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Te desciframos tu factura de la luz

¿Entiendes tu factura eléctrica? Comprender qué es lo que nos están cobrando por la electricidad es todo un reto. Y los constantes cambios no ayudan. Nosotros te ayudamos a descifrar tu factura y ahorrar dinero.

A pesar del acceso tan habitual que tenemos a la electricidad, que casi todo es enchufable o va a baterías, resulta paradójico la dificultad que supone leer, entender e interpretar la factura eléctrica. ¿Te has parado a leer la factura de electricidad? ¿Y la has entendido? Si la respuesta es no, tranquilo, no eres el único.

Comprender qué es lo que nos están cobrando por la electricidad es todo un reto. Según datos de OCU, solo un 11% de los consumidores entiende por completo su factura de la luz. Empezando porque son muchos los usuarios que ignoran, por ejemplo, si están en el mercado libre (en el que cada compañía puede fijar sus propias tarifas) o en el regulado. Por ello, lo primero a observar en nuestra factura es el Tipo de Tarifa o de Contrato. Si en la factura no se especifica que el tipo de contrato es PVPC o Mercado Regulado, tu tarifa es del mercado libre.

Si echamos un vistazo al recibo, podemos agrupar los diferentes conceptos en tres grandes grupos. Por un lado, nos encontramos con los costes de producción, es decir, lo que cuesta la producción de la energía eléctrica que llega a nuestras casas. En segundo término, están los costes regulados. Y, para terminar, un último bloque que incluye los impuestos. 

1.- Costes de producción.

El bloque correspondiente a los costes de producción es el de mayor cuantía. En él se incluye la energía consumida en casa: electrodomésticos, iluminación, calefacción y todos aquellos equipos que necesitan de electricidad para funcionar. A la hora de analizar cuánto hemos consumido, ten en cuenta que los aparatos eléctricos no solo consumen cuando están funcionando, sino también cuando están en modo silencio, hibernación o en standby. De ahí la importancia de apagarlos completamente cuando no estamos utilizándolos.

El consumo eléctrico es el monto más cuantioso económicamente de los tres que nos llega en la factura, y no solo se engrosa por el consumo que hagamos en casa sino porque también porque en él se incluyen las pérdidas generadas desde que esta energía se produce hasta que llega al consumidor. Esta energía producida, pero no consumida en hogares, comercios o fábricas, se imputa directamente al cliente. ¿Se podría eliminar esta pérdida producida entre el punto de generación y de consumo? Pese a que reducir este coeficiente de pérdidas a 0 es imposible, sí que se podría aminorar dimensionando las líneas y distribuyendo más equitativamente las plantas de producción de energía eléctrica para reducir la distancia entre el punto de producción y el de consumo, entre otras. De ahí el interés de potenciar, por ejemplo, el autoconsumo en forma de placas solares.

2.- Costes regulados o costes fijos

Conocidos también por ‘costes fijos’. Son aquellos que se mantendrían invariables independientemente del consumo que tienen el cliente, incluso aunque no se haya consumido nada durante el periodo de facturación. Entre estos costes estarían, por ejemplo y en el caso de una vivienda de unos 80 metros cuadrados:

El alquiler del contador eléctrico (en caso que no lo tengas en propiedad) que puede rondar los 0,83 euros/mes.

La potencia contratada (que para 4 kW rondaría los 9 euros/mes)

El bono social eléctrico (que desde abril de 2022 deben financiarlo distribuidoras, comercializadoras, empresas generadoras, repercutiéndolo al cliente), que ronda los 11,14 euros al año.

Ejemplos de facturas de la luz del mercado libre

3.- Impuestos (Otros conceptos)

De forma temporal, las facturas eléctricas se encuentran gravadas con un IVA del 5 %, para atemperar las consecuencias de la inflación desbocada que estamos viviendo. Una bajada temporal, no de carácter definitivo, que se va renovando periódicamente. Al Impuesto de Valor Añadido se le suma el impuesto eléctrico, que actualmente es del 0,5%.

Consejos para reducir el gasto

Visto lo visto, tenemos margen para reducir el consumo energético, aunque menos de lo que sería deseable. En cuanto a impuestos o costes fijos, el margen es mínimo. Sí que podemos reducir la potencia contratada a fin de dimensionarla a las necesidades reales de nuestra vivienda. Si no sabes si la potencia que tienes contratada es excesiva, puedes consultar el simulador de Facua en el que introduciendo unos datos básicos puedes calcular la fácilmente.

Otro de los aspectos en los que tenemos margen de maniobra es el en consumo eléctrico. Para ello, piensa que una vez que la energía llega a casa, también pagamos por la ineficiencia de los electrodomésticos que tenemos. Por ello, es imprescindible contar con equipos que sean lo más eficientes energéticamente posible. Desde la entrada de la nueva etiqueta energética saber cual es el electrodoméstico más eficiente es más fácil que nunca.

Y como no, apagarlo todo cuando no lo estés utilizando. Suena fácil, ¿no?

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