Las fakes news son uno de los principales problemas a los que se están enfrentando lassociedades. Potenciadas por el altavoz que ofrecen las redes sociales, las desinformaciones abarcan todos los ámbitos: desde la política a la economía pasando por la sanidad el virus de las noticias falsas se expande de forma rápida a través de TikTok, X, Instagram o apps de mensajería. Lo más negativo de todo ello es que, en vez de establecer un periodo de cuarentena para evitar la propagación, son los usuarios los que alimentan y acrecientan el problema.
El cambio climático y la sostenibilidad son uno de los campos de cultivo más atractivos para propagar todo tipo de bulos y falsedades. Ese campo abonado ha generado falacias como que los científicos no están de acuerdo con que haya cambio climático o que no es posible demostrar que el hombre sea el responsable del que se esté produciendo. A través de las redes sociales también hemos podido ver supuestos estudios que aseguran que los científicos están manipulando datos sobre los aumentos de temperatura o que esos aumentos tardarán mucho tiempo en apreciarse.
El papel de los chatbots
Ante esta situación, se están llevando a cabo distintas iniciativas para combatir las fake news sobre el cambio climático. En este sentido, destacan aquellas que están creando chatbots de inteligencia artificial (IA) diseñados específicamente para desmentir mitos sobre el clima.
Su principal ventaja es que no sólo son capaces de proporcionar información precisa y basada en evidencias, sino que también pueden interactuar de manera efectiva con el público, educando y corrigiendo conceptos erróneos en tiempo real. Digamos que son una especie de ChatGPT, pero enfocados únicamente en desmentir esos falsos mitos. Al igual que la popular aplicación de IA generativa, estos chatbots interactúan con los usuarios y proporcionan las respuestas adecuadas a las preguntas y dudas que puedan tener los usuarios.
La desinformación sobre el cambio climático no sólo proviene de las redes sociales. También aparece en determinados medios de comunicación e incluso en las declaraciones de figuras públicas como Donald Trump o Santiago Abascal. El principal problema es que estos bulos son difíciles de erradicar y arraigan en la conciencia pública. Es aquí es donde los chatbots de IA juegan un papel crucial. Gracias a su capacidad para procesar y analizar grandes volúmenes de datos, estos chatbots pueden identificar y abordar rápidamente la información errónea.
Cómo funcionan
Un chatbot de IA se alimenta a través de infinidad de datos. Con esos datos, basados sólo en información contrastada y demostrada, pueden simular conversaciones humanas gracias a programas de procesamiento de lenguaje natural (PLN) y de aprendizaje automático que les permiten comprender y responder a las preguntas de los usuarios.
En el caso del cambio climático, los chatbots de IA son entrenados con el empleo de una amplia gama de fuentes científicas y académicas de tal forma que, al recibir una pregunta o afirmación relacionada con el clima, el chatbot ofrece respuestas precisas respaldadas por investigaciones. Por ejemplo, si un usuario menciona que » no se puede probar que el hombre no es el responsable del cambio climático», el chatbot puede responder con datos de la NASA, la Agencia Espacial Europea, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y otros organismos que confirmen la realidad del cambio climático.
Al tener acceso constante a las fuentes de datos, las respuestas de los chatbots están actualizadas por lo que proporcionan una información precisa, en contraposición a otro tipo de recursos que pueden quedar obsoletos. Además, pueden adoptar un enfoque educativo adaptándose al perfil de los usuarios de tal forma que no sólo ofrecerá un simple dato, sino que puede explicar por qué es una determinada afirmación es incorrecta y proporcionar contexto adicional.
ClimateGPT
Dentro de los chatbots para combatir fake news sobre el cambio climático, el más avanzado es ClimateGPT. Desarrollada por ErasmusIA, se trata de un conjunto de modelos de inteligencia artificial de código abierto con el que se pretende abordar el impacto del cambio climático y a ayudar a investigadores, políticos y líderes empresariales a tomar decisiones informadas sobre la emergencia climática.
El chatbot se alimenta de datos que proceden de más de 1,5 millones de artículos sobre el impacto del clima extremo en los últimos diez años. Asimismo incorpora información procedente de 200 millones de artículos académicos y de 10.000 millones de páginas web de contenido sobre cambio climático. El objetivo fundamental de este desarrollo es que los investigadores profundicen en sus análisis y para que los gobiernos puedan acceder a información que les permita impulsar políticas para combatir el problema. Asimismo, las empresas y organizaciones pueden utilizarlo para adaptar y mejorar sus políticas de sostenibilidad. Y, por supuesto, los usuarios tendrán acceso a una fuente de información veraz, lo que permitirá combatir las fake new relacionadas con el cambio climático.
Otros chatbots
Otra iniciativa similar es la que ha desarrollado el Washington Post. Su chatbot, llamado Climate Answers responde preguntas sobre cambio climático, medioambiente, sostenibilidad y energía limpia. La base de datos sobre la que se sustenta es toda la sección sobre el clima del periódico norteamericano y que se creó en 2016.
Otro desarrollo interesante es el que está desarrollando la NASA junto con IBM. Denominado Prithvi-weather-climate, el modelo está entrenado con 40 años de datos meteorológicos y climáticos de la NASA.
Finalmente, ClimateQA es un chatbot desarrollado por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) que emplea la IA para responder preguntas sobre el cambio climático. Este chatbot se basa en una amplia base de datos de investigaciones científicas y puede proporcionar respuestas detalladas y basadas en evidencia.