Le gusta decir que su afición real es cacharrear y reciclar. “Soy ratilla de rastrillos y puntos limpios. Tengo especial debilidad por los chismes, chirimbolos y toda suerte de cachivaches, a los que doy vida a través de creaciones realizadas para diversas disciplinas artísticas: exposiciones, teatro de objetos, marionetas, land-art…”. Así se presenta Didier Maes, nuestro lunático-marciano-muy terrenal ‘artista en verde’ de este comienzo de primavera 2025. Nos presenta su ‘Arca de Neo’, con criaturas tan sorprendentes como el ‘happy-pótamo’, el ‘clonejillo de indias’, la ‘ba-llena/ba-vacía’ y el ‘cangreloj’.
Tan simpático como locuaz, el multifacético artista Didier Maes es de origen belga, lleva 20 años en España y en la actualidad reside en una localidad de la sierra madrileña. “Tardé bastante tiempo en darme cuenta de que vivir en la ciudad de Madrid era maltratarme por la falta de espacio y por la mudanza continua a la que obliga la burbuja inmobiliaria”.
Tras una licenciatura en Filología en Bélgica, se formó en teatro por toda Europa con una especial inclinación por el teatro gestual, de máscara, el clown y la improvisación teatral. Desde 2003, ha actuado para numerosas compañías belgas y españolas. Una vez instalado en España, montó Teatro del Alambre con dos compañeros y dieron forma al espectáculo Aral; ya desde el principio con una clara preocupación ambiental, pues esta primera obra tocaba el tema del seco Mar Aral, que había pasado de humedal a desierto; y ya para concienciar sobre los retos ambientales que nos acucian, completaba el espectáculo con acciones de recuperación de desechos en las playas.
El siguiente proyecto de la compañía –ya unipersonal– culminó con la creación de un universo completo: El Domador de Vientos. “Este proyecto”, explica, “es una cosmogonía imaginaria completa, que abarca varios ámbitos artísticos: desde una exposición interdisciplinar a un espectáculo de títeres y marionetas y un cuenta-cuentos”. Un proyecto multicaras que arrancó como espectáculo de marionetas con mucho cacharro reciclado y que llevó por Bélgica, Francia y España. “Llegó un momento en que se me desbordó el universo con tantos personajes y decidí crear una exposición”. Así surge toda una cosmogonía imaginaria, todo un universo que surge de la nada a partir del primer estornudo divino. “Ese primer viento hace girar el planeta sobre sí mismo y de ahí va saliendo todo”… Criaturas mutantes, surrealistas…
Desde 2020, Didier Maes se encuentra sumergido en este nuevo universo: El Arca de Neo, novísima versión del Arca de Noé, ya que afirma ser tatara-tatara-tatara nieto de Darwin. Y todo un malabarista en mezclar palabras y conceptos y desechos. Así nace el hipo-pótamo, con hipo crónico. Y el happy-pótamo, uno de los animales más felices del planeta. Y la miedusa, que le tiene auténtico pavor al ser humano. Y el pez glóbulo, que genera oxígeno como los glóbulos rojos de la sangre. Y el rinocheronte, el verdadero rey de la sábana, último ejemplar de paqui-duermo…
Los cuenta y le salen ya 110, ya creados del todo, materializados; más una larga lista de otros que aún son solo una palabra y un concepto, una definición y una pequeña historia. Palabras-Maletas, como Didier las llama, “una figura poética popularizada por Lewis Carroll, autor de Alicia en el País de las Maravillas”. Palabras inventadas a partir del encuentro entre dos o más palabras reales que se juntan para formar una palabra nueva, y que sirven para dar forma al Upcycling, suprarreciclaje en español, técnica o procedimiento que consiste en transformar un desecho en un producto de mayor calidad y valor ecológico y/o artístico.
“Miremos la realidad con nuevos ojos” es el leit-motiv del Arca de Neo. Así lo explica Didier: “En este proyecto multidisciplinar, la Exposición se presenta como un viaje poético y estimulante donde las palabras son generadoras de una colección de piezas esculturales que componen, entre todas, un bestiario poético. Una utopía compuesta de criaturas mutantes imaginarias, resultantes del encuentro inesperado, absurdo y divertido entre palabras y objetos deshechos. Una inmersión en un mar de palabras-maletas inventadas donde reina el temible Cangreloj, una oportunidad de descubrir los curiosos hábitos de la Ovieja y aprender por qué la Ranaconda está condenada a la extinción desde su nacimiento”.
El último espacio al que ha llevado tan surrealista arca de Noé-neo ha sido el famoso festival Fetén, de Gijón, este mismo invierno, donde le han otorgado el premio al mejor espectáculo expositivo del año.
Didier nos ofrece ahora aquí una selección de su excelente catálogo de criaturas que recuperan desechos y juegan al upcycling con las palabras (se le nota su formación como filólogo y su experiencia como profe de Secundaria); todo un Arca de Neo, que muestra su preocupación por el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la adaptación de las especies, la contaminación, la experimentación animal, las mareas negras, el estrés de los tiempos en que vivimos, la deforestación…
Con cables, plásticos, restos de pequeños electrodomésticos, bisagras, pomos, relojes, inservibles utensilios de cocina, enchufes, interruptores, llaves, trozos de césped artificial, tuercas, tornillos… “Soy rata de mercadillos, de puntos limpios, de alrededores de contenedores de reciclaje en los pueblos de la sierra de Madrid; además, ya me conocen muchos y me guardan cosas que saben que para mí resultan muy valiosas”.
“Para mí una ilusión es poder llevar este teatro de objetos de reciclaje a los colegios. Para que los niños aprendan desaprendiendo y reaprendiendo”. Reflexionando sobre el lenguaje, los conceptos y todo eso que desechamos como inservible.
Empezamos este mágico Bestiario precisamente con algo muy Signus, la Ba-llena / Ba-vacía que tiene en preparación, una de sus últimas creaciones, realizada con la cámara de una rueda de bicicleta.
Ba-llena & la Ba-vacía
Los caminos de la lingüística son inescrutables. Prueba de ello: puede que el origen de algunos nombres de animal se haya perdido y nos revele a la larga secretos o creencias antiguas. Veamos la palabra Ballena. A priori, parece carecer de significado oculto. Hasta el momento en que uno se da cuenta de que el enorme cetáceo, al soltar el aire por su orificio superior, se queda… vacía. ¡Cuando antes estaba llena! “Estaba llena” evolucionó a “Esta ballena”. Lo cual significa que los antiguos ibéricos llamaban a este mamífero de dos maneras distintas: Ballena o Bavacía, según el caso.
Cangreloj
Este crustáceo caza sus presas esperándolas pacientemente en un agujero creado en la arena. Cuando nota que pasan por encima de él, el Cangreloj las agarra con sus fuertes pinzas. En caso de que el animal escape de la trampa, este terrible depredador utiliza un arma infalible: empieza a dar vueltas y vueltas sobre sí mismo a contrarreloj, retrocediendo de esta manera en el tiempo; estrategia que no da ninguna oportunidad a la pobre presa que se verá, indudablemente, engullida. Hoy en día, el Cangreloj se ha convertido en la voz de nuestra conciencia. Su ultimátum es claro: si seguimos maltratando al planeta Tierra, empezará a regresar en el tiempo hasta el momento anterior a la aparición del ser humano.
Cespéz
Especie mutante que brota espontáneamente del césped artificial abandonado en urbanizaciones sin acabar o en campos de golf cerrados. Con la voluntad de limpiar estos lugares, el Cespéz nada desde el más pequeño arroyo hasta llegar al mar donde inicia una nueva mutación, consiguiendo transformar las briznas de plástico que le cubren en algas.
Cierbosque
Guardián de los bosques siberianos, este mamífero posee una gran conciencia medioambiental. Tiene ramas-cuernos que, además de dar cobijo a los pájaros desalojados por los incendios, se convierten en futuros árboles al caerse al suelo durante la muda.
Clonejillo de Indias
Padre de probeta de todas las cobayas de laboratorio
Elefímera
Paquidermo, fruto del cruce entre un elefante africano y una elefanta asiática. Según un artículo de la prestigiosa revista Nature, el curioso caso de la Elefímera se explicaría por el llamado efecto Jetlag. Al pertenecer sus progenitores a distintos husos horarios –el africano y el asiático–, la cría tiene su reloj interno alterado y, en consecuencia, vive solamente 24 horas.
Erízoma
Harto de los peligros que representan para él las carreteras humanas, el erizo, antiguamente inofensivo, decidió cambiar su caparazón natural por un escudo moderno anti-neumáticos.
Helifante
Paquidermo que, al encontrarse totalmente aislado en mitad de los océanos por culpa de la deriva de los continentes, se las apañó para reencontrarse con los suyos.
Rinocheronte
Único ejemplar de Paquiduermo.
Trineoceronte
Paquidermo que vivió en la época de las grandes glaciaciones, entre el Plioceno y el Pleistoceno, mucho antes del Tobogavante. Contemporáneo del Mamut, fue el primer animal conocido que mutó para adaptarse a su medio –la nieve y el hielo–, desplazándose sobre esquís.