar la eficiencia, la seguridad y la calidad de vida.

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