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Cómo reducir tu huella de carbono en las compras online

No estamos dispuestos a dejar de comprar online pero ¿podemos hacerlo de forma más sostenible? Te damos 3 consejos para lograrlo.

Desde hace varios años, nos hemos acostumbrado a realizar todo tipo de compras. Sólo en España, según datos de la CNMC, el comercio electrónico supero los 20.000 millones de euros en el tercer trimestre de 2023. Entre los sectores destacados se encuentra el de las agencias de viajes, las líneas aéreas y el hotelero. Estos tres fueron algunos de los que primero se adaptaron a la venta por Internet y los que más utilizan los usuarios. Tras ellos, el resto de sectores, también empezaron a incorporar plataformas de comercio electrónico y, poco a poco, los usuarios nos hemos acostumbrados a comprar todo tipo de productos a través de Internet o de diferentes aplicaciones móviles. Desde ropa, hasta libros, sin olvidar la comida.

Es en éstos donde nos vamos a centrar en este artículo, pues en muchos casos, se les acusa de ser pocos sostenibles. Cada vez que compramos cualquier producto se inicia un proceso en el que entran en juego muchos factores, casi todos ellos relacionados con el transporte. Y si hablamos de transporte hablamos de contaminación y procesos poco sostenibles.

Por qué compramos por Internet

El motivo principal por el que adquirimos productos por Internet es el de la comodidad: hace que no tengamos que desplazarnos a una tienda a comprar una camisa o que nos libremos de hacer la cena o tener que ir a un restaurante. El otro factor es que accedemos a un mercado global de tal forma que podemos comprar cualquier producto que, de otra forma, no podríamos conseguir.

Sin embargo, este modelo de consumo contribuye a incrementar la huella de carbono: se necesita una mayor cantidad de materiales para fabricar los embalajes; se multiplican los kilómetros realizados por los medios de transporte que aumentan todavía más en el caso de haber devoluciones de producto y, en el apartado que se refiere al momento de la compra, se necesitan grandes centros de datos que consumen ingentes cantidades de energía para poder ejecutar las órdenes de miles de consumidores que compran al mismo tiempo. Es decir, el impacto ambiental de las compras online es considerable.

Opciones menos contaminantes

Hay métodos de compras online que son mucho más contaminantes. Por ejemplo elegir el modelo tradicional de puerta a puerta, donde el repartidor visita cada domicilio para entregar a cada persona sus compras es ineficiente y en muchas ocasiones se producen las denominadas entregas fallidas, que se producen cuando no hay nadie en el domicilio y el repartidor tiene que volver una segunda vez. Este tipo de entregas rápidas y urgentes a menudo suelen requerir métodos de envío menos eficientes ya que se emplean vehículos con baja capacidad de carga y rutas menos optimizadas.

Para solucionar este problema es mejor optar por envíos agrupados, de tal forma que compremos varios productos al mismo tiempo. Este método, aunque más lento, reduciría de forma significativa las emisiones de carbono ya que el transportista tiene que realizar menos viajes. La pregunta que hay que responderse en este caso es si realmente necesitamos un producto de forma urgente o podemos esperar un par de días para que nos lo entreguen.

La era de los lockers

Cada vez vemos más puntos de entrega dispersos alrededor de cualquier ciudad. Muchos de ellos suelen situarse en tiendas de proximidad, lo que permite a ese comercio añadir unos ingresos extra en un momento en el que su facturación ha caído, precisamente por el auge del comercio electrónico. El resto, son los denominados lockers, unos armarios situados en diferentes sitios estratégicos y en los que los repartidores dejan los productos hasta que el usuario los recogen.

Con este modelo se eliminan dos problemas. Por un lado el repartidor deja varios paquetes de diferentes compradores en un mismo lugar, lo que reduce el número de desplazamientos que tiene que realizar y por otro lado, se elimina la entrega fallida lo que, además de favorecer la reducción de emisiones al no tener que realizar un segundo viaje, asegura al consumidor la recogida del envío en el momento en el que lo desee. La proliferación de estos puntos de entrega hacen además que el usuario pueda elegir el que más le convenga.

Comprar productos locales

Dada la expansión del comercio electrónico, en la actualidad, casi cualquier empresa dedicada al comercio minorista tiene una páginas web en la que oferta sus artículos. Sobre todo en el apartado de la alimentación estas tiendas de proximidad ofertan productos de proximidad lo que también reduce el impacto en la huella de carbono. Adquirir productos en este tipo de comercios reduce la necesidad de transporte de larga distancia lo que se traduce en una menor contaminación a la hora de transportarlos y además suelen utilizar embalajes más sostenibles y una menor cantidad de ellos lo que se traduce en una reducción de los residuos y, por tanto, una menor huella de carbono.

Devolver productos

La opción de poder devolver un producto es uno de los elementos que más perjudican al medioambiente. Suele ocurrir, sobre todo, en el caso de la compra de ropa. En este caso, el consumidor adquiere una prenda sólo con la intención de probársela y en el caso de que no le satisfaga procede a la devolución de la misma. Estas devoluciones no sólo incrementan el número de viajes de los transportistas, sino que también generan residuos adicionales y, en algunos casos, productos desechados. Reducirlas devoluciones puede tener un impacto positivo por lo que antes de comprar es importante leer las descripciones para asegurarse de que el producto cumple con las expectativas. En el caso de la ropa o de los muebles, cada vez son más las marcas que incorporan en sus apps o en sus webs herramientas para ver cómo queda un mueble en un determinado lugar o cuál sería el aspecto que tendría el usuario con una determinada prenda de vestir. Lo más importante de todo, sin embargo, es pensar si realmente necesitamos ese producto que hemos agregado al carrito de compra.

En cualquier caso, de vernos abocados a realizar una devolución, los lockers suelen servir como punto de entrega de devoluciones. Con su uso estaremos evitando que un repartidor tenga que venir a nuestro domicilio para llevarse el paquete, reduciendo con ello el tráfico rodado y las consecuencias que tiene sobre las ciudades en forma de emisiones, ruido o atascos

Como vemos, son diferentes la iniciativas que podemos llevar a cabo para reducir el impacto ambiental cada vez que realizamos una compra por Internet. Al final, como casi siempre, no se trata de hacer algo diferente a lo que hacemos en nuestra vida física. Simplemente se trata de adaptar esas rutinas al mundo digital.

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