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1.600 pandas de papel invaden el Planeta

Paulo Grangeon, el artista que llevó estos pandas por el mundo para alertar sobre la pérdida de biodiversidad

En estos tiempos en que Los Verdes retroceden significativamente en el Parlamento Europeo y el Pacto Verde en la Eurocámara corre el peligro de quedar bloqueado o descafeinado, queremos recordar en nuestra serie ‘artistas en verde’ a ese francés que hace 15 años empezó a repartir por el mundo 1.600 osos panda hechos con papel maché para alertar sobre la pérdida de biodiversidad –simbolizada con esta especie tan emblemática– y la necesidad de apostar por la sostenibilidad. Hace 15 años y, de repente, vemos con sorpresa y preocupación que muchos de los representantes políticos europeos opinan que la ecología es una “nueva y falsa religión”. Hoy echamos la vista atrás y os traemos aquí el proyecto de Paulo Grangeon, con un mensaje tan claro como directo.

La idea comenzó a germinar en 2008 entre WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) en Francia y el artista, y comenzó a viajar en 2009, pero fue hace redondos 10 años, en 2014, cuando, a partir de la colaboración con una empresa de Hong Kong,  el proyecto cogió vuelo, empezó a invadir el planeta y, a raíz de su llegada a los países asiáticos, salir profusamente en los medios de comunicación.

Cortesía de AllRightsReserved y Paulo Grangeon

Lo de las 1.600 criaturas maché –en distintos tamaños y poses– no era una cifra tomada al azar, sino la cantidad de osos panda o pandas gigantes (Ailuropoda melanoleuca) que se estimaba que quedaban en el mundo en libertad en esos años. Ahora se calcula que ya son más de 2.000 (una cifra, por cierto, similar a la de la población de nuestro lince ibérico).

Los pandas gigantes son esos animales de entre 70 y 125 kilos, que pueden medir hasta casi 2 metros, cuya dieta está constituida al 99% por bambú y cuyo aspecto y movimientos lentos despiertan inmediatamente simpatía. De ahí que el WWF lo adoptara como símbolo, logo y mascota; tanto que mucha gente sigue refiriéndose a esta ONG como “la del oso panda”. Esta organización conservacionista, una de las más prestigiosas y activas en el mundo –con unos 5 millones de socios, unos 50.000 en España –, respaldó el proyecto de Grangeon para que viajara por el mundo con el apoyo de sus delegaciones nacionales.

Cortesía de AllRightsReserved y Paulo Grangeon

Un recuerdo para ‘Chu-Lin’

Volvemos al panda: Sus poblaciones en libertad se encuentran exclusivamente en el sudoeste de China. Es un animal que ha sido también utilizado por el Gobierno chino para desarrollar relaciones diplomáticas y estrechar lazos de amistad, con regalos oficiales a diferentes gobiernos, incluida España.Merece la pena recordar el regalo de la panda Sha-Shao a los Reyes de España, con motivo de su primera visita oficial a la República Popular China, que acabó (la panda) en el zoológico de Madrid.

Imagen cortesía del Zoo Aquarium de Madrid

De ella nació en 1982 Chu-Lin (bautizado así por votación popular de los madrileños). Chu-Lin vivió toda su vida en el zoo de la capital (no gozó de muy buena salud y falleció en 1996); en su momento fue el animal más famoso del mundo, disputando el título con Copito de Nieve, el gorila blanco del zoológico de Barcelona, otra gran curiosidad animal que vivió en España en los años 80. El valor del panda madrileño se estimó en 200 millones de pesetas, algo más de 1,2 millones de euros. Los cuerpos disecados de Sha-Shao y Chu-Lin están en el Museo Nacional de Ciencia Naturales.

Como curiosidad –no sé si interesante o no para los lectores de este blog, pero no me resisto a contarla–, apuntar que uno de los primeros artículos que firmó este periodista como becario de El País fue la cobertura de uno de los cumpleaños de Chu-Lin en el zoo de Madrid, que se celebraban por todo lo alto. Pasado que tiene uno. Y gente importante a la que ha entrevistado uno.

Cortesía de AllRightsReserved y Paulo Grangeon

Una gira por un centenar de países

Pero volvamos al artista en verde, que este mes nos estamos yendo por las ramas (de bambú o no, pero por las ramas). La cosa es que Grangeon llevó a sus 1.600 pandas por el planeta: en 2014, el Panda World Tour había registrado su paso por Francia, Países Bajos, Italia, Alemania y Suiza. Y hace 10 años daba el salto a Asia, hasta completar un centenar de localidades en Tailandia, Corea del Sur, Malasia, Taiwán y, claro, China. Y de allí a América.

Cortesía de AllRightsReserved y Paulo Grangeon

El despliegue de semejante pandilla permitía obtener magníficas fotos panorámicas, no solo frente a palacios o emblemáticos monumentos muy turísticos, sino que, con tal de generar repercusión y conciencia, Grangeon también llevaba sus figuras a llenar teatros, a pasear en barco o a dispersarse por aeropuertos internacionales, hasta el punto de granjearse cierta notoriedad gracias a los panda, él que había sido un no muy conocido artista de la madera.

Para redondear la jugada –y el artículo–, explicar que la técnica de elaboración de papel maché (o machacado o masticado) procede de China, y que Grangeon se pasó de la madera al maché al considerar que trabajar con esta pasta de papel reciclado añadía coherencia a su compromiso con el medio ambiente y la sostenibilidad.

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