Alicia Sornosa, aventurera solidaria sobre ruedas

Alicia Sornosa es periodista y aventurera solidaria sobre ruedas. Viajera incansable, acaba de llegar de África y ya tiene las maletas preparadas para partir a India en su Ducati.

¿Cómo nació esta pasión por la moto?

​Desde que tenía un Vespino​ con 14 años y descubrí que sobre dos ruedas sentía la libertad. Lo confirmé con 38, cuando comencé la vuelta al mundo. No he podido parar desde entonces, es vital para mí. Cuando paso tres meses seguidos en España me siento como un león enjaulado antes de la función del circo, necesito escapar, la moto es la mejor manera de hacerlo; te permite oler por donde pasas, te mantiene activo, alerta. Es un medio de transporte que, a diferencia de un coche en el que vas metido en tu burbuja de comodidad y asilado del resto, te obliga a estar en contacto con el medio y es una manera directa de relacionarte con otras personas, sin cristales ni puertas de por medio. Hay mucha camaradería entre los motoristas. En definitiva, hace sentirte vivo.

Más de 75.000 kilómetros a tus espaldas, 3.000 litros de combustible y 10 juegos de neumáticos, ¿qué es lo que te motiva a seguir?

​¡Y aún llevo mucho más! esas son las cifras de este viaje de un año y medio por el mundo que finalicé en el 2013. Me motiva sobretodo la necesidad de sentir que aprovecho mi vida, esa sensación de que estás aprendiendo cosas nuevas continuamente, de que tu mente está activa. Necesito que el día que vaya a morir pueda pensar que aproveché el tiempo todo lo que pude. Y la libertad… eso es lo que me da el viaje en moto, libertad para pensar, hablar con quien quiera, sin prejuicios… conocerme, que en estas vidas que llevamos perdemos el norte de quienes somos y lo que queremos llegar a ser. Durante el viaje aprendes a quererte, a criticarte y a crecer. Debería ser obligatorio para todo ser humano estar al menos seis meses de sus vidas como un nómada, sin zonas de confort y con los sentidos a flor de piel.

¿Con qué te quedas de tus viajes?

​Siempre con la gente, que no para de sorprenderme (para bien). ​

La última aventura ha sido África, de Etiopía a Ciudad  del Cabo. ¿Por qué elegiste este itinerario?

​Quería regresar a Etiopia, un país muy particular que me llamó mucho la atención en la vuelta al mundo. Quería volver a pasar por las pistas de Kenia que tanto me costó en ese primer gran viaje, medirme de nuevo en este continente tan duro y auténtico. Y conocer lo que me faltaba de esta parte este de África hasta el punto más al sur del continente.

 ¿Con qué dificultades te has encontrado?

​Muchas, África es muy duro. La principal el idioma, mi inglés (aunque cada día aprendo más) no es bueno, el terreno en este continente es salvaje, tan pronto te pillan unas lluvias torrenciales que hacen que el asfalto desaparezca como te encuentras subiendo un puerto de montaña lleno de piedras y grietas. Es todo un reto para mí y mi Ducati. La falta de agua, de comida, la cantidad de animales salvajes que te encuentras en la carretera y sobre todo ver las condiciones de vida de muchos seres humanos. Eso te golpea fuerte y te hace sentirte muy afortunado. En líneas generales África te hace reaccionar y sobrevivir, no es fácil ni con dinero

En nada te vas a India, ¿en qué consistirá esta nueva peripecia?

​Esta vez voy a trabajar llevando a un grupo de afortunados motoristas conmigo. Hago de guía y diseño viajes en moto por los recorridos que más me han gustado de mundo. ¡Es toda una experiencia! Me gusta revivir mis emociones a través de los nuevos viajeros, se aprende mucho.​ Así que en esta ocasión (lo hago cuatro veces al año) me toca hacer de maestra de ceremonias y mostrar lo que más me ha llamado la atención de la costa del mar Arábigo.

Las redes sociales juegan un papel fundamental en tus viajes, ¿de qué manera puedes compartirlos a través de ellas?

​Son básicas para mí. Cuento el viaje a través de fotos y pequeños textos, hago llegar información real de lo que sucede en estos lugares, pido ayuda para diferentes causas sociales. Me encanta que la gente vea la verdad a través de su pantalla, que no sea todo televisión y malas noticias. La mayoría del viaje es maravilloso y quiero mostrarlo, incluso en los peores momentos, en los que flaqueo, lloro o echo de menos mi acomodada vida. Quiero contarlo. Somos de carne y hueso y nada mejor que gritarlo a todo el mundo. Todos somos fuertes o débiles en según qué momentos, nada que ver con la publicidad a la que nos someten, mostrando un mundo perfecto que nos frustra que no es real. Las redes sociales me permiten hacer todo esto.​

¿Cuál es tu viaje pendiente?

​Una vuelta al mundo en velero. El mar me atrae un montón y aprendí a navegar muy joven, trabajando en la cocina de un catamarán que llevaba turistas desde Lanzarote a otras islas. Ese es mi viaje pendiente que espero poder llevar a cabo algún día.​