Sí, el reciclaje tiene música, y suena totalmente a percusión: Se llaman TOOM PAK, un grupo de enérgicos músicos con base en Alcalá de Henares (Madrid) que lleva 15 años sacándole sorprendentes sonidos a montón de cachivaches, desde simples papeles a bidones y neumáticos, y que además cuentan con un animado y divertido proyecto para concienciar sobre el medioambiente en los colegios a partir de instrumentos que son puro reciclaje.
Hasta ahora habíamos traído aquí pintores, ilustradores, escultores, escritores… Hoy le toca el turno a la música. Al grupo TOOM PAK .
No hay más que leer en su web la presentación de algunos de sus espectáculos para comprender que estamos ante unos tipos que encajan bien en nuestra búsqueda de artistas con mirada verde, con un sentido circular de la vida y la economía, con una apuesta clara por fomentar en general el valor del reciclaje, y del reciclaje de los neumáticos en particular. Esto dicen de su producción Reciclart 2.0: “Bidones, radiales, tuberías, llantas, cubos, palos, botellas… objetos todos procedentes de la basura y convertidos por arte de los TOOM PAK en instrumentos sonoros, en portadores de vigor, felicidad y emoción”.
Vigor, felicidad y emoción. Dan ganas de irse a tocar con ellos.
Y esto dicen, desde una perspectiva de consumo responsable, no despilfarrador, de Reciclart: “El show comienza de la nada, de una forma minimalista, al representarnos cómo las personas sin recursos pueden beneficiarse de su entorno para cualquier cosa, incluso para divertirse o hacer arte”.
Quedo con ellos en el Museo Nacional Reina Sofía, durante un descanso del ensayo de un espectáculo diseñado especialmente para el evento de una importante compañía de telefonía móvil, lo que ellos llaman Labs, proyectos hechos a medida, desde un anuncio a una cita empresarial. Como en el escenario, transmiten energía y buen rollo, aunque esta expresión haya perdido valor de tanto usarla. Pero es que en su caso, les viene al pelo.
Habla sobre todo Gorka González, su director, madrileño de 35 años, que dejó sus estudios universitarios de Filología Árabe para entregarse con pasión a su proyecto de TOOM PAK. Fueron cinco los socios fundadores, y lo que comenzó como un entretenimiento, mitad diversión mitad liberación de adrenalina, fue tomando rápidamente forma profesional. Al poco de arrancar, ya se plantearon que quizá fuera una buena salida para vivir de ello. Aunque Gorka reconoce que han tenido sus altibajos y que a veces andan justitos, están muy satisfechos de lo conseguido, hasta el punto de que muchos ya les sitúan al nivel de la marca israelí Mayumaná, los más conocidos en este territorio de la música y danza a partir de la percusión. “Lo nuestro lo alimenta sobre todo la ilusión”, subraya Gorka.
Aparte de esas píldoras que les piden para animar eventos de todo tipo, cuentan con una decena de espectáculos producidos al 100% por la factoría TOOM PAK, y que ensayan en dos antiguas naves agrícolas situadas a las afueras de Alcalá de Henares, enormes naves que más que locales de ensayo parecen talleres, pues ahí construyen y reconstruyen, inventan y reinventan sus originales instrumentos musicales.
Hablamos con Gorka.
- ¿Cuántos sois?
- Ahora 15, pero tenemos tal volumen de trabajo que estamos pensando ampliar, para crecer y para poder aprovechar tanto talento como estamos viendo en las audiciones que convocamos.
- ¿Cuál es vuestro fuerte?
- Que transmitimos espectáculo de una manera muy honesta y auténtica. Además, creo que está claro nuestro trasfondo medioambiental y social.
- ¿Vuestra principal seña de identidad?
- Las chispas que saltan de las radiales.
- ¿El escenario al que os habéis subido que más ilusión os ha hecho?
- Pues yo creo que el Festival de Teatro Clásico de Mérida, estar ahí, en ese imponente teatro romano, es algo que no se olvida. Y el Festival de Teatro Iberoamericano de Bogotá; llenamos cuatro funciones en el Palacio de Deportes de Bogotá. También nos encanta la experiencia que llevamos de febrero a mayo, desde hace ocho años, en la Sala Mirador de Madrid; un espectáculo para familias los sábados por la mañana.
- ¿El instrumento más raro que habéis tocado?
- Nos hemos quedado muy satisfechos con el afinamiento que conseguimos el verano pasado con las bombonas de butano.
- ¿También empleáis neumáticos?
- Sobre todo en escenografías, porque es un elemento que rápidamente ubica al público en un ambiente industrial o post-industrial.
- Sacarle música al caucho me imagino que es ya bastante más complicado.
- Sí, pero hemos introducido música con neumáticos de tractores golpeados por botellas de plástico. Por su enorme tamaño, resulta muy espectacular. También tenemos un número en el que usamos chanclas con las suela procedente de neumáticos reciclados para producir sonidos golpeando la boca de trozos de tuberías.
- Vamos, que no se os pone nada por delante…
- No, podemos trabajar con los materiales que nos digan para concienciar sobre lo importante de las tres R: reducir, reutilizar y reciclar. Esa intención siempre esta detrás de nuestros números. Concienciar sobre el valor del residuo, al que no hay que considerar residuo, que no hay que desechar.
En esa línea está su proyecto educativo, TOOM PAK School. Esto dicen de su espectáculo The 3 Rs: “Una actividad complementaria de percusión y reciclaje en inglés, bilingüe, muy participativa, que consigue mentalizar a los alumnos de todas las edades de la importancia de cuidar nuestro entorno a través de la música y el humor”. Puesto en marcha en 2008, lo llevan anualmente a más de 30.000 niños. Y ya han traspasado fronteras y llegado a países como México y Colombia. Un espectáculo de unos 40 minutos que adaptan a todas las edades de los estudiantes, desde los 3 a los 17 años, y que siempre con mucho sentido del humor enseña a las nuevas generaciones a reciclar de forma divertida.
Y así explican su espectáculo Reciclart School (el que llevan a la Sala Mirador desde hace años): “Un espectáculo musical, ideal para disfrutar en familia, creado a partir de objetos reciclados. Trata de la importancia del cuidado del medioambiente, mediante la famosa ley de las 3R (reducir, reutilizar y reciclar), pero de una forma disparatada y divertida, nunca antes vista”.
Porque la letra con una sonrisa mejor entra, y cambiar los hábitos no solo debe verse como una obligación, sino como algo natural, positivo, que nada cuesta y que nos produce alegría y satisfacción.
En fin, que lo suyo es saber vivir la vida, puro bidón al que sacarle ritmos y energía.
Tener confianza mutuas
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Exelente música felicidades
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